Le dicen Chapi y si no fuera porque se marea cuando lo llevan en auto o porque le aterran los fuegos artificiales, sería la mascota ideal.
Bromas aparte, para Miguel Díaz y familia, Chaparrón es el perro perfecto desde el momento en que lo adoptaron. Es más, hasta podría decirse que fue perfecto desde el momento en que vieron su foto y su perfil en la página de adopciones de la asociación WUF.
Fue hace más o menos un año. Su hija Camila había empezado a coquetear con un gato callejero que la visitaba en su casa. Ella le daba migajas de pan a escondidas, hasta que un día el gato no volvió más.
Esta experiencia hizo que Camila empezara a pedirle una mascota a sus papás, así que Miguel y su esposa Marcela fueron en busca de una y terminaron comprando un conejo. Poco tiempo después el conejo murió.
Los dos intentos fallidos de llevar una mascota a casa abrieron alguna especie de portal en este hogar pues semanas más tarde, Miguel recibió un mensaje.
“Estábamos toda la familia reunida escuchando la radio y Carlos Galdós empezó a hablar de WUF. Me dio curiosidad, así que entramos a la pagina web, wuf.pe, y empezamos a ver a todos los perritos que tienen en adopción. Queríamos que no fuera ni tan chico ni tan grande y el primero que le gustó a Camila fue Chaparrón. Se enamoró de él a primera vista, le gustaron tanto las fotos que me pidió que las bajara a mi celular. Se las pasaba viéndolas todos los días”, recuerda Miguel.
Ese mismo día Miguel hizo la solicitud de adopción con solo presionar el botón de ‘Quiero adoptarlo’. La respuesta de WUF fue casi inmediata. Se les hizo una entrevista vía Skype y unos días después recibieron la gran noticia: ¡Habían pasado la prueba!
Chaparrón llegó a casa de los Díaz el 12 de marzo 2019.
“Se adaptó al toque. Llegó, subió, no ladró, no gruñó, estuvo muy tranquilo con nosotros y eso hasta el día de hoy. Es el engreído de la casa”, comenta Marcela.
Existen muchas fantasías y temores alrededor de los perros adoptados. Que pueden resultar agresivos, que no saben comportarse en una casa, que son sucios y que traen enfermedades... Lo cierto es que todo va a depender de muchos factores y en caso se decida adoptar uno de alguna asociación o albergue, lo mejor será verificar que se una entidad seria y responsable. También hay muchísimas historias de éxito de perros rescatados de la misma calle y adoptados.
WUF es una asociación sin fines de lucro que promueve la adopción de perros y la tenencia responsable de mascotas. Su misión es crear un mundo mejor para todos los perros y en ese proceso, educa al público para, precisamente, eliminar o minimizar las falsas creencias acerca de los perros que se encuentran en busca de un hogar permanente.
En el caso de Chaparrón, no hubo mayor proceso de adaptación. Este perro se convirtió en la alegría del hogar desde el día uno y congenió con todos los integrantes de esta familia, incluidos los suegros de Miguel.
De hecho, desde el día en que fue rescatado mostró ser un perro tranquilo. Las rescatistas del albergue Wasi Wau, donde pasó un tiempo antes de ser adoptado a través de WUF, cuentan que fue encontrado cerca a un puente en Cieneguilla al lado de una perrita que había sido atropellada.
“Significa mucho para mi”, dice Camila. “No sabemos su raza, solo sabemos que es raza única y eso está bien. Es lindo. Mientras más gente tenga la nobleza de adoptar a estos perritos que necesitan tanto cariño del ser humano, será lo mejor. Necesitamos más gente que les de una oportunidad”.