Verónica Linares: "¿Padres impunes?"
Verónica Linares: "¿Padres impunes?"
Redacción EC

Es triste escuchar a un médico legista decir que encontró 37 lesiones en el cuerpo de un niño de 7 años. Saber que las heridas son producto de los golpes que le dio su padre es aterrador. Quienes las vimos, hemos quedado conmocionados con las imágenes de la espalda marcada del chico. ¡Qué habrá sentido esa criatura! Y no me refiero solo al dolor corporal: ¿qué preguntas rondarán su mente de primero de primaria? ¿Por qué mi padre me odia? ¿Por qué mi mamá no me defiende? ¿Soy malo? ¿Hoy me volverá a pegar? La policía ha revelado que el niño –entre lágrimas– ha dicho que perdona a su papá.

Siempre me ha fastidiado ver en la calle a mamás jalando de los pelos a sus niños y luego ver a los pequeños llorar mientras caminan tras ellas. Pero desde hace un año y diez meses, que nació mi hijo, se me abre un hueco en el pecho cuando veo esas escenas y en más de una oportunidad he estado tentada a intervenir. Pero me detengo cuando pienso que empeoraría todo.

Sin embargo, esta semana no encuentro espacio para análisis alguno: ese salvaje debería ir a la cárcel. Soy consciente de que criar a un niño no es sencillo. La experiencia a veces resulta frustrante y hasta desesperante. Pero los golpes no tienen justificación. A todos nos pone de pésimo humor un día así: tu jefe te trató mal o no salieron las cosas como planeabas o quizá esta semana no conseguiste más cachuelos y mientras piensas en tu mala suerte, tu hijo empieza a llorar sin razón. Haces de todo y no se calma. Suena el celular y es una llamada que estabas esperando hace semanas. No escuchas bien y te cortan. El niño sigue llorando o insistiendo en alguna tontería. Lo cargas, hueles que hay que cambiarle el pañal. Se mueve tanto que mancha todo, incluso tus manos y ropa. Sigue llorando. Llega tu marido cansado y a gritos te pide que lo calles. El niño llora aun más. Claro que te sacan de tus casillas pero ¿acaso con un golpe se calmará todo?

Explicar lo que pasó con ese niño y su padre parece ser también una invitación a la estupidez: Esa gente es así, todo lo solucionan con el golpe. Pregúntale a tu empleada si ella no hace lo mismo. Pero ¿a tus papás no los criaron así? Seguro a ti nunca te pegaron. Todos son comentarios de gente que conozco bien, personas supuestamente preparadas cuya identidad mejor no les cuento.

Que nadie intente convencerme de que la solución a la violencia infantil pasa por cambiar el artículo 74 del Código del Niño y el Adolescente.

Un documento que solo sirve para acompañar la noticia de un niño maltratado y que nadie te obliga a leer –mucho menos a respetar–cuando te conviertes en padre. Ese documento que dice que los padres tienen el derecho y el deber de corregir ‘moderadamente’ a sus hijos. Quienes defienden esta modificación creen que esa ambigüedad de términos es la culpable de que los padres se sientan ‘libres’ de golpearlos. Es absurdo pensar que con esa precisión de lenguaje se podrán hacer políticas educativas que irán mejorando la situación. ¡Si venimos discutiendo ese artículo desde el 2010!

Es una discusión cavernícola. ¿Tenemos que poner en papel una prohibición de ese tipo para que el Estado haga algo? Lo que necesitamos es un cambio en el Código Penal, que sí sanciona a los delincuentes. Quienes pegan a sus hijos eso son y así deberíamos tratarlos.

Resulta que si un niño va a dar al hospital porque su papá lo golpeó y pasa menos de 30 días internado, el padre no va a la cárcel porque el Código Penal dice que esas son lesiones leves. ¿Cuánto tiene que pegarle una mamá a su bebe para que el Estado intervenga en nombre de todos nosotros para defenderlo? Y si lo encuentran culpable del delito de exposición de personas al peligro, el máximo castigo son cuatro años y eso, en nuestro país, no significa necesariamente que el que delinque vaya a la cárcel. La decisión dependerá del juez, lo cual a veces resulta ser más peligroso.

Un abogado me escuchó exponer estos argumentos en televisión y me preguntó: ¿Y a qué cárcel mandamos a los papás que pegan? ¿A Lurigancho, junto a violadores, extorsionadores? ¿Y luego cómo sale de la cárcel ese padre? ¿Regenerado? De repente es la impunidad el origen de tanta violencia en nuestro país.

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