"Game of Thrones". (Foto: HBO)
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Los ánimos están caldeados. Las redes sociales están inundadas de opiniones a favor y en contra del rumbo que está tomando "". Por un lado, los emocionados al ver sus sueños de fans cumplidos en pantalla; por otro, los críticos hartos de las licencias que los creadores de la serie se toman para que todos sus personajes concluyan sus arcos argumentales en una temporada de solo 7 capítulos.

Es evidente que Benioff y Weiss -los creadores de la serie- han decidido complacer al primer grupo, aquellos que sonríen al ver a Jon Snow decirle "mi reina" a Daenerys Targaryen, mientras ella sonríe enamorada. A los que prefieren pasar por alto la elasticidad del tiempo en Westeros a cambio de ver un oso polar zombi o las espectaculares escenas con dragones en acción. Y no está mal complacer a los fans de "Game of Thrones" (estoy seguro que muchos críticos han disfrutado esas escenas también) el problema es hacerlo en detrimento de los pilares que la misma serie ha construido.

El segundo grupo, el que está siendo especialmente crítico con la serie, ha tomado la postura, en palabras de Alan Taylor, el director del episodio "Beyond the Wall", de estar "muy preocupados acerca de cuán rápido puede volar un cuervo" (frase algo despectiva teniendo en cuenta que líneas antes reconoce saber que el tiempo en la serie se estaba "volviendo confuso"). Los críticos de la serie han sido criticados (a su vez) por ser tan estrictos con una serie de fantasía, a la que le exigen el realismo de una producción de otro género, en la que no existan dragones y muertos vivientes.

Sin embargo, ¿por qué no le podemos pedir a "Game of Thrones" que sea verosímil y coherente con su propia mitología?

En tiempos en que la ficción estadounidense se enmarca en la era de la llamada "Complex TV" (televisión compleja), podemos decir sin temor a equivocarnos que "Game of Thrones" estableció una trama que no subestimaba al televidente. En la que nadie estaba a salvo, ni siquiera los protagonistas (¿recuerdan los tiempos en los que Ned Stark o su hijo Robb eran nuestros héroes?). El reconocido crítico estadounidense Alan Sepinwall lo resume bien: "El 'cualquiera puede morir' se acabó, ya que 'Game of Thrones' ahora mata a los villanos, mientras mantiene a los jugadores principales (relativamente) bien".

Sepinwall apunta que hay que retroceder hasta la muerte de Joffrey Baratheon (temporada 4) para encontrar una muerte significativa para el desarrollo de la trama de la serie. Desde entonces, "Game of Thrones" se ha dedicado a jugar con el espectador con posibles muertes (el caso más emblemático es la resurrección de Jon Snow en las entregas 5 y 6) en un contexto en el que la muerte de un personaje en TV está devaluado. Recordemos que meses después de aquel final de temporada, con Jon en el suelo tras ser apuñalado por sus compañeros en la Guardia de la Noche, la serie "The Walking Dead" hizo lo mismo con Glenn (Stephen Yeun), al que hizo caer en medio de una horda de zombis para luego enterarnos, dos o tres capítulos después, que había logrado escapar.

"Game of Thrones". (Foto: HBO)
"Game of Thrones". (Foto: HBO)

En "Beyond the Wall" se abusa del recurso de jugar con la muerte cuando en realidad no se hará nada: se apela a las emociones del espectador haciéndole pensar que Tormund será arrastrado por los caminantes hacia el agua; o que Jorah va a caer del dragón en vuelo al momento de escapar (pero es finalmente rescatado) y de aquella excursión suicida más allá del muro solo tenemos una muerte significativa, que es la de Thoros de Myr. El resto, todos personajes sin importancia. El problema es que se deja el sinsabor de no ver morir personajes importantes cuando en el pasado ya se ha establecido que es posible. Pero agreguemos: si ya no quieres matar personajes importantes, asúmelo dentro de la historia, no tratando de hacer creer al espectador lo contrario. Cualquier guionista podría calificar aquello como un truco barato. Y los trucos baratos parecían vedados en "Game of Thrones".

Otro argumento de quienes han elegido pasar por alto la rapidez con la que se empuja a los personajes de "Game of Thrones" a la resolución de sus historias, es que la serie ya se encuentra en su clímax. Para ellos, las elipsis son necesarias, pues si no se utilizaran tendrían que agregarse más episodios para terminar una historia que debe acabar en dos temporadas de 7 y 6 episodios. Esto nos lleva a más preguntas. ¿Cuál es la verdadera razón por la que se redujeron los episodios para las dos temporadas finales? Más allá de las razones de Benioff y Weiss (quienes afirman que solo se necesitaba esa cantidad de capítulos para terminar la historia), queda claro que se necesitaba el presupuesto para mayores efectos especiales (ya saben, dragones, osos zombis y caminantes blancos) que para guionistas.

Y es que todas las series deben morir.

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