El voto electrónico solo se usa en algunos países de la región, pero ya son varios los que realizan pruebas o están discutiendo al respecto. (Ilustración: Giovanni Tazza/El Comercio)
El voto electrónico solo se usa en algunos países de la región, pero ya son varios los que realizan pruebas o están discutiendo al respecto. (Ilustración: Giovanni Tazza/El Comercio)
Bruno Ortiz Bisso

En las elecciones del pasado domingo, casi dos millones de peruanos (1’729.028) usaron el . Fueron 21 distritos de Lima, dos del Callao y 16 del resto del país que utilizaron esta nueva forma de votación.

Desde que se usó por primera vez en junio del 2011 –para la segunda vuelta de las elecciones generales– en el distrito de Pacarán, en Cañete, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) sigue probando el que genera controversia y que no ha conseguido todavía convertirse en una norma en el mundo. 

“Su principal promesa es hacer de la elección y el conteo procesos más rápidos. Pero una de las principales desventajas del es que hace más difícil auditar los resultados manualmente y pone en riesgo el secreto del voto al vincular tus elecciones a tu identidad”, explica a El Comercio Miguel Morachimo, director ejecutivo de la ONG Hiperderecho. 

Hace unos días conversamos con Erick Iriarte, abogado especialista en temas de nuevas tecnologías, y -en el audio que compartimos a continuación- nos explicó todos los cabos sueltos que, desde a su entender, quedan con respecto a la aplicación del en el Perú. 

—CÓMO SE VOTA EN CADA PAÍS—
En el mundo, solo la India y Brasil utilizan el en todo su territorio. Venezuela lo hace en un 95%. En la región, además del Perú, Argentina usa este sistema en algunas localidades. Sin embargo, en cada lugar el proceso tiene sus particularidades.

“En Venezuela el proceso de tiene dos fases. La primera es una máquina biométrica, que capta la huella del votante, valida su identidad y confirma que está apto. Además, señala en cuál mesa le toca votar. Se presenta la cédula de identidad, los miembros de mesa te buscan en el padrón, se habilita la máquina de votación y se selecciona al candidato o candidatos por el que estés habilitado para votar. La máquina emite un comprobante, este se ingresa a una urna, se firma el padrón y listo”, explica a este Diario Fran Monroy, periodista venezolano especializado en tecnología. 

Consta de una pantalla táctil que se activa al instalarse la mesa electoral con una llave cifrada que integran los partidos acreditados para el proceso, el Consejo Nacional Electoral, la Guardia Nacional. Según Monroy, las vulnerabilidades del sistema ante algún ataque eran mayores en los primeros años, pero “ahora el principal problema es que el organismo rector es poco confiable”.

En el caso de Brasil, también se hace una confirmación biométrica de la identidad del elector, pero la máquina es más simple. Tiene una pantalla con un teclado numérico hacia el lado derecho, en donde el votante ingresa los dos dígitos asignados a cada candidato. En la pantalla aparecerá la imagen y la organización política del postulante. Tres botones completan el acto: uno en blanco, para los votos en blanco; uno naranja para corregir la votación; y uno verde para confirmarla. La máquina de no entrega ningún comprobante impreso. 

“Sin dudas, la principal ventaja del es que podemos tener los resultados de la votación presidencial el mismo día. Las elecciones terminan a las 5:00 p.m. y en solo dos horas el 53% de las actas ya han sido contabilizadas”, detalla a El Comercio Helton Simões Gomes, periodista del portal UOL Brasil. 

Pese a que –según una encuesta de la empresa de seguridad Avast– nueve de cada 10 brasileños teme que este sistema pueda ser vulnerado, las autoridades aseguran que en 22 años de uso han demostrado que es absolutamente fiable y sin fraude demostrado. 

En Argentina se impulsó el uso del no solo apelando a la velocidad del escrutinio y conteo de votos, sino también a que es un tema de modernización, según comenta a este Diario la argentina Beatriz Busaniche, presidenta de la fundación Vía Libre. 

En ese país se ha usado para el una máquina muy similar a un cajero automático. El elector entrega su DNI y recibe una boleta electrónica única [muy similar a un ticket aéreo] con un chip integrado [que es donde queda registrado el voto] que se debe colocar en una ranura, a la derecha de la pantalla. Luego, se elige el tipo de votación y después se elige entre los candidatos o votar en blanco. Al final, se imprimirá el voto en la boleta, la cual se deberá doblar y depositar en una urna.

“No se ha adoptado en todo el país porque se ha demostrado que no vela por los tres principios fundamentales de un sistema electoral: el secreto del voto, la integridad del voto y la transparencia del proceso. Los sistemas conocidos son sumamente vulnerables a la violación del secreto del voto. Los senadores argentinos hicieron caso a estos reparos y por eso no aprobaron el proyecto del Poder Ejecutivo”, remarca Busaniche. 

MÁS INFORMACIÓN

NO SE USARÁ EN EL 2021. En junio pasado, la Comisión de Constitución del Congreso peruano aprobó el predictamen que deroga la implementación del . La decisión se hará efectiva en las elecciones del 2021.

CAMBIO DE PROVEEDOR. En Venezuela se usa el voto electrónico desde el referéndum que buscaba la revocación de Hugo Chávez, en agosto del 2004. El primer proveedor fue inglés, pero luego se cambió por uno chino.

ELECCIÓN REAL. En 1998 un chimpancé del zoológico fue candidato a alcalde de Río de Janeiro, al lograr 400.000 votos. Eso ya no es posible con el voto electrónico.

MALAS REGULACIONES. En Argentina muchas provincias están adoptando normas locales sobre el voto electrónico. Según Vía Libre ninguno de estos sistemas permite preservar las garantías del sistema democrático.

LA CIFRA
2009 fue el año en que Alemania declaró inconstitucional el porque “no puede ser auditado y comprendido por un ciudadano de a pie, independientemente de su formación técnica”.

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