Un equipo de paleontólogos peruanos presentó este jueves los restos fosilizados de un basilosaurio, una “ballena primitiva” que habitaba en los mares hace 36 millones de años, anunciaron los investigadores.
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El hallazgo del gigantesco cráneo, que mide 1,35 metros y preserva intactos sus afilados dientes, se produjo el año pasado por un equipo de investigadores liderado por el paleontólogo Mario Urbina, y pertenece a un cetáceo muy arcaico, con más o menos 36 millones de años, proveniente de rocas de la formación Otuma (edad eoceno tardío), en el desierto de Ocucaje, Ica, explicó el paleontólogo Rodolfo Salas-Gismondi, encargado del departamento de Paleontología de Vertebrados del Museo de Historia Natural de la Universidad de San Marcos (MHN-UNMSM).
“Lo más increíble es que el cráneo está en muy buen estado de conservación, tiene sus dientes completos; era un depredador de primer orden, del tope de esa época que se alimentaba de pingüinos de peces; un monstruo marino tal como se lo imaginan y pensamos que se trata de una nueva especie”, refirió Salas, en el acto de presentación del fósil.
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“Hemos presentado el nuevo basilosaurio peruano, es el cráneo completo de una ballena arcaica que vivió hace 36 millones de años”, dijo a la AFP el paleontólogo Mario Urbina, jefe del equipo que descubrió los restos.
Urbina indicó que el hallazgo del cetáceo fue a fines del 2021 en el desierto de Ocucaje, en la región de Ica.
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El “Depredador de Ocucaje”, como lo bautizaron sus descubridores, tenía unos 12 metros de longitud y se alimentaba con su poderosa dentadura de atunes, tiburones y gran cantidad de sardinas.
“Este hallazgo es muy importante porque no hay otros especímenes descubiertos similares en el mundo”, destacó el investigador de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la más antigua de América.
“El mar era cálido”
Por su parte, el paleontólogo Rodolfo Salas-Gismondi explicó que el basilosaurio se diferencia de otras especies conocidas por el gran desarrollo de su dentadura y su tamaño.
Dichas características sugieren que este animal se encontraba probablemente en la cima de la cadena alimenticia.
“Este es un extraordinario hallazgo por su gran estado de conservación. Es un depredador de los mares del mundo, este animal era uno de los más grandes depredadores de su época. Es una ballena primitiva”, declaró Salas-Gismondi a la AFP.
“En esa época el mar del Perú era cálido, no era frío como en la actualidad. Gracias a este tipo de fósiles podemos reconstruir la historia del mar peruano”, añadió el encargado del Departamento de Paleontología de Vertebrados del Museo de Historia Natural.
Los primeros cetáceos evolucionaron a partir de animales terrestres hace unos 55 millones de años.
En el Eoceno tardío (entre 56 millones y 34 millones de años atrás), los cetáceos ya se habían adaptado totalmente a la vida marina y merodeaban casi todos los océanos del mundo. En esa época, las ballenas todavía no habían evolucionado y casi todos los cetáceos eran macrodepredadores marinos, según los estudiosos.
El desierto de Ocucaje es un lugar rico en fósiles, según los investigadores.
“Gracias a los fósiles de Ocucaje podemos redescubrir la historia del mar peruano. Tenemos un registro de 42 millones de años de evolución y de especies marinas”, explicó Salas-Gismondi.
En el mismo desierto fueron descubiertas hace más de dos décadas fósiles de ballenas enanas de cuatro patas, delfines, tiburones y de otras especies del periodo del Mioceno (de hace entre 5 y 23 millones de años).
Salas-Gismondi explicó que en la referida formación geológica de ambientes costeros también se encontraron anteriormente otros fósiles como el pingüino gigante Inkayacu, cuyo estudio se publicó en la revista Science el año 2010, y otros muchos fósiles con gran valor científico que ya han sido ubicados en el desierto de Ocucaje, como la primera ballena con patas de Sudamérica.
Al igual que los demás restos fósiles, el basilosaurio es exhibido en el Museo de Historia Natural de la Universidad de San Marcos.
Agencias/El Comercio
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