Precauciones necesarias para disfrutar del verano sin problemas
Precauciones necesarias para disfrutar del verano sin problemas
Redacción EC

Karina Villalba

Tan pronto empiezan a brillar los primeros rayos solares, nos aligeramos de ropa, nos exponemos al sol emocionadas y nos refrescamos con bebidas heladas sin cautela. Y dejamos que nuestros hijos, que están disfrutando sus vacaciones, hagan lo mismo. De acuerdo con el MINSA, los males más recurrentes durante el verano son: enfermedades diarreicas agudas, intoxicaciones alimentarias e infecciones a la piel. Por eso, para que nada malogre nuestra salud ni arruine los momentos de relajo bajo el sol, es importante tener en cuenta medidas preventivas. El doctor Javier Rebaza nos da las claves para mantener a nuestros pequeños sanos y divertidos.

PIELES ROJAS

Ir a la playa o a la piscina, usar prendas cortas y disponer de más horas libres para jugar al aire libre con amigos alrededor del mediodía hace que los niños se expongan al sol y puedan tener una erisipela (inflamación de la piel) durante este período.

Lo más recomendable es aplicarles siempre un bloqueador solar, acorde con su tipo de piel. Los que son sensibles al sol o tienen la piel más clara –aquellos que se queman, pero no se broncean– requieren de FPS elevados. La aplicación debe ser generosa en todas las zonas y debe volver a echarse después de unas horas (máximo dos) de sudor o después de salir del agua (mar o piscina). Recuerda: no dejes que tus hijos se expongan al sol sin bloqueador, aunque solo sea unos minutos pues, como advierte la Academia Americana de Pediatría «los protectores solares deben usarse para protegerse del sol y no como una excusa para que los niños permanezcan más tiempo del debido expuestos al sol».

También es conveniente cuidar a los niños con prendas y accesorios (gorras y sombreros) hechos de materiales con protección UV que protegen muy bien la piel de los pequeños. El único inconveniente es que este tipo de ropa es un poco más cara. Y no te olvides de proteger los ojos que, al igual que la piel, pueden sufrir quemaduras (enrojecimiento y ardor al final del día). Para evitarlas, es necesario el uso de gafas para el sol. No basta con que sean lentes oscuros, es imprescindible que cuenten con protección UV.

Otros recordatorios que el Minsa comparte en su página web son:

•EVita estar al sol entre las 10 a.m. y las 4 p.m., incluso los días nublados. De lo contrario, extremar los cuidados a estas horas.

•Evitar exponer directamente al sol a niños menores de 6 meses.

•Exponerse al sol gradualmente, para que la piel genere defensas en el inicio del verano.

•Practicar actividades físicas en lugares amplios y, de ser posible, techados.

PROBLEMAS ESTOMACALES

La temperatura se eleva con el verano y los alimentos crudos o cocidos se descomponen más rápidamente. Al enfriar los alimentos, retrasamos el proceso de descomposición y si los congelamos, lo detenemos pero no podemos revertirlo. Con la descomposición de los alimentos, aumenta en ellos el número de bacterias y se generan toxinas que pueden enfermar el intestino. Al calentar los alimentos no desaparecen las bacterias y toxinas y después de comerlos pueden causar problemas, como dolor abdominal, diarreas y fiebre con vómitos. Los niños son más sensibles a este tipo de males por eso es bueno prestar más cuidado a su alimentación en verano.

Lo mejor es comer alimentos frescos, preparados en el día y evitar guardarlos para consumirlos después. Si van a comer fuera de casa, elige lugares seguros, que te garanticen que la preparación y la comida es del día, y evita las comidas al paso que suelen servir alimentos guardados y calentados. Cuando comas verduras y frutas frescas, de preferencia que sea en casa y cerciórate de lavarlas bien. Finalmente, no te olvides de lavarte y lavarles frecuentemente las manos a tus hijos antes de comer y después de salir de los servicios higiénicos.

INFECCIONES DE GARGANTA

Cuando uno se sumerge en el agua de la piscina o del mar, pasa mucho rato con el cuerpo mojado, duerme con el ventilador dirigido al cuerpo, está muy desabrigado durante la noche y consume bebidas o comidas frías (helados en exceso). Lo que sucede en las horas siguientes a este coctel de sensaciones, es que el cuerpo trata de recuperar su temperatura promedio (37 grados). Si no lo hace, una simple infección de garganta se puede complicar seriamente.

Por ello, no exageres con la ingesta de bebidas frías, no abuses del tiempo en el agua y escucha a tu cuerpo: Si sientes frío, protégete con una prenda ligera. Si tienes una molestia de garganta, por más mínima que parezca, no tomes bebidas heladas y busca lugares frescos. Y recuerda que tu sistema inmunológico se debilita si te expones demasiado al sol.

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