Lorena Salmón: "El síndrome de la maleta"
Lorena Salmón: "El síndrome de la maleta"
Redacción EC

Jamás podré presumir de empacar bien para un viaje. Generalmente, a pesar de saber con exactitud cuántos días viajaré, siempre termino llevando ropa de más. Me imagino que no soy la única a la que le pasa.

Escribo esta columna mientras estoy de vacaciones en el Caribe, y ojo que ya he viajado a destinos tropicales. Por lo tanto, esperaba que mi mente no se dejara llevar por aquellas voces que la suelen aquejar y le dicen: “llévalo todo”. Esperaba tener la claridad para saber que no se necesita de tanto en un destino tropical. No, me falló de nuevo. Y traje toda la ropa del mundo para solo terminar usando bikinis y ropas de baño el día entero. Lo mismo me pasó con la maleta de mis hijos: una cantidad grosera de ropa por las puras y que solo ocupa espacio. ¿Cuándo aprenderé?

Si uno se da el trabajo de buscar en Internet artículos o posts en blogs de moda sobre cómo empacar para un viaje, encontrará, sin duda, tips básicos que pecan de básicos y por eso generalmente son pasados por alto.

Por eso, dejaré de lado la obviedad –tenga presente su destino, cantidad de días, el clima–y compartiré con ustedes los que a mí me llamaron la atención.

Por ejemplo: si van a llevar cinturones, llévenlos estirados, porque envueltos ocupan más espacio. Ajá. Otro tip o dato que me gustó fue el de usar gorros de baño para meter los zapatos y así evitar que estos tengan contacto con el resto de su ropa. Además, podemos aprovechar y meter en los zapatos accesorios o artículos pequeños. Ya saben que no debemos desperdiciar ni un centímetro de espacio.

Otro punto relevante y que jamás se me había ocurrido es poner el neceser en el fondo de la maleta. ¿Por qué? Porque casi siempre viene lleno de cosas, pesa y si por algún motivo se abre y las cremas o lociones salen disparadas, solo mancharán el fondo y no toda la ropa.

Además, no sé si ya tenían idea, pero las prendas de lana, algodón o denim se arrugan menos si las enrollamos a que si las doblamos. Caso contrario con las de seda, estas sí debemos doblarlas y ponerlas lo más arriba de la maleta para evitar que lleguen hechas papel higiénico. Del mismo modo, los vestidos siempre deben ir arriba de todo. Y si van a llevar chaquetas, lo mejor es no abotonarlas sino colocar las mangas hacia adelante y doblarlas hacia adentro. Y como punto final, y más importante, tratemos de evitar el síndrome de la maleta o ese de llevarlo todo, a pesar de que nos sintamos tentadas o pensemos que algo nos va a faltar. Apelemos a la practicidad y ‘bon voyage’.

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