"Me arrojaron al olvido sin ni siquiera preguntarme mi versión de los hechos", se quejó Tim Hunt, el criticado ganador de un premio Nobel de Medicina, al diario británico The Guardian.
Con los "hechos", el bioquímico británico se refería a unos comentarios que hizo la semana pasada en una conferencia en Seúl, Corea del Sur.
"Déjenme que les cuente cuál es mi problema con las mujeres", dijo, ante expertos y periodistas.
"Tres cosas ocurren cuando uno comparte laboratorio con ellas: se enamoran de uno, uno se enamora de ellas y cuando se las critica, lloran".
Y las reacciones no se hicieron esperar.
En las redes sociales la intervención del científico provocó inmediatamente una cascada de críticas.
"Idiota machista" y "científico machista" fue de lo más suave que se dijo de él en Twitter.
Ante tal aluvión tuvo que pedir perdón públicamente -se declaró compungido y pidió disculpas "si había ofendido a alguien"- y el jueves se supo que dimitió de su cargo en la University College de Londres , así como de la Royal Society británica.
"Extremo e injusto"
En una entrevista ofrecida días después de la tormenta, Hunt reconocía el error cometido al pronunciar aquellas palabras, pero reclamaba que el precio que tanto él como su esposa tuvieron que pagar por ellas fue "extremo e injusto".
Además, aseguró que la reacción en el mundo real fue bastante distinta a la acontecida en las redes sociales.
"Me levanté y enloquecí", admitió. "Estaba nervioso y algo confuso, sí, cuando hice aquellos comentarios, que, por otro lado, no tienen excusa. Pero los hice en un tono jocoso, irónico", explicó.
"Se oyeron unos aplausos corteses y eso fue todo. Pensé que todo estaba bien. Nadie me acusó de ser un cerdo sexista", contó.
Una versión que, por otro lado, contradice la que Connie St Louis, una profesora de periodismo científico que estaba en la conferencia, le contó a la BBC. "Se hizo un silencio sepulcral", relató ésta.
"Hace la compra y cocina"
A pesar de los cientos de voces que se alzaron para reprobar a Hunt y la cantidad de comentarios generados en torno al hashtag #DistractinglySexy (#TanSexyQueDistraigo), bajo el cual científicas de varias ramas respondieron a los comentarios, también ha habido quien ha querido romper una lanza por él.
El alcalde de Londres, Boris Johnson, fue es uno de ellos.
"Tim Hunt estaba haciendo lo que ha hecho toda su vida: señalando un fenómeno natural que había observado", declaró el político conservador.
"No merecía ser ridiculizado y debería ser reintegrado inmediatamente en sus puesto académicos".
Pero también lo defiende su esposa, la profesora Mary Collins, una de las más prestigiosas inmunólogas de Reino Unido.
En una entrevista ofrecida a The Guardian en la casa de campo que comparte con Hunt en Hertfordshire, en el sureste de Inglaterra, insistió en que su marido no es para nada sexista.
"Cuando no está viajando por trabajo, Tim se encarga de todas las compras y de cocinar", explicaba, como ejemplo.
"De hecho, es un gran cocinero. Nuestras hijas prefieren las comidas que él prepara a las mías. Y no es ningún viejo dinosaurio. Sólo dice cosas tontas de vez en cuando".
Además, Collins remarcó que ella es feminista y que de ninguna manera hubiera estado con él si fuera sexista.
"Lo que dijo fue increíblemente estúpido. Y puedo entender cómo, si no conoces a Tim, pudo interpretarse como algo ofensivo", reconoció.
"Pero realmente fue parte de su educación. Fue a una escuela de niños en la década de 1960. Sin embargo, no es sexista. Yo soy feminista, y no estaría con él si lo fuera".
Dimisión o cese
Asimismo, la inmunóloga contó cómo fue el desenlace tras la intervención de Hunt en la conferencia de Seúl, cuando este aún volaba de regreso a Reino Unido.
Collins explicó que recibió una llamada de la Universidad de Londres.
"Un alto cargo me dijo que Tim tenía que renunciar inmediatamente o que sería despedido, aunque me aseguró que sería tratado como un asunto de bajo perfil", recordó.
"Así que, cuando llegó a casa Tim escribió un correo electrónico con la renuncia. La universidad la anunció inmediatamente en su página web y empezó a decir en Twitter que se había librado de él. En esencia, nos arrojaron a ambos al olvido".
Además, reclamó: "Claramente no lo trataron como un asunto de bajo perfil. No me advirtieron del anuncio ni me ofrecieron ayuda, a pesar de que trabajé allí cerca de 20 años".
Algo que su esposo calificó de "inaceptable".