Herbert Holguín / DPA
Berlín se sumerge en el arte aborígen de Oceanía con la mayor muestra de los últimos 30 años dedicada a las expresiones culturales de la región Sepik, en Papúa-Nueva Guinea.
La exposición titulada "Danza de los ancestros. Arte de los Sepik de Papúa-Nueva Guinea" ofrece 220 piezas de la región y podrá visitarse hasta el 14 de junio en el museo Martin Gropius Bau de la capital alemana.
"Son objetos que datan de fines del siglo XIX e inicios del XX", explicó a la agencia dpa el curador Philippe Peltier, del Musée du quai Branly francés. "La exposición permite conocer un estilo de vida distinto al occidental, una forma de pensar tan rica como diferente".
La exhibición, añadió el experto, busca explicar las formas en que las comunidades que pueblan la región Sepik, de 1.200 kilómetros de extensión, marcan diferencias entre hombres y mujeres, tienen ritos de transición juventud-adultez y se relacionan con sus muertos.
"En el caso de las ceremonias para despedir y recordar a sus ancestros, veremos piezas hermosas, porque las personas quieren presentarse de la mejor forma ante sus antepasados, mostrarse grandiosos, ricos, orgullosos, con la piel brillante, tanto hombres como mujeres".
Es por este motivo que Peltier, etnólogo e historiador del arte, zanja el debate sobre si objetos como los exhibidos deben ser considerados arte o artesanías.
"Son las dos cosas, los dos conceptos están en cada una de estas piezas. Tienen belleza artística y tienen un fin determinado, no puedes decir que son solo una cosa o la otra", indicó sobre las piezas hechas de madera, plumas, cuero, piedra y fibras vegetales.
Las 220 piezas que ocupan el primer piso del museo fueron elegidas para que el visitante se haga una idea de toda la vida en esas tribus y van desde objetos cotidianos, como las bellas canoas en las que aparecen talladas figuras de cocodrilos, hasta ceremoniales, como máscaras y vestidos.
"Quisimos que los visitantes sientan que están en una de las aldeas, visiten sus distintos espacios, la relación de los sepik con sus antepasados, con la cacería, con las guerras, sus ritos de iniciación. Todos los aspectos de su vida", añadió el curador.
El académico recordó que las piezas fueron recolectadas por científicos y viajeros de Europa, Estados Unidos y Australia a fines del siglo XIX y comienzos del XX. "Hoy, la zona ha cambiado mucho, ha habido mucha influencia de la Iglesia católica y otras cristianas".
"Ha habido mucho sincretismo, muchas tradiciones se han perdido. Una de ellas era el rito por el que pasaba todo joven para ser considerado adulto: se dejó de practicar en 1963", explicó.
"Mucho del arte que vemos acá ya no se practica, pero sigue habiendo arte, puede dar para otra exhibición en el futuro", finalizó Peltier.