(Foto: Agencias)
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Miguel Villegas

Hace un tiempo, era un anónimo. Un número de la lista. Y era difícil hasta escribir su nombre. Difícil definirlo, también: había sido enganche en sus inicios, lateral en su primera etapa de Cristal y soporte de Vargas en la selección para Brasil 2014, es decir, su salvavidas personal. Si jugaba poco en su club, era banco. Si se lesionaba, normal, había otro. Y aunque fue el titular de la Eliminatoria con Markarián de marcador -jugó 12 de 18-, era más discutido que fijo. De hecho, fue precisamente contra Uruguay en Lima (el terrible 2-1 del 2013) que Yotún se fue expulsado y minutos después se acabó el sueño mundialista.

Ese era Yotún. No tenía ni el nombre ni el puesto que hoy tiene por lejos. No era ese crack del que uno espera partidazos 10 puntos como ante Chile.

Si entendemos que Cueva es el crack de la era Gareca, Yotún es el jugador símbolo. Lo representa como ninguno. Pone en práctica su teoría. Cuando por el 2008 el técnico de Perú hablaba del futbolista peruano -lo elogiaba en realidad- daba miedo su nostalgia. Pero cuando volvió a hacerlo antes de la Copa América de Chile 2015 –“Me gusta cómo entiende el juego a través de su pie, no es fácil hacerlo”-, y de inmediato probó a Yotún como medio de salida, pocos lo detectamos. Casi nadie habló de que ese concepto viejo que ya ni nosotros creemos, él lo había visto en Yotún.

¿Qué futbolista es hoy Yotún para la selección? Yotún (29 años) es el primer pase del equipo, el llamado pase seguro, que traslada de la defensa al ataque con los modales de estos tiempos: precisión y velocidad. Yotún es zurdo y la visión panorámica de que la habla el Ciego Signorini -el PF histórico de Maradona- le permite estar un segundo antes que el rival para recibir el pase. O para entregarlo. O para marcar. De 10 -de enlace, de medio-, la nueva posición que le inventó Gareca desde la fecha 2 de la Eliminatoria rumbo a Rusia, traslada, juega y lanza. El tamaño de su responsabilidad no es menor, si pensamos en el último hombre que cumplió esa función en Perú a niveles de 9 puntos: también se movía de enganche, también era zurdo y también era mudo. Se llamaba César Cueto.

Si Zambrano resume el proceso Chemo o Advíncula la era Markarián, Yotún es el gran descubrimiento de Gareca, ese insustituible al que pocos ven para las fotos pero siempre está en la cancha. Y si hace unos años, pocos, costaba memorizarse su nombre, ahora está más claro que nunca: su grito ponchado por la TV al final del partido, su arenga, es la postal ganadora ante Chile. En el medio de Perú, de ese Perú que alguna vez produjo los mejores volantes del continente, juega Yoshimar Yotún. Y juega, como ante el Bicampeón de América, 10 puntos. Un mensaje del pasado que ha vuelto a estar vigente.

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