Un inglés introvertido, un estadounidense descarado y un japonés trabajador. Los estereotipos nacionales son fáciles de hacer. Pero ¿realmente existen personalidades diferentes para cada país?
Cuando los psicólogos hacen el mismo test de personalidad a cientos o miles de personas de países diferentes, encuentran puntuaciones diferentes según cada cultura.
En otras palabras, la personalidad promedio de un país a menudo suele ser diferente a la de otro.
Pero estas diferencias entre naciones no corresponden a los estereotipos que muchos tenemos.
Aunque solemos estar de acuerdo en lo que define la personalidad típica de un país, incluido el nuestro, las investigaciones sugieren que nuestros supuestos muchas veces son erróneos.
Uno de los más completos fue publicado en 2005 por Robert McCrae y 79 colaboradores en todo el mundo que analizaron a más de 12.000 estudiantes universitarios de 51 culturas.
Basándose en diferentes perfiles de personalidad, los investigadores presentaron una puntuación de rasgos "colectivos" para cada cultura.
Quienes acumularon una mayor puntuación en extroversión fueron los brasileños, los suizos franceses y los malteses, mientras que los menos sociables resultaron ser los nigerianos, marroquíes e indonesios.
Los que tuvieron más puntos en apertura fueron los suizos alemanes, los daneses y los alemanes, mientras que los menos abiertos, según este estudio, son los chinos de Hong Kong, los irlandeses del Norte y los kuwaitíes.
Por supuesto, es importante recordar que estos son solo promedios.
Los expertos también dicen que es un problema saber cuántos ciudadanos de cada país están dispuestos a marcar la casilla de los rasgos más extremos en un test psicológico.
Pero, a pesar de los retos metodológicos, varios estudios han analizado la cuestión de manera global.
Y los resultados son bastante consistentes.
Los neuróticos: Japón y Argentina
Investigaciones internacionales sobre la personalidad también mostraron que, aunque los rasgos varían entre culturas, la estructura básica de la personalidad, organizada en cinco aspectos fundamentales, suele ser universal.
David Schmitt, de la Universidad Bradley en EE.UU., dirigió un estudio en 2007 en el que analizó a más de 17.000 personas de 56 países en todo el mundo.
Los países más neuróticos, según este estudio, resultaron ser Japón y Argentina, mientras que los menos, República del Congo y Eslovenia.
Por otra parte, las puntuaciones más altas para amabilidad se las llevaron los jordanos y los congoleses, mientras que los japoneses y lituanos obtuvieron las más bajas.
Este estudio también reflejó las similitudes entre países de una misma región y descubrió que, por ejemplo, en África la gente suele obtener más puntos en responsabilidad que personas de otros continentes, como Asia.
Probablemente tengas una idea en tu cabeza de la personalidad promedio de la gente de distintas culturas.
Sin embargo, raramente se corresponden con la realidad.
A principios este siglo, en una de las primeras comparaciones de estereotipos nacionales con las diferencias de personalidad, el psicólogo Robert McCrae puso a prueba las asunciones sostenidas por expertos en psicología cultural.
McCrae presentó a un panel de ocho de esos expertos una lista de 26 culturas diferentes del mundo sobre las que existían datos promedio relativos a la personalidad.
Luego, McCrae le pidió a los expertos que organizaran las culturas en listas con puntuación de mayor a menor (siendo 7 el máximo) para cada uno de los principales cinco rasgos de personalidad.
Su desempeño fue lamentable. En comparación con los datos reales, apenas llegaron a adivinar alguno.
Pero el resto de nosotros no lo hacemos mucho mejor.
Y, de nuevo, la idea de los participantes sobre la "personalidad típica" de cada país no se correspondió con el perfil real.
Un estudio más reciente publicado en 2013 incluyó a más de 3.000 participantes de 26 naciones.
La conclusión fue la misma.
Genética e historia
Pero ¿qué podría explicar las diferencias nacionales en la personalidad?
Probablemente, las razones son en parte genéticas, relacionadas con patrones históricos de migración.
Por ejemplo, quienes tienen rasgos relacionados con la toma de riesgos y con la apertura suelen ser más proclives a migrar, por lo que representan regiones en las que ha habido más migraciones.
Y, contrariamente, es probable una población aislada sea más introvertida y cerrada a través de generaciones.
Una serie de estudios recientes con isleños residentes en varios archipiélagos italianos puso a prueba estos principios.
Andrea Ciani, de la Universidad de Padua y sus colegas encontraron que los isleños son menos sociables y abiertos, pero más responsables y emocionalmente estables que sus vecinos peninsulares.
Esto se debe a que, con el tiempo, los individuos más atrevidos decidieron emigrar y abandonar las islas.
Sin duda, los factores ambientales también juegan un papel importante.
Por ejemplo, existen pruebas de que los rasgos asociados a la sociabilidad y a la apertura abundan menos en regiones donde el riesgo de infección es mayor.
Los expertos también han especulado sobre cómo las diferencias climáticas podrían definir la personalidad y la estabilidad emocional.
Incluso se ha tenido en cuenta la densidad de población.
Hay datos recientes que sugieren que vivir en un lugar sobrepoblado nos hace adoptar una mentalidad más orientada al futuro y que invertimos más en relaciones a larga distancia, tal vez como una manera de lidiar con una mayor competencia con otras personas.
Además, una vez que se establecen diferencias regionales en la personalidad, pueden llegar a perpetuarse.
Construcciones sociales
Los rasgos de la personalidad son importantes en nuestro día a día y nos afectan en cosas como el bienestar o el éxito profesional.
Pueden contribuir o, al menos reflejar, diferencias internacionales en aspectos como la salud, la felicidad, la corrupción, la innovación o la riqueza
Por ejemplo, en los países más neuróticos, los ciudadanos suelen ser más vulnerables a enfermedades de salud física y mental.
Las diferencias de personalidad también afectan el surgimiento de nuevos sistemas políticos.
El año pasado, un estudio de Joan Barceló, de la Universidad de Washington en San Luis, EE.UU., encontró una correlación: los países en los que destaca el rasgo de apertura a la experiencia suelen tener más instituciones democráticas.
Estos hallazgos sobre las diferencias internacionales en la personalidad podrían ser otra razón para cuestionar nuestras asunciones sobre las actitudes y comportamientos de personas de otros países.
Tal y como dijo el psicólogo Richard Robins, "en contraste con los rasgos de la personalidad -los cuales reflejan diferencias reales en la forma de pensar, sentir y comportarse- los estereotipos sobre el carácter nacional parecen ser construcciones sociales diseñadas para servir propósitos específicos de la sociedad".
En otras palabras, tus percepciones sobre otras culturas pueden decir más sobre ti mismo y tu propia sociedad que sobre el conjunto de personalidades que existe realmente en todo el mundo.