¿Alguna vez te has puesto a pensar cuántas veces necesitas escuchar una palabra para incorporarla a tu vocabulario?
¿Una, cinco, diez, veinte?
También es posible que no necesites la misma cantidad de repeticiones para aprender todas las palabras. Tal vez con algunas precises menos tiempo que con otras.
Pero entonces ¿se puede establecer un número?
En concreto, en 1965 los especialistas en educación y psicología David Ausubel y Mohamed Youssef de esa casa de estudios llegaron a la conclusión de que un estudiante necesita estar expuesto a una palabra 17 veces para aprenderla.
Y en la actualidad los expertos dicen que el promedio va de entre 15 a 20 veces.
Una de las sugerencias para mejorar el vocabulario es la repetición de la exposición de nuevas palabras en un contexto tanto escrito como oral y dando lugar a la práctica.
Por esto, BBC Mundo consultó a Catherine Snow, profesora de Educación en la cátedra Patricia Albjerg Graham de la Universidad de Harvard.
¿Por qué el cerebro necesita estar expuesto tantas veces a una palabra para aprenderla?
En primer lugar, este es un promedio entre muchas palabras y condiciones diferentes de aprendizaje. A veces solo toma una vez aprender el significado de una palabra. Puedes apuntar a algo y decir la palabra y los niños la recordarán, la aprenderán y la llamarán así de ahí en adelante. Pero el significado de muchas palabras no puede encapsularse en señalar un objeto o una imagen. Hay muchas cosas que aprender sobre otras palabras, no solo cómo las pronuncias o lo que significan, sino también el contexto adecuado para usarlas.
Entonces para entender el contexto en el que aparecen muchas palabras es necesario que la escuches 10, 20 o 30 veces para que tengas un buen sentido de las múltiples estructuras en las que pueda aparecer.
Tenemos que pensar en estas 15 o 20 veces de exposición como un promedio entre palabras fáciles y difíciles, aquellas con un significado simple contra las que cuentan con uno complejo.
¿Qué sucede con los estudiantes de un segundo idioma?
Para el caso de los estudiantes de un segundo idioma se espera que aprendan unas 200 palabras por semana. Algunas de esas palabras la aprenderán, pero no podemos estar seguros si las recordarán.
¿Y cuál es la estrategia?
El diseño típico es que el maestro seleccione las 200 palabras para enseñar esa semana y asegurarse de que los alumnos estén expuestos a ellas unas cinco veces en el día en que se supone que deben ser introducidas. Al día siguiente, cuatro veces. Tres veces el próximo par de días. Y luego una o dos veces la semana después. De este modo existen muchas oportunidades para que el alumno escuche o lea esas palabras, y así asegurarse de que se produzca la consolidación de la memoria (proceso por el cual la memoria a corto plazo pasa a la memoria a largo plazo).
Este promedio de exposición del cerebro para aprender una palabra ¿ se aplica a cualquier edad?
Los datos con los que contamos son en el marco de la enseñanza de idiomas. Ese es el único lugar donde se puede saber con qué frecuencia se expone una palabra al alumno, porque con los niños pequeños no sabemos cuán a menudo usamos una palabra antes de que la aprendan.
Todo sugiere que a partir de los 15 años los estudiantes son más eficientes en el aprendizaje, ya que pueden estudiar por sí solos y usar bibliografía para reforzar los conocimientos. Entonces, creo que los estudiantes más jóvenes probablemente necesitarían más exposición.
¿Cuál es su experiencia en torno a la cantidad de veces que el cerebro debe estar expuesto para aprender un idioma?
Es posible aprender una palabra en una primera exposición, pero las posibilidades son pocas, según lo revelan las estadísticas. La forma de asegurarse es proporcionando múltiples exposiciones. Pero también es más fácil enseñar palabras si están relacionadas entre sí. La forma en que yo lo hago es: primero mostrar una foto de un tema en el que los estudiantes estén interesados y luego pensar qué palabras realmente se necesitan para hablar sobre ese tema. Luego presentar lecturas y oportunidades para escribir relacionadas y las palabras naturalmente se repetirán múltiples veces.
¿Puede mencionar alguna otra estrategia para hacer que los alumnos aprendan una nueva palabra?
Averiguar cómo hacer que los estudiantes usen las palabras de forma oral y escrita. De esta manera es mucho más probable que formen lo que llamamos una representación léxica de alta calidad (que incluye una ortografía, semántica y fonética detallada).
Hay palabras que conocemos, aunque no estemos muy seguros de cómo deletrearlas o pronunciarlas, pero puedes entenderlas si las lees. Esas palabras son frágiles en nuestro vocabulario. Sin embargo, si puedes hacer que los niños entiendan cómo usarlas, es más probable que las recuerden.
Este artículo es parte de la versión digital del Hay Festival Arequipa , un encuentro de escritores y pensadores que se realiza en esa ciudad peruana entre el 9 y el 12 de noviembre.
LEE TAMBIÉN...