Lucho Quequezana ensaya de forma virtual con el bajista Jairo Gómez, un colombiano que vive en Montreal y que es parte de la promoción de Sonidos vivos. (Foto: Víctor Idrogo)
Lucho Quequezana ensaya de forma virtual con el bajista Jairo Gómez, un colombiano que vive en Montreal y que es parte de la promoción de Sonidos vivos. (Foto: Víctor Idrogo)
Oscar García

La música, el lenguaje universal. La frase de tan repetida casi ha perdido valor, pero al menos durante tres años fue una verdad y una afirmación de vida para Lucho Quequezana. En el 2006, el músico peruano aún no gozaba la fama que hoy ostenta cuando ganó la beca Unesco Aschberg para viajar a Canadá y ejecutar allá un programa de intercambio cultural con músicos de Francia, Turquía, Vietnam, Canadá, China, Japón y otros países. La misión era enseñarles a tocar música peruana. El problema era que, salvo los latinoamericanos, nadie se entendía. Su inglés no era muy bueno y el de ellos era peor. “Me veías a mí y parecía que estaba jugando Pictionary, haciendo mímica para conversar”, recuerda Quequezana entre risas, desde su estudio en Miraflores.

Solo cuando todos agarraban sus instrumentos y se ponían a ‘conversar’ con ellos, se producía la comunión esperada, una armonía casi espiritual en la que las palabras sobraban. A ese fenómeno lo bautizaron como Sonidos vivos, el show que lo llevó de gira durante tres años, una época en la que su mayor comunicación fue a través de ritmos y notas musicales.

A diez años de aquel proyecto, Quequezana alista un reencuentro especial con aquella promoción de superdotados de diversas latitudes, para realizar tres fechas en el Gran Teatro Nacional. Desde ya los músicos se encuentran ensayando con Quequezana, al que consideran su hermano, cada uno en su país. ¿Cómo es posible eso? Ante el inconveniente de los centenares de kilómetros de distancia y las diferencias horarias que los separan, la tecnología ha jugado un rol. “Lo que estoy haciendo es conectarme con ellos a través de Internet, por streaming. Es bien complicado porque hay un retraso en las señales que puede ser de hasta tres segundos. Tenemos que calcular ese retraso, usando el reloj de la computadora, para entrar en sincronía. Es difícil, pero ya hemos avanzado un montón”.

Una semana antes del show, los músicos estarán en Lima para el necesario ensayo presencial, que se llevará a cabo durante cuatro días.

Una incubadora de sonidos peruanos

Una de las cosas que más contento tiene a Quequezana es la forma en que sus colegas de Sonidos vivos siguieron vinculados de una manera u otra a la música peruana, después de que la banda se separara en el 2010. Huu Bac Quach, de Vietnam, llegó a tocar la quena y el charango en un espectáculo del Cirque Du Soleil. “Me emociona porque eso justo era la esencia del proyecto Sonidos vivos. Que ellos aprendan la música peruana y luego la internalicen y la hagan suya”, recuerda. Sonidos vivos se presentará el 29 y 30 de setiembre, y el 1 de octubre. El músico promete que ese día sumará un nuevo músico de otra nacionalidad a escena. Su proyecto docente sigue vivo.

El dato
Cuándo: 29 y 30 se setiembre y 1 de octubre
Dónde: Gran Teatro Nacional (cruce de Javier Prado con
Avenida Aviación)
Entradas: Teleticket de Wong y Metro

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