El descubrimiento en Brasil de un fósil de serpiente con cuatro patas, un espécimen único, sugiere que los ancestros de estos reptiles eran terrestres y no marinos, informa un estudio publicado en la revista Science.
Esta nueva especie, bautizada Tetrapodophis amplectus, vivió en el Cretácico, hace unos 146 y 100 millones de años, y presenta muchos rasgos fisiológicos parecidos a los de las serpientes actuales: morro corto, bóveda craneal alargada, escamas, dientes puntiagudos y una mandíbula muy flexible para engullir grandes presas.
Este reptil tenía, además, una estructura vertebral similar a la de sus descendientes actuales que permite una flexiblidad extrema, necesaria para apretar a sus presas hasta ahogarlas.
La única gran diferencia del Tetrapodophis con las serpientes modernas son sus cuatro patas, que aparentemente no servían para desplazarse, sino para atrapar las presas.
Los autores de este estudio revelan también la ausencia de la típica cola larga de reptiles acuáticos como los aligators, confrontando así la hipótesis de que las serpientes no descienden directamente de ancestros acuáticos.
Los investigadores analizaron las características genéticas y morfológicas del Tetrapodophis y lo compararon con otras especies conocidas de serpientes.
Fuente: AFP