El vestido de novia es uno de los trajes más importantes que vas a usar en tu vida y estamos seguras que quieres que sea espectacular y deje a todos tus invitados con la boca abierta. Pero, ¿qué pasa cuando tu presupuesto no te permite alcanzar el vestido de tus sueños?
Antes de salir a comprar tu vestido, recuerda que el hábito no hace al monje. No importa si eliges un diseño más simple o uno lleno de cristales, lo que en verdad marcará la diferencia es la forma cómo lo llevas. Tu actitud resaltará mucho más que el traje.
¿Quieres ahorrar un poco en tu vestido? Entonces sigue estos consejos.
1. Evita los cambios
Intenta comprar un vestido que te guste tal y como está. Los cambios hechos, por ejemplo, en la forma del escote o añadirle mangas pueden parecer simples pero implican un trabajo adicional del diseñador por el que tendrás que pagar un precio elevado. En este caso lo mejor es “enamorarte a primera vista” de tu vestido.
2. Mantenlo simple
Entre más pedrería, cristales, encaje o detalles tenga el vestido, más caro será. Si quieres uno lleno de tul, con una falda amplia como de princesa también tendrás un precio alto que pagar. Lo mejor es mantenerlo lo más simple posible, con la cantidad adecuada de detalles que lo hagan lucir hermoso cuidando tu bolsillo. Como dijimos antes, lo importante es la actitud.
3. Espera el cambio de temporada
Hay que ser muy inteligente y tener mucha visión para planear una boda así como para comprar el vestido. Si te vas a casar dentro de uno o dos años, espera al cambio de temporada donde las tiendas buscan deshacerse de los vestidos pasados poniéndolos en oferta. Si lo que quieres es un vestido hermoso y no que siga las últimas tendencias del mercado, esta es una buena alternativa.
4. Compra las muestras
Puedes pedir que te hagan una rebaja si decides comprar un vestido que está de muestra en la tienda en lugar de ordenar uno nuevo. No solo ahorrarás dinero sino también tiempo porque el traje está listo para llevártelo a casa. Lo que debes tener en cuenta antes de comprarlo es que te quede a la perfección, que no tenga fallas (o al menos que puedan arreglarse fácilmente) y que tendrás que darle una buena lavada antes de usarlo.
5. Hazlo a tu manera
Si conoces a una buena costurera o un diseñador amigo, ¿por qué no hacer tu propio vestido? Esta opción es muy buena pues te permitirá participar en todo el proceso de creación desde la elección de la tela hasta los detalles finales. Si bien tiene sus beneficios también tiene un lado negativo: debes estar segura de la calidad de trabajo de la persona con la que elijas trabajar para no llevarte una desilusión después.
6. Transforma un vestido antiguo
A veces las mamás no dudan en prestarles a sus hijas sus antiguos vestidos de novia para que “sigan con la tradición”. Tal vez no sea el diseño más moderno pero con un par de ajustes para que te calce a la perfección y los accesorios correctos puede convertirse en un traje especial. Si ella te lo permite, incluso puedes transformarlo para ponerle tu toque personal y gastar menos que en un vestido nuevo.
7. Piensa en el alquiler-estreno.
Lo ideal es que el vestido de novia se use una sola vez pero si lo que buscas es ahorrar, existen otras alternativas. El alquiler-estreno consiste en que el diseñador hace el traje exclusivamente para ti pero, en lugar de quedártelo, lo devuelves después de la ceremonia. Eso permitirá a otras novias poder acceder a él y a ti salvar un poco de dinero y espacio en el closet.