Ricardo Gareca y sus números en la selección: dirigió 60 partidos a Perú y obtuvo 27 triunfos. Su rostro sereno, sus modales budistas, equilibraron una tribuna peruana que casi siempre es un hervidero. Eso también hay que agradecerlo.
Ricardo Gareca y sus números en la selección: dirigió 60 partidos a Perú y obtuvo 27 triunfos. Su rostro sereno, sus modales budistas, equilibraron una tribuna peruana que casi siempre es un hervidero. Eso también hay que agradecerlo.
Miguel Villegas

Hace 44 años –es decir, cuando ninguno de los seleccionados que hoy dirige había nacido–, Perú jugó su última final de Copa América y la ganó. El hombre de los récords, Ricardo Gareca, lo ha conseguido. Mañana jugamos contra Brasil pero ya ganamos: un nuevo país. Breves episodios que explican la influencia del ‘Tigre’ en Perú.

El día en que en el Perú no hubo noche, apuntó unas cosas con cuidado en una breve libretita que llevaba en el bolsillo. Era una cita. Afuera del Estadio Nacional se vivía 28 de julio: niños con insomnio en los hombros de sus padres mirando las caravanas, hinchas que caminaban por las 52 cuadras de la avenida Arequipa como en una larga pasarela, futbolistas eufóricos que cumplían el sueño de clasificar al Mundial y lo subían a Instagram. El 15 de noviembre del 2018 nadie pensaba en el día siguiente: hasta el presidente de la República prefirió que sea feriado y lo decretó. Salvo un hombre, claro. El ‘Tigre’.

–Romina, mañana a las 8 tenemos reunión en Videna.

Al Profe con Cariño. La portada de Somos este sábado.
Al Profe con Cariño. La portada de Somos este sábado.

El mensaje tras el 2-0 contra Nueva Zelanda confirmó lo que ya algunos periodistas intuían sobre el técnico de la selección de Perú: su serenidad no tiene fisuras. Su equilibrio es a prueba de terremotos. El mensaje para la entonces jefa de prensa de la blanquirroja Romina Antoniazzi era también para todo el comando: Néstor Bonillo, Sergio Santín y Nolberto Solano, entre otros. “En mi casa me esperaban para celebrar la clasificación a Rusia pero ni siquiera pude. Tuve que ir a dormir para llegar temprano a Videna”. Esa última charla ocurrió pasada la una de la mañana. Faltaban siete horas para la reunión de trabajo. Faltaban siete meses para el primer partido en Saransk. Pero Ricardo Gareca quería seguir trabajando. Así ha sido este hombre desde el día de verano del 2015 en que asumió.

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