(Foto: "La Nación" de Argentina/ www.lafam.com.co)
(Foto: "La Nación" de Argentina/ www.lafam.com.co)
Redacción EC

"No pongas los ojos así que va a venir un viento y te vas a quedar así para siempre". Seguro que muchos habrán escuchado esta frase en algún momento de su vida. Pero a no temer: Tomás Grippo, médico oftalmólogo del Hospital Alemán, echa por tierra esta creencia: "Esto carece de fundamento científico".

En el día a día, cuando miramos de cerca, los ojos se cruzan naturalmente hacia adentro y ambos ojos parecieran apuntar hacia la nariz. Fisiológicamente, necesitamos hacer esto para poder ver los objetos de forma enfocada cuando están a corta distancia. Cuando uno pone los ojos bizcos, está realizando el movimiento para enfocar, pero de forma pronunciada.

"Los mismos músculos que mueven los ojos hacia la izquierda y hacia la derecha también se usan para hacerlos converger. Si ponerlos bizcos los hiciera quedar en esa posición, entonces habría que tener la misma precaución al moverlos ojos en cualquier otra dirección", explica.

A veces, al poner los ojos bizcos durante un tiempo sostenido se puede tener una sensación de dolor o visión borrosa, pero esto solo dura un rato. Se debe a que uno está ejerciendo un mayor esfuerzo sobre los músculos. "Todo lo que se necesita para recuperarse es descansarlos, tal como uno haría después de un entrenamiento físico", tranquiliza el especialista.

"La Nación" de Argentina, GDA

Síguenos en Twitter...

Contenido sugerido

Contenido GEC