El lago Valencia está a unos 60 km de Puerto Maldonado. Para llegar ahí se necesitan tres horas en deslizador por los meandros del río Madre de Dios. (FOTO: Flor Ruiz)
El lago Valencia está a unos 60 km de Puerto Maldonado. Para llegar ahí se necesitan tres horas en deslizador por los meandros del río Madre de Dios. (FOTO: Flor Ruiz)
Álvaro Rocha

"Con suerte nos vamos a salvar de los zarpazos de la Interoceánica, pero Tambopata tiene los años contados”, me dice Tunche Zamora mientras estira la tangana para que la canoa gane velocidad en este alucinante lago Valencia, que antes fue parte del río Madre de Dios, y ahora es una cocha de 15 km de extensión en forma de luna en cuarto menguante. Arrinconado en esta esquina amazónica del Perú, a un suspiro de Bolivia y Brasil, Valencia cobija caimanes, lobos de río, taricayas y paiches que fueron ‘sembrados’ con éxito.

Un día antes, en Puerto Maldonado, ya sentimos las consecuencias de una carretera mal planteada: no se podía comer pescado de río por estar contaminado con mercurio y empresarios hoteleros de Tambopata me expresaron su preocupación ante el avance indetenible de la minería ilegal. Pensar que hace más de dos décadas era Iquitos el destino principal de nuestra Amazonía para el turismo receptivo, situación que cambió luego de que se divulgaran las bondades de Madre de Dios: sus collpas de guacamayos y su exquisita biodiversidad.

Ahora todo eso está en riesgo. En 2016 los visitantes extranjeros decrecieron en un 7,6%. Docenas de lodges en Tambopata ven la deforestación cada vez más cerca. Decidimos ir al lago Valencia, tierra de Rossy War. El bosque vivo, con árboles de castaña, cedro y lupuna, pescadores de pirañas y doncellas, las pupilas abiertas bajo el cielo incendiado del crepúsculo. Es un paraíso, pero un paraíso en suspenso, como explica Tunche. Hay que cuidarlo, no ser tan soberbios de sentarnos sobre la naturaleza, sin esperar que, tarde o temprano, nos pase la factura.

QUÉ VER
​El lago Valencia es ideal para el avistamiento de flora y fauna silvestre. Entre árboles de quinilla, cedro y lupuna se encuentran pavos del monte, lagartos, monos y tortugas. Bajo el agua aparecen las anguilas, corvinas, paiches y pirañas.

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