Las ocho primeras diputadas, de izquierda a derecha: Juana Magdalena Ubilluz de Palacios, Manuela Candelaria Billinghurst López, Lola Blanco Montesinos de La Rosa Sánchez, María Eleonoro Silva y Silva, Carlota Ramos de Santolaya, María Mercedes Colina Lozano de Gotuzzo, Matilde Pérez Palacio Carranza y Alicia Blanco Montesinos de Salinas.
Mujeres congresistas
Vanessa Romo

Con cerca del 100% de las actas procesadas, todo indica que tendremos un Congreso de la República con 33 mujeres, un 25,4% del total de escaños. Frente al 27,7% alcanzado en las elecciones del 2016, parece un retroceso en el camino por la paridad, algo que se espera mejorar con las nuevas reformas legislativas.

Hace 63 años, esa cifra era inimaginable. En 1956 se realizaron las primeras elecciones generales en las que la mujer no solo pudo votar sino que pudo haber candidatas mujeres a la cámara de diputados y senadores. Según el Museo Electoral y de la Democracia del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), treinta mujeres postularon al Congreso de la República: 28 para diputadas y solo dos para senadoras. Solo ocho fueron escogidas para la primera cámara y una para la segunda. Es decir, un poco más del 4% de escaños.

Para llegar a este punto se tuvo que luchar al menos desde 1867, cuando Celso Bambarén Ramírez, diputado por Áncash, planteó por primera vez que se reconozcan a las mujeres como ciudadanas. Fue por la persistencia de mujeres como Zoila Aurora Cáceres, María Jesús Alvarado Rivera, Clorinda Mato de Turner, Magda Portal Dora Mayer y Elvira García García, entre otras, que se presionó públicamente y se logró el cometido.

Estas son las nueve mujeres precursoras en el Legislativo según lugar de procedencia:

Lima

Manuela Candelaria Billinghurst López y Matilde Pérez Palacio Carranza fueron las primeras representantes de la ciudad capital. Manuela era la nieta del ex presidente Guillermo Billinghurst y estudió Letras en la PUCP. En el caso de Matilde, fue diputada tanto en ese periodo como en el siguiente, de 1963 a 1968. Fue educadora, abogada y periodista. Fue corresponsal de diversos medios de prensa nacionales y extranjeros y fundadora de la primera Escuela de Periodismo peruano. Tenía como lema: “El buen periodismo es una fuerte trinchera de la democracia”.

Matilde Pérez Palacio Carranza fue diputada por Lima entre 1956 y 1968. Fue una de las fundadoras de Acción Popular. Estudió Filosofía, Historia y Letras en la Pontificia Universidad Católica del Perú y obtuvo un doctorado en Historia y Geografía. Foto: Museo Electoral y de la Democracia del Jurado Nacional de Elecciones.
Matilde Pérez Palacio Carranza fue diputada por Lima entre 1956 y 1968. Fue una de las fundadoras de Acción Popular. Estudió Filosofía, Historia y Letras en la Pontificia Universidad Católica del Perú y obtuvo un doctorado en Historia y Geografía. Foto: Museo Electoral y de la Democracia del Jurado Nacional de Elecciones.

La Libertad

María Mercedes Colina Lozano de Gotuzzo era de filiación aprista y estudió Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Participó en la elaboración de la ley de jubilación de la mujer a los 25 años de servicio y presentó el proyecto de ley de educación gratuita en todos sus niveles.

Piura

Carlota Ramos de Santolaya representó a Piura con el Movimiento Democrático Pradista, que en las elecciones de 1956 ganó la presidencia de la República. Fue poetisa y la primera presidenta del Grupo Literario Artístico Piura y fue alcaldesa de Piura en 1976. Su poema más conocido es Sangre Mangache.

Cajamarca

En esta región hubo una senadora, Irene Silva Linares de Santolalla, la primera del Perú. Era profesora de segundo grado de primaria y tenía un diploma en Educación Comercial. Además escribió en revistas de Argentina, Cuba, Chile y Uruguay. Entre los proyectos de ley que coescribió esta el que destinaba partidas para la expropiación de tierras de cultivo y pastizales en beneficio de las comunidades indígenas y campesinas, así como le dio el nivel de profesión a la actividad de asistente social.

Loreto

Juana Magdalena Ubilluz de Palacios era parte del partido oficialista, Movimiento Democrático Pradista. Docente de profesión, sobre todo en la etapa inicial del niño, integró las comisiones de Bellas Artes y de la Madre y Niño. Entre los proyectos de ley que presentó se destacó el que determinaba como delito el abandono de familia.

María Colina de Gotuzzo fue diputada por dos periodos: 1956-1962 y 1963-1968. Estudió Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y tenía filiación aprista. Foto: Museo Electoral y de la Democracia del Jurado Nacional de Elecciones.
María Colina de Gotuzzo fue diputada por dos periodos: 1956-1962 y 1963-1968. Estudió Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y tenía filiación aprista. Foto: Museo Electoral y de la Democracia del Jurado Nacional de Elecciones.

Áncash

Lola Blanco Montesinos de La Rosa Sánchez se recibió de pedagogía en la Universidad San Marcos y en la PUCP obtuvo llegó a tener el título de abogada. Fue una sobreviviente del terremoto de 1941 en Huaraz, que ocurrió cuando dirigía el Colegio Nacional de Mujeres de la ciudad. Uno de los proyectos que presentó fue la exoneración de impuestos a las compañías nacionales de teatro lírico, comedia y drama.

Junín

Esta región tiene a las dos últimas diputadas de la lista: Alicia Blanco Montesinos y María Eleonora Silva y Silva. Alicia era hermana de Lola y fueron las primeras hermanas que compartieron espacio en el hemiciclo. “La mujer contribuirá al igual que el varón a resolver el problema político del Perú”, señaló. En su gestión apoyó proyectos que favorecían a personas con limitación física. En el caso de María Eleonora, fue la congresista más joven con 26 años. Estudió Derecho en la PUCP y estuvo cerca de no ser congresista por su edad, pero ella apeló y logró alcanzar la curul.

En el sur no hubo representación femenina. “Era muestra de que aún se mantenía una fuerte estructura machista que limitaba la participación de la mujer en el universo político”, dice el director del Museo Electoral y de la Democracia del JNE, Miguel Arturo Seminario. Luego de 63 años y con un Congreso que nunca ha tenido una representación femenina de más del 30%, esa estructura que sigue vigente debe caer pronto.

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