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Andrea Carrión

Turrón siempre ha sido un perro activo y travieso. Adicto a las pelotas y las botellas de plástico, este Bulldog Inglés puede quedarse horas masticándolas o persiguiéndolas por todo el parque o donde se las pongas. Siempre ha estado listo para correr y jugar, hasta que hace poco, simplemente dejó de hacerlo.

Sus humanos, María Gracia Canessa y Víctor Jáuregui, estaban completamente confundidos con la situación. Casi de un momento al otro, su mascota había pasado de ser saltarín y juguetón a ser un perro triste y sin energía que no quería despegarse de su camita.

Turrón en cama.
Turrón en cama.

“Empezó a vomitar todos los días y no entendíamos por qué. Le hicimos todos los exámenes habidos y por haber; hepáticos, renales, hemogramas, radiografías y nada, hasta que en una de las radiografías salió algo que jamás había escuchado: hemivértebras”, recuerda María Gracia.

Una hemivértebra es una malformación de las vértebras que suele ocurrir en la columna vertebral torácica y que afecta principalmente a razas de perro pequeñas y braquicefálicas (de hocico aplanado). Puede llegar a causar muchísimo dolor, lo que suele transformar la rutina, actitud y comportamiento de quien las sufre.

“La primera veterinaria que lo vio nos dijo que esto de las hemivértebras es un problema congénito, algo con lo que Turrón siempre había vivido. Al principio no le dimos mucha importancia, hasta que un buen día Turrón no quiso comer más. También dejó de tomar agua, ni quería salir a pasear. Le hicimos más análisis, pero no mejoraba. El punto de quiebre fue cuando una prima mía nos dijo que acababa de escuchar a un veterinario hablar de hemivértebras, que seguro él podría ayudar a Turrón”, comenta María Gracia.

No pasaron muchos días para que Turrón entrara al quirófano. Apenas vio sus placas (radiografías), el , especialista en neurología canina, supo que había solución con la cirugía.

María Gracia pasó varias semanas teniendo que cargar a Turrón para movilizarlo de un lado a otro.
María Gracia pasó varias semanas teniendo que cargar a Turrón para movilizarlo de un lado a otro.
Éstas son las placas de una columna vertebral normal versus una columna vertebra con hemivértebras. Mientras la sana tiene sus vertebras cuadraditas, la otra muestra algunas aplanadas.
Éstas son las placas de una columna vertebral normal versus una columna vertebra con hemivértebras. Mientras la sana tiene sus vertebras cuadraditas, la otra muestra algunas aplanadas.

El último de su camada

Turrón no es un perro cualquiera. Para María Gracia, Víctor, su hija Antonella y la Sra. Nolly Hoyle (mamá de Víctor), este Bulldog de 7 años y medio es un miembro más de la familia.

Todavía se acuerdan del día en que llegó a ellos: 22 de febrero del 2012. Tenía más de 1 año, edad que no tienen muy clara pues Turrón fue rescatado de un criadero de bulldogs ingleses y luego por esta familia.

“Como fue el último de la camada y ya había pasado más de un año, el criador ya no lo vendía, entonces un amigo de Víctor ofreció llevárselo porque ya le habían advertido que de lo contrario lo iban a dormir. Se lo entregaron castrado y finalmente, sabiendo que me encanta esa raza, Víctor me preguntó y le dije que sí”, cuenta María Gracia.

Éste fue el primera día que Turrón pasó en la casa de Víctor y María Gracia.
Éste fue el primera día que Turrón pasó en la casa de Víctor y María Gracia.
En familia. Víctor, María Gracia y Antonella suelen salir juntos al parque con Turrón, pero a veces no saben si ellos sacan al perro o si el perro lo saca a ellos.
En familia. Víctor, María Gracia y Antonella suelen salir juntos al parque con Turrón, pero a veces no saben si ellos sacan al perro o si el perro lo saca a ellos.

Se agotaban las opciones

El haber insistido en descubrir por qué Turrón estaba tan apagado y sensible, fue su salvavidas. María Gracia y Víctor llegaron a pensar que ya no había nada que hacer. No querían que siguiera sufriendo, pero tampoco querían rendirse y perderlo.

