La NASA busca establecer una base en la Luna que sirva, para futuros viajes a Marte. (Foto: GDA)
La NASA busca establecer una base en la Luna que sirva, para futuros viajes a Marte. (Foto: GDA)
Redacción EC

En medio de presentaciones y nuevas tecnologías del se alza una maqueta de un cohete pintado de naranja, un reflejo miniaturizado de lo que será el Space Launch System, la nueva nave espacial con que la volverá a la Luna con misiones tripuladas.

Este cohete tiene su primera misión -un viaje que orbitará el satélite sin tripulación- preparada para 2019, planes que no se han visto modificados con la nueva política ingresada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Luego de eso, el SLS nuevamente saldrá al espacio, esta vez con astronautas entre 2021 y 2022.

Para lograr este cronograma, equipos de la agencia espacial estadounidense y su símil europea, ESA (por sus siglas en inglés), se encuentran trabajando en el módulo de servicio, la única parte de la nave que aún se encuentra en desarrollo.

¿Para qué sirve el módulo de servicio? Mike Fuller, ingeniero de la NASA, explica a El Mercurio que es una estructura que va insertada justo bajo la cápsula Orión, encargada de transportar a los pasajeros, y que tiene dos importantes funciones: incluir algunos de los recursos necesarios para la vida de los tripulantes y los mecanismos que le entregan propulsión a Orión.

Este elemento es de vital importancia, ya que el SLS no solo está construido para ser enviado a la Luna, sino que en el futuro podría servir para viajes más largos, como la anunciada llegada del hombre a Marte. Objetivo que en una primera instancia estaba programado para la década de 2030, pero que ahora probablemente se concrete más cerca de 2040. Con esta misión, la NASA busca establecer una base en la Luna que sirva, precisamente, para los futuros viajes al planeta rojo.

A diferencia de los cohetes que construye SpaceX, la compañía de Elon Musk, la agencia gubernamental aún basa su plan de avance en naves descartables, ya que según detalla Fuller, la cantidad de lanzamientos que tiene programados el organismo no condice una inversión de este tipo.

"Además, una de las ventajas de construir constantemente los cohetes desde el comienzo es que le entregas cierto nivel de experiencia a las personas que trabajan en eso y, con ello, puedes solucionar problemas de mejor forma y, a largo plazo, igual te encuentras con una disminución de los costos en la producción", añade el experto.

(Fuente: El Mercurio / GDA)

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