Bruno Ortiz Bisso

En El Comercio continuamos con nuestra serie de entrevistas a personajes relevantes de la . El extracto presentado a continuación forma parte de la nueva serie de podcast “”, en donde buscaremos conocer lo que hay detrás de los científicos locales.

Es una de las nuevas caras de la ciencia peruana que aparecieron en medio de la pandemia. Es investigadora en el Instituto de Medicina Tropical Alexander von Humboldt y profesora en la Universidad Cayetano Heredia, e integra el grupo que investiga sobre el uso del plasma como tratamiento para el . El Comercio conversó con la médica especialista en enfermedades infecciosas Fiorella Krapp sobre la pandemia en el Perú desde la mirada de la ciencia.

— ¿Qué ha hecho bien la ciencia peruana en esta pandemia y qué se puede hacer mejor?

La respuesta de los investigadores y científicos en el Perú ha sacado a relucir el enorme potencial y nivel que hay por todos lados. Veo que tanto investigadores jóvenes como más experimentados se han abocado a apoyar, a ver la forma –con ciencia, tecnología e investigación– de dar respuestas para aminorar el en el país. Para lo que creo que sí hay mucho espacio por mejorar es en cuanto a que la ciencia tenga una voz fuerte y que llegue mejor a la población. Viendo cómo ha respondido cada país –a algunos les ha ido bien y a otros no tan bien–, creo que una de las cosas saltantes que se ve en los sitios donde les ha ido mejor es que son los científicos quienes han comunicado los mensajes claves, quienes han liderado las respuestas, y que han sido apoyados por el Gobierno. Ojalá que en el transcurso de los siguientes meses pueda darse en el Perú que la voz de los científicos pese más y llegue mejor a la población.

“En los sitios donde les ha ido mejor son los científicos quienes han comunicado los mensajes claves”.


— Estamos a menos de un año de las elecciones generales, ¿qué deberíamos exigirles a nuestras futuras autoridades con respecto a temas de ciencia y de salud?

Poner como prioridad uno, dos y tres, a la salud de todos los peruanos. Realmente, ha estado abandonada por décadas. Quizá uno no se llega a dar cuenta por la situación que se vive en el día a día. Es claro que, por décadas, la salud de los peruanos ha quedado en un rincón en la mente de los gobernantes y ahora nos está pasando factura. Creo que nuestros gobernantes deben ser transparentes, tener un plan bien asesorado por equipos multidisciplinarios que puedan ayudar a empujar este carro de la problemática de la salud en el Perú, que es enorme y que va a necesitar recursos y mentes muy capaces para encontrar cómo solucionarlo en el tiempo más corto.

— Usted está trabajando en una investigación sobre el uso de plasma convaleciente como tratamiento del

Temprano, cuando empezaron a sonar las alertas y aún no teníamos el primer caso en el Perú, un grupo en el Instituto de Medicina Tropical nos juntamos para ver qué se podía hacer, cómo nos podíamos preparar y ayudar al país. La idea es que el plasma contiene anticuerpos y, si una persona se recupera, está llena de anticuerpos producidos para luchar contra el virus y esos se pueden transfundir a una persona infectada. En medicina y ciencia, todo parte de ideas que luego deben ser comprobadas. Hay una serie de variables que uno, quizá cuando formulas la idea, no las tiene en cuenta. Pero cuando estás tratando a un ser humano, el cuerpo es tan complejo que muchas cosas pueden escaparse. Armar un ensayo clínico siempre es difícil, porque es uno de los estudios más rigurosos que se pueden hacer. Pero hacerlo en medio de una pandemia ha sido un reto gigantesco.

— El reto de hacer ensayos clínicos es complejo, porque cada organismo puede reaccionar de manera distinta y, por eso, ese tipo de estudios toma su tiempo…

Así es, pero también tenemos una capa más de complejidad: este virus es totalmente nuevo para nosotros. Se ha avanzado muchísimo, la generación de conocimiento se ha hecho en tiempo récord, pero todavía nos falta mucho por entender. Ya sabemos un poco mejor cómo el virus entra, cómo causa la infección. Conocemos un poco más sobre el virus, pero poco sobre la parte del hospedero, de quién sufre la enfermedad. Eso todavía es más complejo y recién estamos comenzando a aprender algunas cosas. Está bien que estemos en emergencia y que tengamos que acelerar para ver si un tratamiento funciona o no, pero siempre bajo un ojo riguroso para ir sumando conocimiento.

“No se puede decir que algo va a suceder con total seguridad, porque estamos ante una enfermedad que no entendemos bien”.


— Por eso no se puede, por ejemplo, dar una fecha exacta sobre cuándo se aprobarán las vacunas…

Está bien ser optimistas, pero creo que en este caso se está desviando mucho la atención de todos a una esperanza que, claro, todos queremos que llegue. Se pueden hacer estimados, pero ese mensaje debería ser liderado por científicos. No se puede decir algo que va a suceder con total seguridad, porque estamos ante una enfermedad que no entendemos bien, ante un escenario que cambia cada semana no solo en el Perú, sino también en el mundo. Salir a decir que en tres o seis meses se tendrá una vacuna es muy riesgoso. Después, la confianza del público cae si no se cumple. Hay que ir con mucho cuidado en ese sentido. Entiendo que uno quiera comunicar buenas noticias. Ha sido meses en que nuestros comunicadores han tenido que dar malas noticias y que los ensayos de los proyectos de vacunas estén avanzando bien es, definitivamente, una buena noticia para dar. Pero dar fechas no ayuda mucho.


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