Las cámaras trampa se han convertido en una de las principales herramientas para los investigadores. Gracias a ellas las personas también pueden apreciar la gran riqueza de fauna que vive cerca de ellas y que muchas veces no es fácilmente observable.
La presencia de diferentes especies de animales es un indicador de la salud de los ecosistemas. Esta es una muestra de la fauna captada en dos departamentos de Colombia.
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Boyacá
Boyacá es un departamento diverso que cuenta con ecosistemas que van desde las bajas alturas hasta llegar a páramos y glaciares, como la Sierra nevada del Cocuy. Corpoboyacá (corporación autónoma regional del departamento) ha realizado labores de fototrampeo donde ha logrado captar felinos, primates y aves, pero en especial al oso andino (Tremarctos ornatus), especie en categoría vulnerable según la UICN.
Harold López, biólogo de la entidad, asegura que “se ha empezado a hacer monitoreo de osos andinos con fototrampeo, con muy buenos resultados. Así mismo, hemos captado otro buen número de especies que usualmente no se reportan con otros métodos”.
Para el investigador, captar al oso, no solo en páramo, sino en ecosistemas de menor altura como la Serranía de las Quinchas (entre 200 y 1700 metros sobre el nivel del mar) es un buen indicador. En este lugar no solo han registrado al oso sino también senderos y señas de comederos del animal.
La gran preocupación en Corpoboyacá es que el hombre está desplazando a los animales al apoderarse de sus sitios de vida. “Hemos ocupado hábitats que usualmente son de ellos, como ocurre en los páramos con los venados. Recibimos quejas de las comunidades de que estos animales se comen sus plantas y cultivos, pero en gran medida se debe a que el venado siempre ha vivido allí, alimentándose de lo que encuentra y que ahora coincide con las plantaciones de la gente”, cuenta López.
Para Omar Cely, biólogo de Corpoboyacá, la situación es clara, pues ha sido el ser humano el que ha invadido el territorio. “Los animales y la flora ya existían ahí y el uso que le damos a esos terrenos trae consecuencias”. También hace un llamado para que cuando alguien entre en contacto con los animales trate de ahuyentarlos y no matarlos. “No verlos como trofeos. Son parte de la biodiversidad y cumplen un papel dentro del ecosistema”, resalta.
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Huila
La Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena (CAM) lleva un buen tiempo utilizando el fototrampeo para estudiar la biodiversidad que habita en esta región. A través de este método han logrado registrar al puma (Puma concolor), la danta de montaña (Tapirus pinchaque) y el oso andino (Tremarctos ornatus).
En un registro de finales de agosto de 2018, una mamá oso con sus dos crías, fue captada por cámaras trampa en zona rural del municipio de San Agustín, sur del departamento del Huila. En las imágenes se observa a la madre enseñando a sus oseznos a trepar por los árboles en busca de alimento, preferiblemente bromelias que se encuentran en la parte alta de los bosques y que hacen parte fundamental de su dieta.
El hallazgo se produjo en el mismo punto en el que meses anteriores, las cámaras trampas de la CAM, registraron la presencia de una pareja de osos de andinos (también conocidos en Colombia como osos de anteojos).
“De acuerdo al tamaño de los oseznos se estima que tienen una edad aproximada de 8 meses, y se encuentran en buen estado de desarrollo biológico. Al nacer, los osos pesan alrededor de 300 gramos y son mantenidos en nidos construidos por la madre, conocidos como oseras, en los que permanecen bajo su cuidado hasta que están preparados para salir al exterior, donde les enseña a buscar alimento, defenderse y trepar árboles en busca de bromelias”, menciona Katherine Arenas, bióloga de la CAM.
Los osos de anteojos alcanzan la madurez sexual entre los tres o cuatro años de vida y las hembras gestantes tienen un promedio de dos cachorros tras un periodo de gestación que oscila entre los 6 y los 8 meses. Los oseznos permanecen junto a su madre hasta que alcanzan la edad mínima de 1 año.
“El registro de estas crías de oso andino, representa un gran logro en el proceso de conservación de esta especie amenazada en el departamento del Huila, ya que muestra una reactivación en la dinámica poblacional de la especie, y a su vez está directamente relacionado con el excelente estado de conservación del hábitat, que en este caso corresponde al Parque Natural Regional Corredor Biológico Guacharos Puracé, ubicado en el sur del Huila”, asegura Carlos Alberto Cuéllar Medina, director de la CAM.
En las labores de fototrampeo también juegan una labor importante la Red de Reservas de la Sociedad Civil. Por ejemplo, en el caso de la CAM se trabajó con el grupo de monitoreo de fauna silvestre Serankwa.
Ever Tulio Ruiz Hoyos, representante legal del grupo, indica que hace cerca de un año iniciaron la instalación de cámaras trampa para monitorear la fauna del Corredor Biológico Guacharos Puracé, “nos alegra ver que las actividades de protección de nuestros predios han sido efectivas para que la fauna pueda habitar nuestras Reservas, reproducirse y recuperar en algo la población del oso andino que se encuentra amenazado a nivel mundial”.
Una versión ampliada de este reportaje de Antonio José Paz Cardona fue publicada en Mongabay Latam. Puedes leerla aquí.
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