Por Rosa Chávez Yacila
Si notas que tu niño muestra mucho desánimo al levantarse en las mañanas o llega demasiado agotado o triste del colegio o si de plano dice que ya no quiere ir a clases, entonces toca actuar. ¿Qué hacer cuando los niños están tan cansados que ya no desean continuar? Ayúdalos a perseverar.
* ¿Qué estrategias emplear en casa para combatirlo?
Una de las forma de ayudar a sobrellevar este agotamiento es hablándole a tu niño de las vacaciones que ya vienen y motivándolo con las actividades que realizará durante esos meses «¿Qué te gustaría hacer?» Es una buena pregunta para animarlo.
Evita darle ánimos con condicionantes como:
-«Si acabas bien el año, te compro…» -«Si haces todas tus tareas te llevo a…»
-«Si sacas buenas notas en tu libreta, te dejo hacer…»
No se trata de darle un premio por hacer bien lo que le corresponde, sino de hacerle comprender su verdadera situación. También puedes flexibilizar la rutina diaria dándole más apoyo y espacios de distracción. Por ejemplo, luego de clases puede salir contigo o con la persona encargada a comprar los útiles para su tarea o a dar una vuelta.
Ojo: la idea es otorgarle “un respiro” no que juegue o vea televisión para luego hacer sus tareas más “contento”.
* ¿Y en el colegio?
Por su parte, la escuela debería tener un sistema educativo que durante todo el año dosifique equitativamente la exigencia, no que la intensifique hacia el final con más tareas y evaluaciones. Otra buena opción para aligerar la carga es promover los trabajos en grupo y realizar las tareas dentro del horario de clases.
* ¿Solo le ocurre a los niños poco aplicados?
Este agotamiento se puede presentar tanto en niños con buen rendimiento escolar como en aquellos que tienen un regular o bajo rendimiento.
Fuente: Ana Aldazábal es asesora especializada de Ediciones Corefo y especialista en Lenguaje y Aprendizaje psicoeducativo.