Maritza Noriega
Cambiar de trabajo implica nuevos retos profesionales, pero también personales, porque ingresas como «la nueva» a un grupo de personas ya formado, con el cual tendrás que coordinar tareas de la mejor manera posible. Por lo tanto, adaptarte al empleo depende no solo de tus conocimientos profesionales, también de tu desempeño social. Veamos cómo puedes hacerlo óptimamente.
Paso 1: Observa
Tu primera tarea en el nuevo trabajo es entender la cultura de la organización. Cada empleo y cada área tiene sus códigos y costumbres, por eso necesitas observar, darte cuenta de qué vínculos de afinidad existen, identificar los subgrupos y las personas que necesitas conocer para incorporarte rápidamente a la dinámica social.
No hace falta volverte íntima de gente que no es compatible contigo, solo intentar llevarte en buenos términos con todo el mundo. Esto vale no solo cuando cambias de empleo, también cuando pasas a otra área dentro de la misma empresa o si te mandan a otro país. Necesitas comprender la dinámica de funcionamiento de los grupos.
Paso 2: Crea alianzas
Es fundamental establecer relaciones de apoyo y cooperación. Intenta encontrar personas de todos los niveles (inferiores y superiores) que conocen la organización, saben quién es quién y te pueden abrir puertas. No se trata de aprovecharte de la gente, sino de saber en quién confiar. Es lo mismo que cuando te mudas de casa y necesitas que alguien del barrio te informe si hay seguridad, cuánto se le paga al vigilante, dónde queda la bodega más cercana, etcétera.
Paso 3: Socializa
Llévate bien con las personas, pero no te obsesiones con ser amiga de todos. La idea es que seas auténtica en el trabajo, que no se perciba un afán desmedido por ganar amigos. Obviamente, debes mostrarte educada, saludar y despedirte de todas las personas de tu entorno, ser cordial, tener buena disposición para el trabajo y las relaciones que este implica.
Pero ten en claro: vas a trabajar para tener buenos resultados, no para llevarte el premio a la más amiguera. Eso sí, aprovecha los ‘after office’, pues son productivos para un área de trabajo porque ofrecen la oportunidad de conocerse mejor en un ambiente más distendido.
Paso 4: Un freno al móvil
Mantén tu celular en silencio o en vibrador, limita tus llamadas, sms personales y el uso del Facebook. A nadie le caerá bien que uses las redes sociales en horario de trabajo. Más adelante, cuando tengas un tiempo en la empresa, quién sabe, tal vez puedas usar las redes en algún momento. Ten cuidado incluso con la música, pues a mucha gente le incomoda. En todo caso, puedes usar audífonos si ves que otros los usan también.
Paso 5: Cuidado con el almuerzo
Mucha gente lleva lonchera al trabajo y a veces come en su escritorio. No es muy buena idea. Por un lado, no te relajas, no te desprendes por un momento del trabajo para luego retomarlo con más fuerza. Por otro lado, todo termina oliendo a comida y no es agradable. El día que tengas tanto trabajo que no te quede tiempo para almorzar fuera, lleva una lonchera con alimento que no huela.