Verónica Linares: "El derecho a no callar"
Verónica Linares: "El derecho a no callar"
Redacción EC

Desde hacía dos días buscaba preocupada saber qué sucedió con una joven que, con dos meses de embarazo, denunció que su pareja la maltrata físicamente. Si le pegas frente a otras personas a una mujer que espera un hijo tuyo, eres capaz de cualquier cosa y, además, de salirte con la tuya. Tipeaba en Google: «Esposa de Jean Deza + Alianza Lima» pero solo aparecía la noticia que yo misma había presentado.

Cada vez que veo estos casos me angustio porque la indiferencia y el machismo de las autoridades a veces permite que ocurra lo peor: «Anda arréglate con tu marido» es la respuesta que a menudo obtienen las mujeres en las comisarías y luego –me ha pasado– la siguiente noticia que tengo que  informar es que han sido halladas muertas.

Las cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática son de terror. Cada mes, al menos 8 peruanas mueren a manos de sus enamorados, esposos o ex convivientes. Una gran parte de ellas se había atrevido a denunciarlos e incluso a pedir garantías para sus vidas. Es una ironía cruel ver cómo se repite siempre la misma historia.

En este caso lo que más me llamó la atención fue la desesperación de la madre de la chica que con lágrimas en los ojos pedía a los periodistas que ayudaran a su hija. Se sentía impotente y sin recursos para defenderla. Pero a estas alturas el apoyo legal que pedía ya pasaba a un segundo plano.

Hoy me choqué con una triste realidad y confirmé que esa muchacha de 24 años requiere de ayuda profesional. Al interior de un diario leo una nota que sugiere que la esposa del futbolista habría desistido de la denuncia. ¿Pero si le había pegado tantas veces? Y la vez anterior le había desfigurado el rostro. ¿No piensa en sus hijos?

En la nota explicaban que la Comisaría de Maranga envió el caso al Ministerio Público pero sin la manifestación de la joven, que serviría para ampliar las investigaciones. Tampoco quiso pasar por el médico legista, ni recibir a los representantes del Ministerio de la Mujer. Esta vez todas las autoridades respondieron, de repente presionadas por la prensa.

Ahora entiendo la respuesta del jefe de equipo del club cuando se le consultó sobre el tema. Dijo que no defendería a nadie pero: «tampoco vamos a creerle a cualquier persona que haga  cualquier cosa». Además afirmó que se le daría todo el apoyo necesario al jugador. En el diario se deslizaba la posibilidad de que Alianza Lima había llegado a algún acuerdo con la joven para que retirara su denuncia.

Debajo de la información, en los comentarios de la web leo a varios que insultan a la muchacha: «Por estúpida que te vuelvan pegar». Ninguno de ellos la acusa de mentirosa, ¿por qué será? Entiendo el fastidio de la gente al saber que desistió de la denuncia, pero deben comprender que las víctimas de maltrato (físico o emocional) son personas enfermas, y su contacto con la realidad está distorsionado. Su autoestima es mínima.

¿Qué crees que lleva a una mujer a soportar puñetes, patadas, cachetadas? ¿La plata? Ni los animales aguantan el golpe por un plato de comida.

La pareja ya tiene una hija y uno en camino. Si siguen juntos, ¿cómo crecerán esos niños? Ahora entiendo a esa madre pidiendo ayuda para su hija. La necesita. Antes de que tengamos más malas noticias.

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