(Foto: Agencias)
(Foto: Agencias)

A los 'Cristiano haters' les molesta verlo llorar. "Es un ridículo", dicen. Este miércoles fue expulsado por primera vez en la . Sí, nunca antes había visto la roja en el torneo que lo tiene como máximo goleador en la historia. El portugués no pudo aguantar el llanto. Es uno de los tantos momentos duros que le han tocado vivir desde que era solo un niño.

Cristiano Ronaldo aprendió a convivir desde muy pequeño con las dificultades de la vida. En el club infantil donde jugaba, el CF Andorinha de Madeira, el portugués recibió el apodo de "bebé llorón". Cuando perdía o no le pasaban la pelota cuando el quería, hacía rabietas y lloraba.

Ya más grandecito, con 11 años, el ganador de cinco Balones de Oro se separó de su familia. Tenía que mudarse a Lisboa, donde lo esperaba el equipo juvenil del Sporting, donde finalmente debutó como profesional. Ahí el portugués luchó por convertirse en el mejor a la par que intentaba no extrañar demasiado a la familia.

De hecho, él confiesa que a esa edad tomó la decisión de mejorar su físico notablemente. Ya sabía que talento tenía y de sobra. "En ese momento decidí que también iba a trabajar mucho más duro que ellos. Ya no iba a jugar como un niño. Ya no me iba a comportar como un niño. Iba a entrenar con la convicción de que iba a llegar a ser el mejor del mundo”, contó hace un tiempo en "The Players Tribune".

Hoy, en los últimos años de su carrera, el crack luso lucha por seguir siendo un aspirante al Balón de Oro. Le está costando. No se ha adaptado por completo a la Juventus y solo lleva dos goles en cinco partidos. Un ratio bajo para él. La expulsión de ayer le afectó aun más. No aguantó las lágrimas y se fue del campo desconsolado. Eso sí, el tipo ha demostrado salir adelante siempre.

Contenido Sugerido

Contenido GEC