Nidia Bermejo: «Sé positiva los 365 días del año»
Nidia Bermejo: «Sé positiva los 365 días del año»
Redacción EC

Karina Villalba F.

Seis de siete días de la semana, Nidia se entrega por completo al papel más importante de su carrera, como ella dice «mi objetivo en esta obra no fue mostrarme como actriz, sino que la gente se vaya movida. Que diga “sí, valió la pena”, y que sirva para que mañana las personas se traten mejor. Que todos pongan su granito de arena, pues. Ese es mi motor. Con esta obra, en la que hay tanta honestidad, vamos a cambiar el mundo ahora». Y aunque suene a exceso de entusiasmo,

Nidia cuenta que este año, se prometió ser positiva los 365 días. «Creo que ser positiva es fundamental, deprimirnos nos hace olvidar. Si tengo que hacer algo es ya, ¡ahora o nunca! Tengo 365 días para estar bien, nada más. Creo que estar de buen ánimo es muy importante. Yo, por ejemplo, me visto cada día como me siento y entendí que la ropa es el cuero de las personas. En Brasil la gente anda mucho en bikini y yo me di cuenta de que su ropa es la piel. A ellos les gusta cuidarla y la tienen bonita.

¿Cuál crees que es el cuero de las peruanas?

Yo creo que el jean, todas lo usamos. Tengo muchos. Y también las blusas de jean (denim), ¡me encantan! Son muy versátiles, además te forman. Si estoy en buzo y de pronto me dicen: «Nidia, una foto», agarro mi blusa de jean y listo. Con ella puedo ir al teatro o usarla en cualquier ocasión. Bueno, me gustan el jean y la blusa de jean, y las chompas suavecitas, ricas, calientitas, me provoca apachurrarlas.

¿Y en verano?

En verano me gusta mostrar la piel. Yo creo que es una onda de las peruanas: no nos gusta mostrar la piel. ¡Y es taaan lindo!

¿Y por qué crees que ocurre eso?

Porque hay mucho acoso. Aquí muestras el ombligo y los hombres se vuelven locos. Entonces, creo también que el género masculino nos reprime.

¿Te parece que la gente sonríe poco?

La gente no sonríe porque vive muy estresada. Y si sonríes mucho, la gente dice: «ah, te estás insinuando», cosas así. Siempre creo que el acoso nos fregó a las mujeres. Los hombres son los que mandan o deciden cómo te tienes que vestir hoy. Creo que nosotras tendríamos más bien que ser positivas y que nos importe menos lo que dicen los demás y vestirnos como queramos. Creo que no hay que insinuar, pero sí ser libres.

Hablabas de descubrir la piel, ¿tienes cuidados especiales?

Uso muchas cremas corporales todos los días, me encantan. Y para el rostro uso unas medicadas. Es que a veces no sabemos que tenemos alergias. Ese fue mi caso, el dermatólogo me dijo que estaba ‘alergizada’, así que ahora uso esas cremas.

¿Practicas algún deporte?

Sí, intento correr todos los días. Mi enamorado me enseñó este hábito.

¿Sabes? Mis amigas siempre hablan de dietas y de estas cosas, pero siempre (también) ponen fotos de comida –se ríe–. Nos contradecimos mucho, ¿no? Es porque somos muy ansiosas. Eso es algo que me he dado cuenta que nos caracteriza. Siempre hablamos de estar en forma, pero de verdad, verdad, nosotras no dejamos la buena vida y nos gusta comer un montón –reímos–.

Lo que sí hago es tratar de comer tres o cuatro veces al día. Y si tengo hambre, una fruta. Y no me reprimo, como dulces, pero no en exceso. Mi enamorado, por ejemplo, ve un frasco de crema de avellanas y se la come toda en un día. A mí me dura un montón. Creo que debemos controlar las ansias.

¿Y cómo haces para mantener esa fuerza de voluntad?

No sé. Creo que en el mundo hay tiempo para todo. Si te provoca una torta, cómetela, pero no te comas todas las tortas juntas, pues. Siento que hay una onda de merecerse todo ya, de satisfacción inmediata, y creo que hay tiempo para todo. Y no sentirse mal. Si comes tortas todos los días, te vas a sentir mal. Hay que encontrar un valor del festejo o de la celebración para darse esos gustos.

¿Cuántos años tienes, Nidia?

Ay, yo no quisiera hablar de mi edad. No quisiera decirlo porque la gente me lleva para un lado que todavía no aparento. Por ejemplo, si yo hubiera dicho mi edad desde el principio, quizá hubieran dudado en darme el papel de María Josefa.

¿Crees que hay un prejuicio con la edad?

Totalmente. Es lo que siento. Ahora en publicidad no hago ‘castings’ más que para mamá. ¿Por qué hacen eso? Y quien hace de mi hija es menor que yo, pero parece mayor. Es mejor que la gente se deje llevar por lo que ve o lo que siente antes de pensar: ah, ya bueno, ya tiene la edad, pues. No sé, siento que esquematizan muy rápido, acá en Lima es así. «Ah, ya, cholita, ojos negros: empleada». Cosas así. Y uno dice: «mejor mírame». Creo que la idea es que la gente se deje llevar o más bien que abra cada vez más su mente, porque yo creo que si una historia  funciona, no importa qué raza o qué edad tengas.

¿Cómo es estar en tus zapatos, Nidia?

En las mañanas tengo que dictar clases. Generalmente me gusta dormir un montón, si no tengo que levantarme en la mañana, no lo hago. Pero cuando lo hago, me despierto y ya. Me gustan mucho las noches, me encanta quedarme leyendo o compartiendo cosas en las redes sociales. En general, me gusta mucho conversar con amigos. También me gusta flojear, no hacer nada, ver películas y pasear. Tengo un grupo de amigas con quienes voy a museos, al teatro, al cine, a ferias.

¿Te cuidas más ahora que antes?

Sí, antes hacía ejercicios una vez a la semana y ya estaba. Ahora tengo que hacerlos tres veces a la semana. Lo bueno es que me gusta siempre entrenarme. Entonces escojo obras que podrían ayudarme. Ahora, por ejemplo, estoy también en una obra para niños [«María Julia y el árbol gallinero»] y uso el trapecio. Y por ahí ejercito mis abdominales y mis brazos. Siempre busco el beneficio a todo, porque así mato varios pájaros de un solo tiro –nos reímos–. Y porque si no la sudo, siento que no estoy trabajando. Soy una chica de procesos, me gusta ver el paso a paso y el resultado.

¿Qué es lo más importante en la vida?

Ser verdadera. Yo creo que nosotras, las peruanas, no sabemos quiénes somos. Tenemos la identidad un poco perdida, siempre buscamos un referente y los referentes inmediatos son las chicas famosas que salen en la televisión. Y esa no es la verdad. Verdad es lo que te gusta hacer, cómo te gustaría verte o cómo te gustaría sentirte. Creo que nosotras mismas no procesamos porque nuestro país no nos enseña eso, el colegio es muy superficial, nosotros no tenemos una identidad, a veces nos da vergüenza decir de dónde somos, de dónde venimos, qué hacemos, ¿no? Creo que eso envejece, te deprime, reniegas de ti misma.

Creo que una encuentra su verdad cuando viaja un montón y se aleja de todo lo que cree ser. Y cuando regresas a tu lugar, eres tú y tus vivencias y tus gustos. Entonces, ya tienes algo propio, sabes lo que te gusta, lo que quieres. Con distancia puedes darte cuenta de las cosas. Entonces, recomiendo a todos que viajen y se vean como personas del mundo. 

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