Niños y niñas tienen ciertas diferencias entre sí, a pesar de la temprana edad. Y como madres, debemos aprender a reconocerlas para lidiar con algunos contratiempos o situaciones que podrían preocuparnos de más de lo debido cuando en realidad no deberían hacerlo.
1. Tienden a tener conductas riesgosas
Regularmente, los niños se sienten atraídos a probar sus límites y les gusta ver lo cerca que pueden llegar antes de caer. Esto es algo que por lo general puede ponerte muy nerviosa, pero a pesar de los rasguños y moretones que puedan producirse, casi siempre escapan de sus travesuras sin mayor problema.
2. No necesitan muchas palabras
Muchos niños no necesitan una gran cantidad de palabras ni hablar mucho para comunicarse. Los varones pequeños suelen utilizar sonidos menos verbales tales como ruidos de coches o gestos antes de emplear palabras reales. Esto no quiere decir que no debes hablarles, pero no te preocupes si es que no siempre se muestra tan comunicativo.
3. La suciedad no es el enemigo
Otra lección que debemos aprender de nuestros pequeños es que la suciedad no es impedimento alguno para las travesuras. Los niños prefieren enterrarse en un charco de barro y jugar alegremente en un montón de tierra durante horas. Por eso, siempre es recomendable tener una muda de ropa cuando salgamos con ellos.
4. Aman las actividades al aire libre
La mayoría de los chicos son amantes de la naturaleza de una forma u otra, ya sea caminando por el parque o yendo de paseo al campo. Este amor inherente por el mundo natural va de la mano con el primer aspecto, de preferir las actividades riesgosas, y con la necesidad de satisfacer su curiosidad por el mundo que los rodea.
5. La ropa que usen no es un problema
Si bien algunos pequeños tienen algunas prendas de vestir que son infaltables para ellos, la ropa no es una prioridad regularmente. En este aspecto, son más fáciles de satisfacer y tienden a escoger lo más práctico y funcional.