“Para mi no había posibilidad alguna de dormir a mi perrito, tal vez una posición algo egoísta por querer retenerlo. A Víctor sí se le hacía muy difícil verlo tan mal y llegó a considerar dormirlo para evitar que siguiera sufriendo”, recuerda María Gracia.

Para suerte de todos, no hubo que hacerlo. Han pasado 4 semanas desde que Turrón fue operado por el Dr. Omar Cavero y ha vuelto a ser el perro ágil y travieso de siempre. El haberse informado a tiempo y encontrar alguien dispuesto a ayudar fue clave.

Turrón durante uno de sus chequeos post operatorios.
Turrón durante uno de sus chequeos post operatorios.
Turrón ha vuelto a ser casi el mismo de siempre, solo falta arreglar su rodilla y listo.
Turrón ha vuelto a ser casi el mismo de siempre, solo falta arreglar su rodilla y listo.

Un caso de muchos

Según Cavero, en los últimos años se han multiplicado los casos como el de Turrón. Asegura que en lo que va del 2018, él y su equipo van realizado 138 cirugías de columna, de las cuales 80 han sido por hemivértebras. El 100% de estos casos son bulldogs, inglés o francés.

"Creo que es un tema hereditario, de manipulación genética en el cual se ha logrado hacer del Bulldog un perro compacto y de hocico aplanado, lo que ha generado problemas neurológicos y respiratorios en muchos perros", señala Cavero.

Gracias a la tecnología, hoy sobreviven más cachorros de una camada, pero eso tiene una desventaja pues también sobreviven los que antes, por naturaleza, no vivían.

"Entonces de esa camada habrá varios que jalen un problema genético y que, eventualmente, presenten problemas como hemivértebras y síndrome braquicefálico. Ellos van a crecer, se van a reproducir y seguirán jalando el gen", agrega Cavero.

La genética del bulldog inglés está en un punto de quiebre
La genética del bulldog inglés está en un punto de quiebre

Los síntomas de hemivértebras pueden presentarse de distintas formas:

Falta de apetito, incontinencia urinaria o fecal, cojera intermitente, dolor al tocar su espalda, dolores aparentemente inexplicables, debilidad en sus patas traseras, cambio en el estado de ánimo, cambio de expresión, dejan de correr y saltar, ya no quieren subir a los muebles, se vuelven más retraídos.

Cavero explica que el dolor que se presenta a raíz de una hemivértebra es neurológico, como cuando alguien sufre de una hernia discal, puede ser muy doloroso. Si a eso le sumamos que el perro aguanta el dolor 20 veces más que el humano... realmente pueden llegar a pasarla muy mal.

“Es importante estar atento porque el perro no te va a decir ‘oye, me duele’. Por lo general el dueño no sabe qué le está pasando a su perro, solo sabe que algo anda mal. De pronto un día lo quiere cargar y el perro mete un grito porque justo lo agarró del lugar más sensible. Incluso el perro puede llegar a morder, pero en ese caso será una reacción ante el dolor”, explica Cavero.

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Tras la cirugía, Turrón dejó de vomitar, volvió a correr y saltar, y se reencontró con sus pelotas y sus botellas de plástico favoritas.

“Todavía tiene un problema en la rodilla, pero pronto lo solucionaremos. Turrón es nuestra mascota, es parte de nuestra familia, no había forma que de tener una opción para mejorar su calidad de vida, no lo hagamos. A menos que no hubiéramos tenido los medios para hacerlo, pero felizmente no fue el caso”, agrega María Gracia.

“Así como lo haría por Antonella, lo hice por Turrón y lo volvería a hacer", añade Víctor. "Me sentiría la persona menos empática del mundo si es que estuviera en la posibilidad de ayudarlo y no lo hago. Es un perro noble y esta operación le ha cambiado la vida. Ha vuelto a ser el perro alegre y saltarín de antes. Una vez que encontramos la opción de operarlo, nunca cruzó por mi mente no hacerlo. Turrón es parte de esta familia, y es el ser vivo que más me quiere en el mundo".

Turrón acompañando a María Gracias cuando estaba embarazada de Antonella.
Turrón acompañando a María Gracias cuando estaba embarazada de Antonella.
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