Probablemente algunas de nosotras de niñas hemos “sufrido” en la infancia con algunas cosas que nuestros padres nos obligaban a hacer. Desde comer algún plato de comida que no nos gustaba, hasta tener que hacer cosas que nos daba vergüenza o no recibir algún regalo que esperamos por mucho tiempo.
Recuerda algunas de esas cosas que, si en su momento nos hacían la vida imposible, ahora las apreciamos.
- Cuando comíamos vegetales. Probablemente más de una ha pasado horas frente a un plato de vegetales que no nos gustaba. El terminar ese plato era lo más difícil de la hora de almuerzo. Con el paso de los años nos dimos cuenta que alimentarse con vegetales era saludable para nuestro cuerpo.
- Cuando nos mandaban una lonchera diferente. En algunas ocasiones, veíamos como nuestras amigas del colegio llevaban gaseosas y dulces en su lonchera, mientras nosotras sufríamos con nuestro sándwich, fruta o jugo. En su momento lo único que queríamos era intercambiar loncheras, pero ahora apreciamos que nos hayan mandado alimentos nutritivos.
- Vestirnos igual que la hermana. Los padres muchas veces disfrutan ver a sus hijas vestidas exactamente igual, y sin pedirnos opinión, nos ponían la misma ropa que a nuestra hermana y así salíamos a la calle, lo cual nos causaba incomodidad y hasta molestía. Ahora cuando vemos esas fotos, nos provoca ternura y hasta risa por la "creatividad" que tenían nuestros padres.
- Permisos cortos. Jugar con los amigos del barrio o salir los fines de semana con ellos, era un ritual. Pero no era agradable cuando nuestros padres nos decían que debíamos regresar a la casa, cuando nuestros amigos continuaban afuera jugando. En el momento nos molestábamos con ellos, pero después entendimos que lo hacían para protegernos.
- Cuando no recibiste el esperado regalo de Papanoel. Cuando somos niñas, la mayor ilusión de la Navidad es recibir los regalos. Hacíamos una gran lista para Papanoel, pero si el regalo principal no llegaba, pasábamos un mal rato. Sin embargo, con el paso de los años nos dimos cuenta que la Navidad tiene otro significado y que va más allá de los obsequios.
- Castigos. No hay nada que nos pueda hacer sufrir más que un castigo. Muchas veces teníamos que estar horas en nuestro cuarto meditando por alguna travesura que hicimos previamente. Nuestros padres fueron severos en su momento, pero lo hicieron solo para aprender a comportarnos.