Erick Iriarte Ahón es un abogado especializado en nuevas tecnologías y magíster en Ciencias Políticas que ha tenido participación activa en el crecimiento de Internet en el país como en el extranjero. El Comercio conversó con él sobre la necesidad de crear un ente articulador del tema digital nacional, encargado de delinear y hacer cumplir las políticas de Estado con respecto a ese tema.
— ¿QUÉ TAN IMPORTANTES HAN SIDO LAS CABINAS PÚBLICAS PARA EL DESARROLLO DIGITAL EN EL PERÚ?
Internet nunca contempló el modelo de cabinas. Siempre se pensó en conexiones de línea dedicada y computadoras personales. Pero en el Perú, con sus problemas de conectividad, funcionó y no se pudo repetir tal cual en otros países. Fue una iniciativa de las pymes, de la sociedad civil, del sector privado. Sin embargo, distorsionaron el fenómeno. El Estado nunca se metió: ¿para qué me preocupo de la conectividad si ya hay? ¿Para qué me preocupo de que haya más computadoras si ahora las encuentran en las cabinas? En lugar de tomar al toro por las astas, se eligió el camino fácil de voltear la cara al problema y esperar que alguien más lo resuelva, y eso es lo que ha venido pasando. En todo el mundo, e inclusive en el país, los privados entienden a las tecnologías de información y comunicación (TIC) como un tema relevante, pero para el Estado nunca lo ha sido.
— PERO EXISTEN VARIAS OFICINAS ESTATALES DEDICADAS A ESE TEMA…
Justamente. Internet explota entre los años 93, 94. Aquí se había creado el Fondo de Inversión en Telecomunicaciones (Fitel) para conectar telefónicamente al país, mientras otros países ya estaban considerando seguir agendas de conectividad digital. Muchas de esas agendas se convirtieron en agencias de sociedad de la información o de conectividad o ministerios TIC en varios países. Aquí no ocurrió eso. No tenemos una agencia encargada del tema digital. Tenemos muchos esfuerzos aislados. Si quieres consultar sobre un tema digital, tienes una oficina en Produce, otra en el Ministerio de Economía, que no conversan entre sí. No hay una visión del Estado. Del lado privado pasa algo similar: tienes 18 gremios sin articulación.
— QUIZÁ FALTA UN MARCO NORMATIVO ADECUADO...
El problema no son las normas. El Perú es el país que más leyes tiene en el tema digital, más de 2.000, entre leyes, regulaciones, etc. En el 2015 la cancillería me encargó hacer un texto recopilatorio. Tenemos una ley antispam, ley para el control del contenido para menores en cabinas públicas, para la accesibilidad en páginas webs del Estado. Tenemos un montón de normas que no se conocen o no se entienden porque se desarrollan de manera aislada, sin una visión única. Esto es lo que más evidencia la falta de un ente encargado del tema digital.
— ¿Y POR QUÉ NO SE HA CONVERTIDO EN POLÍTICA DE ESTADO?
Los primeros intentos son del 2000, sin éxito. Hay una primera agenda digital en el 2005, pero sin metas ni indicadores. Cuando en el 2008 se mejora, la ola de los móviles y las redes sociales la dejó desfasada. En el 2011 sale una agenda 2.0, pero que no se continuó sino hasta el 2015. Intentan reactivarla, pero ese era el año en el que terminaba. Sin ente articulador, la Oficina de Gobierno Electrónico intentó hacer su mejor esfuerzo desde el 2003, pero sin una política de Estado. En el 2017 se presenta ante el Acuerdo Nacional la política 35, que es la gran política del Estado en material digital. ¿Qué pasó? Que nadie le hace caso al Acuerdo Nacional.
— ¿CUÁL ES EL RIESGO AL QUE NOS ENFRENTAMOS?
Si el Perú no busca solucionar este problema en los próximos dos años, llegaremos al bicentenario pensando que nuestra principal preocupación digital será hacer un formulario en línea. No hemos logrado entender como país el fenómeno digital, que se trata de una revolución sin marcha atrás.