EE.UU. He aquí un motivo adicional para pedir una segunda opinión médica: los especialistas en biopsias suelen equivocarse en el diagnóstico del tejido mamario, lo cual conduce a un tratamiento excesivamente agresivo para algunas mujeres e insuficiente para otras, indica un estudio.
La biopsia consiste en tomar un trozo de tejido del tumor para ser examinado bajo un microscopio. Y sólo en EE.UU. se realizan alrededor de 1,6 millones de estos procedimiento para cáncer de mama, generalmente después de que los radiólogos descubren algo sospechoso en una mamografía.
Sin embargo, el estudio señala que los patólogos son muy hábiles para descubrir cuando el cáncer invasivo está presente en el tejido mamario, pero no tanto para diagnosticar trastornos menos graves o tejido normal.
La investigación, publicada en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA), abarcó a 115 patólogos estadounidenses y 240 biopsias de seno. Además, se comparó los diagnósticos con los de tres especialistas.
Se trató de un experimento que tal vez no refleje lo que sucede fuera del ámbito de la investigación, pero los autores dicen que los resultados reflejan las dificultades para interpretar con precisión el tejido bajo el microscopio.
Algunos resultados del estudio
Los patólogos diagnosticaron correctamente las células anormales precancerosas en la mitad de los casos, equivalente a lanzar una moneda, dijo la doctora Joann Elmore, investigadora de la Universidad de Washington. El tratamiento requiere examen frecuente y a veces medicación.
No obstante, un tercio de los casos fueron diagnosticados erróneamente como no preocupantes o normales, en tanto el 17% fueron considerados sospechosos o directamente cancerosos.
Además, los patólogos se equivocaron al hallar algo sospechoso en el 13% de los tejidos normales.
"Como mujer, probablemente buscaría una segunda opinión" ante un diagnóstico anormal o precanceroso, dijo Elmore.
A pesar de los resultados obtenidos, un editorial de JAMA observa que el estudio carece de información sobre la evolución de los pacientes, de manera que no hay pruebas de que los expertos llegaron a las conclusiones correctas.
Asimismo, los patólogos no pudieron consultar con sus colegas en casos de incertidumbre, mientras que en el mundo real esas consultas son frecuentes, dijo el coautor del editorial David Rimm, profesor de patología en la Universidad de Yale.
Fuente: AP