Un enorme acuario cilíndrico, el más grande de su tipo en el mundo, que se encontraba en el hall del Radisson Collection Hotel de Berlín reventó de forma inesperada, provocando el derrame de un millón de litros de agua, restos de vidrio y 1.500 peces exóticos regados en el vestíbulo y las calles aledañas.
El acuario cilíndrico conocido como AquaDom era una atracción turística que medía 16 metros de alto y 11,5 de diámetro. Este atractivo acuario compartía espacio con un Hotel Radisson Blue y una tienda de chocolates.
Sandra Weeser, miembro del parlamento federal que dormía en el hotel al momento del estallido, explicó que lo ocurrido fue la imagen de la devastación, con muchos peces muertos y fragmentos rotos. Agregó que gran parte de los 1.500 especímenes que formaban la fauna del AquaDom murieron congelados por la temperatura de -7 grados centígrados de la ciudad a pesar de los esfuerzos de los bomberos.
Pese a los múltiples daños al mobiliario y a las instalaciones del hotel, no hubo muertos que lamentar, solo un par de heridos leves debido a los cortes.
Luego de lo ocurrido, los huéspedes tuvieron que ser desalojados, debido a que la planta baja sufrió serios daños y aún se estudia si la estructura del hotel se ha visto afectada por el fenómeno. Veterinarios, bomberos y otros agentes pasaron la tarde trabajando para rescatar entre 400 y 500 peces más pequeños de un conjunto separado de acuarios ubicados debajo del vestíbulo del hotel. Estos fueron trasladados a otros acuarios repartidos por el Radisson, como el zoológico de la ciudad.
Se conoce que el acuario acababa de ser remodelado apenas hace dos años. En el interior, había un ascensor transparente que los visitantes podían usar para observar los peces, y algunas de las habitaciones del hotel contaban con vista al tanque.
La causa de la explosión no se conoce todavía, aunque algunos medios locales han sugerido que podría deberse a un defecto técnico del propio acuario o a las temperaturas bajo cero durante la noche que causaron una grieta en el tanque de vidrio acrílico que luego explotó por el peso del agua. Aunque, la policía dijo que no encontró evidencia de un acto malintencionado.
La alcaldesa Franziska Giffey detalló que el tanque desató un “verdadero tsunami” de agua, aunque al ocurrir tan temprano por la mañana evitó que muchos huéspedes terminaran heridos.
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