Chanel dejará de usar pieles exóticas en sus colecciones

A Chanel no solo lo caracterizan los trajes de tweed y accesorios con perlas. A su legado también se suman los icónicos bolsos de efecto acolchado y los zapatos slingback y Mary Jane. En este último caso, las piezas suelen ser producidas por pieles de origen exótico, que corresponde a animales como las serpientes, cocodrilos, lagartos y hasta mantarrayas.

Sin embargo, la maison francesa ha decidido tomar otro rumbo y por ello se ha convertido en la primera marca de lujo en prohibir el uso de estos materiales. En efecto, Chanel dejará de fabricar productos a partir de pieles exóticas, que, curiosamente, solían ser también los más caros y codiciados de su lista.

La casa de modas francesa se apoyó en dos razones para dar a conocer esta nueva posición: la primera, fue debido a los altos costos de producción que conlleva realizar estas piezas (fabricar un bolso de piel de pitón Chanel cuesta casi el doble que hacer una chaqueta de tweed); y la segunda se sustenta en el apoyo por los derechos animales.

“Estamos revisando continuamente nuestras cadenas de suministro para asegurarnos de que cumplan las expectativas de integridad que tenemos. En este contexto, y según nuestra experiencia, se ha vuelto mucho más difícil encontrar pieles exóticas que respeten nuestros estándares de ética”, señaló la casa de moda en el comunicado oficial.

La decisión de Chanel se suma a la que otras firmas han tomado en contra del uso de pieles, como Gucci, Versace, Tom Ford y Burberry; aunque la legendaria firma francesa aún es la pionera en decir adiós a las que son de origen exótico.

Ante ello, la manager de campañas de moda de PETA, Christina Sewell, se pronunció diciendo que la noticia "los tomó por sorpresa" y que espera profundamente que otras firmas de lujo se sumen a la iniciativa tras la postura tomada por Chanel.

Por otro lado, Luca Solca, jefe de artículos de lujo de BNP Exane Paribas, calificó el acto como un "movimiento audaz" ya que diversos estudios apuntan a que las nuevas generaciones de consumo (Millenials y Gen-Z) están cada vez más interesadas en comprar productos de origen ético e impacto ambiental mínimo.