Laura Zaferson
Dicen que en Internet está la respuesta para todo. Tanto así que allí circula una presentación de Power Point titulada «Los 5 secretos de una mujer feliz» en donde, en síntesis, se enumeran las cosas importantes que una mujer heterosexual obsesionada con el amor debería tener en la vida: un hombre que tenga un buen trabajo, un hombre que te haga reír, un hombre que sea tierno contigo, un hombre que sea buen amante. Y lo más importante: que estos cuatro hombres no se conozcan entre sí. ¡Ajá! Si tomamos como cierta esta fórmula del éxito, posiblemente elucubrada por los científicos amateur que completan las preguntas del Yahoo! Respuestas, están claras dos cosas: 1) no existe el galán que lo tenga todo y 2) debemos experimentar con varios caballeros hasta encontrar el más indicado. Y no necesariamente de manera sucesiva sino con todos al mismo tiempo, como una suerte de olimpiada del amor donde tenemos la aptitud para participar en varias disciplinas deportivas. Dicho esto, el proyecto de salir con más de un hombre a la vez es una decisión personal y no todas lo hacemos por las mismas razones. A continuación 5 solteras aplican el “multidating”, cada una a su estilo:
Rosa maría (20): Breve e intensa
Para esta estudiante de una maestría en sociología, el intercambio cultural es un móvil al momento de elegir a sus citas, por eso solamente sale con chicos que están de paso por la ciudad. Así puede tener un breve encuentro romántico con forma de cena o café donde la premisa es estrechar lazos con alguna nación hermana para luego firmar un tratado de buenas relaciones a través del intercambio de Likes en Facebook. Es posible que no haya lugar en el mundo donde Rosa María no tenga hospedaje garantizado y desde ya le recomendamos que cambie la sociología por la diplomacia. Lograría grandes cosas para nuestro país.
Danitza (33): previsora y estratega
Es asesora de microempresarios y recurre al “multidating” para equilibrar su vida amorosa. Ella reconoce que tiende a engancharse muy rápido con los chicos con los que sale, por eso prefiere salir con más de uno a la vez para no caer en enamoramientos prematuros y no correspondidos. Su estrategia de no concentrar sus inversiones afectivas sino diversificarlas para proteger sus activos emocionales nos parece ejemplar, sobre todo en estos tiempos tan turbulentos para las relaciones de pareja. Si existiese un CADE del amor, Danitza sería una de las expositoras más aplaudidas.
Sabina (31): pragmática y acotada
Esta mercadóloga limeña con base temporal en Mánchester no desea tener una relación formal ahora y segmenta a sus potenciales galanes por edad: solo sale con hombres que le lleven al menos 10 años, pues supone que al ser mayores ya vienen de un compromiso anterior y tampoco están buscando algo tan duradero. Lo que no anticipó en su análisis de mercado es que los ingleses parecen no poder resistirse al sabor latino. Esta inesperada sobredemanda de amor es difícil de manejar para ella y es por eso que Sabina está evaluando dos variables: cambiarse a un mercado menos hambriento o importar refuerzos para lograr atender a todos sus salientes.
Amanda (30): Amorosa y cuidadosa
Es decoradora de interiores y elige tener muchas citas al mismo tiempo para autocensurar lo que ella llama «romanticismo crónico». Y es que ya le ha pasado que luego de una –o media– cena siente que ama al hombre que está sentado al otro lado de la mesa o, peor aun, se imagina cómo serían sus hijitos juntos. Por eso trata de salir con al menos tres chicos a la vez, todos de diferentes estilos. Así, si se «enamora» del chico A, se le pasa cuando sale con el chico B y, cuando pierde la cabeza por este último, aparece el chico C para hacerla reaccionar. Este variado catálogo masculino la previene de pisar palitos no deseados.
Laura (34): Chancona y brichera
Mi experiencia personal resultó ser tan liberadora como extenuante. Liberadora porque suelo pensar que tengo poca suerte en el juego del amor y solo cuando me propusieron que saliera con varios chicos al mismo tiempo, descubrí que no era tan difícil hacerlo. Y extenuante porque soy muy chancona y en el lapso de una semana salí con un publicista argentino, un profesor australiano y un minero canadiense. Todo muy divertido, pero sentí que había tocado fondo cuando antes de encontrarme con el minero tuve que mirar el WhatsApp ¡para acordarme cómo se llamaba! Mis respetos y admiración para las cuatro chicas que me han ayudado a escribir esta nota, porque yo he sentido que estaba entrenando para una triatlón.