Como muchos lectores lo habrán notado, el título de este artículo hace referencia al nombre en castellano de “Star Trek”, una de las series más populares en la historia de la televisión. Era un programa entretenido y hecho con gran imaginación. Popularizó una idea algo fantástica del universo y los viajes espaciales.
LEE: Así eran los climas en la prehistoria
Para solucionar un problema que haría imposible la mayoría de sus historias, “Star Trek” tenía un recurso muy usado bajo diferentes nombres en ciencia ficción: el ‘warp’, un motor capaz de transportar la nave Enterprise a velocidades mayores que la de la luz. Felizmente nadie trató de explicar cómo funcionaba; lo importante es que permitía viajar en pocos días lo que tomaría siglos o milenios recorrer. Lamentablemente, la posibilidad de visitar mundos distantes no es algo que lograremos durante nuestras vidas, salvo que se descubra cómo producir un motor ‘warp’ u otro recurso de la ciencia ficción.
Algunos físicos plantean como posibilidad teórica el agujero de gusano, un túnel espacial que crearía un atajo entre dos lugares lejanos. Pero hasta que no se materialice uno de esos artificios narrativos o teóricos, viajar a otros sistemas planetarios presenta obstáculos insuperables.
—Distancia y tiempo —
La estrella más cercana a nuestro sistema solar es Próxima Centauri, una estrella enana roja más chica y menos caliente que nuestro Sol. Se sabe que tiene por lo menos dos planetas en órbita, uno de masa similar a la Tierra, pero muy cerca de la estrella, mientras que el otro tiene siete veces la masa terrestre y se halla en una órbita bastante más alejada. Este sistema planetario se encuentra a 4,2 años luz; es decir, un haz de luz o una señal de radio enviada desde la Tierra tomaría más de cuatro años en llegar.
“La estrella más cercana a nuestro sistema solar es Próxima Centauri”.
La velocidad de la luz es de aproximadamente 300.000 km/s. La mayor velocidad lograda por una nave espacial es la de la sonda solar Parker, que –gracias al impulso adicional que le da la gravedad del Sol en cada órbita– ha alcanzado la velocidad récord de 70 km/s; es decir, es aproximadamente 4.286 veces más lenta que la luz. En otras palabras, a la velocidad más alta lograda hasta hoy, nos tomaría 18.000 años llegar a Próxima Centauri.
Suponiendo que en un futuro se logre un sistema de propulsión que continúe acelerando por semanas o meses hasta lograr una velocidad mil veces mayor a la lograda hasta ahora, estaríamos hablando de viajes de ida y vuelta de más de 30, 40 o 50 años a la estrella más cercana. Ahí entrarían en juego otras complicaciones.
—Condiciones de viaje —
El espacio es un ambiente hostil, donde el vacío, las temperaturas extremadamente bajas y la radiación del Sol nos matarían en un instante. Un viaje a la Luna requiere una cápsula presurizada, con amplio suministro de oxígeno y cobertura gruesa que proteja de la radiación como lo hace nuestra atmósfera. A la nave Apolo 11 le tomó tres días llegar a la Luna desde la Tierra. Un viaje a Marte requerirá algo similar, pero con mucho más oxígeno, alimentos y espacio interior, ya que tomaría por lo menos siete meses tan solo de ida.
Otro problema de los viajes espaciales es la falta de gravedad, que nos mantiene en constante esfuerzo para mantener nuestro esqueleto erguido y la sangre fluyendo, y que limita nuestra estatura. Los astronautas que permanecen en la Estación Espacial Internacional (EEI) se estiran unos centímetros al cabo de unos meses, y para evitar una debilitación peligrosa de sus huesos y músculos, tienen que realizar diversos ejercicios por dos horas y media diariamente.
La única manera que se conoce para reproducir (parcialmente) el efecto de la gravedad durante un viaje espacial, que nunca se ha puesto a prueba, es el uso de la fuerza centrífuga. En teoría, se podrían diseñar partes de la nave que giren alrededor de un eje central, haciendo que la rotación empuje a los ocupantes hacia afuera, contenidos por lo que vendría a ser el piso del compartimento.
“Se ha confirmado ya la presencia de al menos 4.687 planetas, orbitando más de 3.000 estrellas”.
—Espacio interestelar —
Cualquier viaje requeriría resolver una infinidad de detalles y muchas incógnitas. Una de ellas está asociada a lo que podríamos encontrar al salir del sistema solar. El viento solar de partículas cargadas que expulsa nuestra estrella crea una especie de burbuja gigantesca que envuelve el conjunto de planetas y mantiene alejada mucha de la radiación cósmica que llega de las demás estrellas de nuestra galaxia.
Las condiciones afuera de esta burbuja son desconocidas y podrían ser más hostiles. Las sondas espaciales Voyager I y II han sido las primeras naves que han salido de la heliopausa, el espacio más allá de Neptuno donde el viento solar pierde fuerza y empieza a ser frenado por la radiación cósmica. No obstante, su misión dejó de ser interplanetaria, y ahora es llamada la misión interestelar Voyager: viajando a 17,1 km/s, Voyager I cruzó la heliopausa en el 2012, 35 años después de partir de la Tierra; Voyager II la cruzó cinco años después, viajando a 15,4 km/s.
LEE: Un repaso por lo que es el reciclaje
—Nuevos mundos —
Los tripulantes del Enterprise visitaban mundos lejanos donde desembarcaban y comenzaban a caminar sin problemas. Invariablemente, los nuevos planetas tenían una atmósfera agradable y formas de vida sorprendentemente parecidas a las terrestres.
No hay duda de que hay otros planetas orbitando estrellas distantes: se ha confirmado ya la presencia de al menos 4.687 planetas, orbitando más de 3.000 estrellas. De poder llegar algún día a alguno de ellos, sería fascinante ver si las condiciones climáticas y formas de vida son tan acogedoras como las de “Star Trek”.
VIDEO RECOMENDADO
TE PUEDE INTERESAR
- El campo magnético
- Pandemias pasadas, presentes y futuras
- La esperanza de vida, el desarrollo y la civilización
- Las ballenas y los delfines
- Las vacunas versus la pandemia
- El teléfono, un avance gigantesco
- La audición y el sonido
- ¿Vamos a Marte?
SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER
Contenido Sugerido
Contenido GEC