El cantante se presentará este 9 de abril en la Pontificia Universidad Católica del Perú. (Foto: Difusión)
El cantante se presentará este 9 de abril en la Pontificia Universidad Católica del Perú. (Foto: Difusión)
Miguel Villegas

Puede ser que esta mañana tengas que visitar al doctor por la última medicina que te cure. Puede ser que esta tarde recuerdes que alguien se va, o ya se fue. Que el trabajo de todos los días es agotador, que no sea el que quisiste, que haya demasiado sacrificio y la factura no esté a la altura. Puede ser que ya no seas un niño y que te estés perdiendo -por todo eso del trabajo- de que tienes un niño. Puede ser que, como dice la canción, El Tiempo pasa, y nos vamos volviendo viejos: hay que ver a este señor de 60 años que ha traído dos teléfonos celulares, uno para cantarle a alguien que responde a las siglas S.E. y otro para grabar cada instante de esta noche, con la misma torpe astucia de un millenial delante de un monopolio. Puede ser que esto sea, como hace 40 años nada más, solo una declaración de amor.

Puede ser que esta noche, 9 de abril del 2019, Polideportivo de la Universidad Católica, este sea el lugar. Pablo Milanés dice, apenas a los segundos de aparecer en el escenario: "Si ella me faltara alguna vez...". Todos los señores que están aquí lo miran con el amor con que se ve a alguien por primera vez, o quizá la última.

-PABLO-
¿Cómo está Pablo Milanés hoy, a los 76 años? (1) Lo esencial es invisible a los ojos: ya es un hombre grande, tiene 27 operaciones en el cuerpo, menos african look pero conserva intacta la voz que arrulla y protesta. Un ruiseñor en el físico de un tiranosaurio. Desde abril del año pasado ha tenido 40 presentaciones sin pausa -20 de la gira Esencia-, pero eso no afecta su voz, sí su físico. "Está cansado pero tiene una fortaleza de acero", me dice Alicia Torres, periodista encargada de las coordinaciones de prensa de DEA Promotora, los cerebros detrás de que Milanés incluya Lima como parte de su gira Esencia. Lo acompaña su esposa, la historiadora Nancy Pérez, que según informaron decenas de medios en todo el mundo, le donó en 2014 un riñón para vivir. Cojea un poco, producto de sus dolencias a la cadera, pero aun así ha llegado antes que todos a casi todo. Tiene 43 discos solistas para hablarlo/discutirlo/escucharlos. A las 8:50 de la noche del martes, coliseo lleno, afuera el tráfico de La Marina es una jungla lejana que no importa.

-Hola. Muchas gracias. Venir a Lima siempre ha sido espectacular. Y quiero decirles que César Vallejo fue para nosotros un guia, y sus versos, enseñanza.

Miguel Núñez, Miguelito, abre el concierto con un solo de piano al que apenas acaricia.

Si ella me faltara alguna vez / Nadie me podría acompañar/ Nadie ocuparía ese lugar / Que descubro en cada amanecer / Si me faltara alguna vez.

La lista de canciones incluirán un corte transversal a tres generaciones: El Tiempo Pasa, Amor, Flores del Futuro, El Breve Espacio, Amo esta Isla, Vestido de Mar... y Yolanda. Pablo Milanés tose un poco solo para recordarnos que no es un CD el que suena o inunda. Es su banda y su voz.

(1) Hace un par de días, : "Sí, la conocí en un lugar increíble. Yo estaba haciendo en una pequeña sala en México, en 1978, un recital. Cuando terminé, llegó una señora que me dijo: "Sabe que lo admiro mucho. Soy compositora. No sé si usted me conoce. Yo me llamo Chabuca Granda". Entonces me arrodillé, le besé la mano y le dije: "Tú eres una gloria de América". No recuerdo si nos tomamos un café, porque era una sala en una librería muy famosa en México que también era un café. Creo que sí. Después un amigo, el poeta César Calvo, que era tan amigo de ella, me dijo que ella tenía una foto mía en su piano. Me enteré después. En aquel momento no lo sabía".

-YOLANDA-
Con un piano de cola y una Yamaha Motuf XF8, Miguel Núñez, el eterno socio de Milanés, insinúa los primeros acordes de Yolanda (2), la canción compuesta en 1970 e inspirada en su novia de entonces Yolanda Benet,​ que acababa de dar a luz a su hija Lynn. Los señores que están del brazo de sus señoras, las adolescentes con canas que se han quedado en los años 70 se acercan a las primeras filas como en estampida: así deben ser el día en que alguien llegue y reparta milagros sin distinción.

Esto no puede ser no mas que una cancion
Quisiera fuera una declaracion de amor
Romantica sin reparar en formas tales
Que ponga freno a lo que siento ahora a raudales

(...)

Si alguna vez me siento derrotado
Renuncio a ver el sol cada mañana
Rezando el credo que me has enseñado
Miro tu cara y digo en la ventana

Vestido de negro, la camisa con botones, los lentes de carey oscuro, Pablo Milanés canta, corea, administra la riqueza de las voces peruanas como lo hace un director de orquesta maravillado. Dice, o arenga, "qué precioso" y apura esa sonrisa que mezcla Caribe, nostalgia y eterno retorno. Más o menos, la sonrisa del recuerdo de que alguna vez había más tiempo para escuchar.

Pablo Milanés, esta vez fue él. En Lima, con su puñado de canciones que son amores más que fusiles. Puede ser que esta mañana tengas que visitar al doctor por la última medicina que te cure. Y puede ser que la música que escuchaste anoche haya sido ya la cura. Solo falta que, ahora mismo, recuerdes que eso es también lo que necesites. 

(2) El tema se puede encontrar en varios discos del trovador cubano, como Yo me quedo, Auto de fe (1982) o En vivo (1982), en el que la canta a dúo con Silvio Rodríguez.

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