Rabat. (EFE). El cultivo de la quinua, "el grano de oro de los incas" se ha adaptado bien en seis regiones distintas de Marruecos, y ahora Perú ha propuesto prestar asesoría científica y técnica para sacar un mayor rendimiento a esta planta.
El Instituto Agronómico y Veterinario Hasán II de Rabat celebró una novedosa jornada dedicada específicamente a la quinua en Marruecos, consistente en exposiciones científicas, degustación de platos a base de quinua y una visita a una granja experimental donde ya hace años que se cosecha el grano andino.
La profesora Uafa Benlhabib, la mayor experta en Marruecos sobre la quinua, explicó que este grano llegó a Marruecos en 2000 a la región de Jenifra (centro montañoso), y poco a poco se fue extendiendo hasta prosperar en seis regiones con climas muy distintos, de montaña y llano.
La producción todavía es baja, de alrededor de 1 tonelada por hectárea, y el ciclo de cultivo es entre febrero y mayo, es decir, antes de que lleguen las altas temperaturas.
EL PESO DE LA HISTORIA
La doctora peruana Luz Gómez, de la Universidad Agraria de La Molina en Lima, estuvo invitada a las jornadas, y comentó que, si bien la quinua fue introducida en Marruecos por investigadores europeos, la experiencia acumulada por los expertos peruanos en los últimos años va a permitirles asesorar a los magrebíes para un mejor aprovechamiento de la variedad "costeña" del grano.
Según la doctora peruana, la quinua todavía no tolera los herbicidas y exige una limpieza manual de los campos, aunque resiste bien los plaguicidas y, sobre todo, ha demostrado ser muy resistente a la sequía, la salinidad de la tierra y los fríos extremos.
La quinua se ha adaptado a 70 países diferentes, y su crecimiento exponencial gracias a sus virtudes nutritivas ha disparado su precio, lo que la convierte en una planta de gran valor añadido para el campesino.