Por Andrea Carrión / WUF
Una de las áreas más sensibles y complejas de recorrer en medicina veterinaria es el de la neurología. Suele ser un reto diagnosticar y tratar eso que los sentidos no ‘ven’ con claridad, pero para eso está el especialista.
El doctor Omar Cavero, médico especialista en neurología veterinaria, explica que uno de sus principales obstáculos cuando tiene un caso neurológico en manos, son los dueños. Muchos se extrañan cuando se les dice que su mascota tiene un problema neurológico, tienden a minimizarlo o a pedir que se les de una pastilla para curarlo.
“Lo más común que tenemos en animales son los problemas medulares y una compresión medular puede ser resultado de una hernia discal, una calcificación del disco, etc. Casi siempre en mi consulta preventiva pasa que entra el perro por un tema ‘x’, lo reviso y en ocasiones detectamos, por ejemplo, un problema de columna (medular). Le hacemos ver al cliente que, efectivamente, le está doliendo en la zona y muchos dicen ‘pero mi perro está bien’, y probablemente en ese momento se vea bien, pero de no hacer algo, en algún momento podría pasar factura. Hay que recordar que ellos aguantan el dolor 20 veces más que los humanos”, explica Cavero.
Si bien los perros adultos son más propensos a desarrollar problemas neurológicos, también puede suceder con cachorros con pocos días de haber nacido. Entre los principales síntomas relacionados con cuadros neurológicos que debemos de tener en cuenta están el andar y cómo se comportan.
Señales
-Si deja de caminar de un momento al otro, llevarlo a un médico veterinario.
-Si se comporta diferente o camina ladeado o distinto, visitar a un médico.
-Problemas de micción y defecación. Cuando van al baño, les duele, entonces ya no quieren ir tan frecuentemente por el dolor que sienten.
-Estar pendientes cuando le cuesta levantarse. A veces pensamos que se golpearon, pero no necesariamente ese es el motivo, puede haber un tema neurológico.
-Fíjense si el perro se queja o tiene dolor de la nada. La clásica es ‘mi perrito era bien movido, ya no tanto, y cuando, lo cargo, me gruñe’. Ahí hay un dolor tan extremo que por más que sea tu perro, gruñir es la única forma de decirte ‘me duele’
-Ya no tiene ganas de jugar como antes, posiblemente sea porque está adolorido.
-Falta de apetito.
Problemas neurológicos frecuentes
-Hernias discales y contracciones medulares.
Son las más frecuente, representan más del 70% de las consultas neurológicas del Dr. Cavero. Las hernias pueden aparecer en cualquier momento. Hay dos tipos: el perro que salta de la cama y deja de caminar, la otra es cuando va apareciendo de a poquitos. La inmediata se atiende rápido, la otra es la más complicada porque cuando nos damos cuenta, muchas veces ya es muy tarde.
-Inestabilidad lumbo sacra
Situación patológica de la columna que, por lo general, afecta a perros de raza grande, como Pastor Alemán, Labrador, Rottwheiler, entre otros.
-Disptemper
Es otra enfermedad neurológica y por lo general deja secuelas como la epilepsia. También te puede dejar tics nerviosos. Si te deja una secuela incompatible con la vida, lamentablemente lo mejor es ponerlo a dormir, como los perritos que caminan y se van contra el piso, por ejemplo. Lo bueno es que hay vacunas, pero nada es al 100% seguro.
¿Cómo diferenciar neurología de traumatología?
El Dr. Cavero explica que muchas veces los dueños no saben diferenciar de dónde viene el problema y peor aún es cuando el veterinario tampoco sabe identificarlo. Es una línea bien delgada la que existe entre neurología y traumatología.
“Por eso es tan importante hacer una consulta neurológica con un especialista para descartar de qué se trata. Supongamos que el perro camina diferente y se piensa que puede ser resultado de una caída o que lo atropellaron. Puede ser que solo esté luxado, pero no necesariamente pues al luxarse una vértebra, también se puede estar comprimiendo la médula. Es fundamental separar los campos al hacer una evaluación neurológica”, dice el médico.
Pruebas comunes
-Reflejo de propiocepción. Es una prueba en la cual se pone la patita del animal sobre la mesa y se hace un examen para ver cómo mueve sus dedos. Debe hacerlo de inmediato, de lo contrario puede haber un tema neurológico.
-Nistagmo. Es cuando hay movimiento constante de los ojos de izquierda a derecha o de abajo para arriba.
-Si un perrito camina hacia la izquierda, hacia la derecha o en círculos, también puede ser un problema neurológico de origen central o vestibular (suele ser del oído interno), pero cuando es central (del cerebro) es mas complejo, puede haber quiste o tumor.
-Cuando los han atropellado lo primero que se descarta es fractura de cadera o de patas. Muchos los operan, los rehabilitan y punto, pero además siempre se recomienda hacer una evaluación neurológica cuando pase el ‘shock’ pues al haber mucho dolor no se puede hacer una evaluación correcta.
“El gran problema es identificarlo y asociarlo, lamentablemente en nuestra profesión pasa aún por falta de especialistas en estos temas. Lo bueno es que
nos estamos especializando como si fuéramos medicina humana, pero los dueños no creen que las mascotas pueden tener problemas como los humanos y no lo saben reconocer. Piensan que un golpe pasará rápido y le dan una pastilla para el dolor y el problema empeora hasta al punto en que no camina. El reto está en educar a las personas y hacerlos conscientes de que sí hay neurología en los animales y no pasar por alto los síntomas”, señala Cavero.
De los casos que este médico veterinario ve en consulta, de 15 a 20% son casos neurológicos. Explica que cuando buscan soluciones, la cirugía es 50% y el otro 50% es rehabilitación. No someter a la mascota a cirugía pese a las recomendaciones del neurólogo es una historia que se repite con más frecuencia de la que Cavero quisiera reconocer.
“Cuando yo detecto el problema antes de que el dueño lo detecte, por lo general no los operan porque creen que se está exagerando. Recién cuando lo ven adolorido, que no puede caminar, te dicen ‘haz lo que sea’ y tal vez ya sea muy tarde. Algunos sí llegan a caminar de nuevo, pero muchos otros no lo hacen. Hay que tener presente que los problemas neurológicos son irreversibles”, indica Cavero.