Ya se ha corrido en 27 ciudades del mundo y apenas tiene seis años desde que se creó. La Fórmula E es la primera competencia automovilística de escala mundial en la que participan autos de carrera que van a velocidades superiores a los 250 km/h sin quemar una sola gota de combustible líquido. Estos bólidos son completamente eléctricos.
La última edición del campeonato se corrió en Santiago de Chile y tuvo un emocionante desenlace cuando, en la última vuelta, el piloto alemán Max Hünter, de BMW i Andretti Motorsport, sobrepasó en una estrecha curva al vehículo conducido por el portugués António da Costa, del equipo DS Techeetah. Desde las tribunas repletas del parque O’Higgins, los asistentes se emocionaron con el sorpresivo final.
Carrera por el planeta
Más que una competencia por llegar primero, es una carrera por el planeta. Esta promociona la revolución del vehículo eléctrico, una forma de movilidad basada en la energía renovable y ya no en los combustibles fósiles, cuyo uso es el principal responsable de la contaminación del aire y de la emisión de los gases de efecto invernadero que aceleran el cambio climático.
Un día antes de la carrera, en un evento en el que la empresa Enel X Chile presentó su plan de infraestructura de movilidad eléctrica para Chile, el director de la Fórmula E para América Latina, Álvaro Buenaventura, dijo que esta no es solo una competencia automovilística, sino más bien un movimiento global de sostenibilidad e innovación por el que están apostando los principales fabricantes de carros del mundo.
“Hace seis años todo esto era un Power Point. No había pilotos, no había circuitos, no teníamos ni siquiera un auto eléctrico de carreras con baterías capaces de lograr este desempeño. […] Hoy es el campeonato automovilístico que más ha crecido”.
Luego de las primeras temporadas, la Fórmula E ya tenía 178 peticiones de diversas ciudades para que la competencia se corra en sus localidades.
“Es un mensaje claro. Las ciudades están interesadas en abrirles las puertas a los autos eléctricos, a reducir su huella de carbono. La Fórmula E es un aliado y una plataforma para la exposición de este mensaje. Las ciudades importantes quieren ser parte de ese equipo que busca cambiar las cosas”, explicó Buenaventura.
Como en cualquier carrera, gana el que llega primero, pero para conseguirlo hay factores determinantes como la temperatura del motor. Es una carrera de mucha estrategia y que, además, involucra a sus seguidores.
Los fans tienen opción de votar por su piloto favorito a través de las redes sociales. Al que más puntuación obtiene los comisarios de la carrera le activan el turbo en plena competencia. Con esto, el piloto favorito puede correr con 3% más de energía durante tres minutos. A eso le han llamado el ‘Fan Boost’.
Otra innovación tecnológica es conocida como el ‘Attack Mode’. Hay zonas del circuito por las que los pilotos pueden pasar. Eso les hará perder tiempo, pero ganan un extra de 25 kilovatios de energía (es decir, más velocidad) durante ocho minutos en la carrera.