“Él tenía 6 meses cuando llegó a mi hogar y, dentro de poco tiempo, cumplirá dos años”, cuenta Solange Ortiz de Zevallos sobre la adopción de Olivito.
“Él tenía 6 meses cuando llegó a mi hogar y, dentro de poco tiempo, cumplirá dos años”, cuenta Solange Ortiz de Zevallos sobre la adopción de Olivito.
María Alejandra López

Para Solange Ortiz de Zevallos (33) hay un antes y un después en su vida tras adoptar a Olivito. Y es que, antes de conocer a su mascota, se consideraba una workaholic.

“Antes trabajaba muchísimas horas, pero ahora tengo más equilibrio, ya que debo organizarme para darle 5 horas de paseo al día”, confiesa.

Sí, Olivito ha cambiado su rutina, ya que hoy invierte gran parte de su tiempo en realizar a actividades al aire libre. “Gracias a él, tengo amigos en el parque. Me convirtió en una persona más feliz”, agrega.

Apenas Solange adoptó a Olivito, contrató a un entrenador para que su Wuf aprenda a estar tranquilo en casa y a sentir confianza con ella.
Apenas Solange adoptó a Olivito, contrató a un entrenador para que su Wuf aprenda a estar tranquilo en casa y a sentir confianza con ella.

Uno de los planes que más disfrutan juntos es hacer trekking, una actividad física que no sólo permite que hagan deporte, sino también que Olivito pueda agotar toda su energía.

“Olivito fue rescatado de un cerro… Quizás por eso sabe cómo explorar, ya que no he tenido que entrenarlo para esto: le encanta subir y bajar el cerro todas las veces que sean posibles”, explica Solange.

Amor a primera vista

Solange siempre quiso tener un perro. Pero, hace 1 año y medio, cuando decidió adoptar, tuvo algo muy claro: quería un perro chiquito, que pudiera estar en un departamento, pero que a la vez tenga mucha energía.

Cuando conoció a Olivito, en el fue amor a primera vista. “Me lo presentaron, y me encantó su energía. Ese mismo día empecé los trámites de adopción”.

Al inicio, su engreído era un poco tímido; pero, después de unas semanas, agarró confianza, y se convirtió en el perro más sociable del parque. “Tiene más de veinte amigos: es súper amiguero y cariñoso”, cuenta.

Solange y su engreído siempre van a un cerro en Surco, pero, juntos, también han ido a las Lomas de Lachay.
Solange y su engreído siempre van a un cerro en Surco, pero, juntos, también han ido a las Lomas de Lachay.

Hoy Solange no sólo tiene una mascota, sino un compañero que permite que su vida sea mucho más saludable. “Olivito es el perro perfecto para mí porque tiene demasiada energía. Si yo lo llevo al parque solo dos horas, no se cansa… Debe hacer varias actividades para cansarse”, dice.

En las mañanas vamos a correr a un cerro en Surco. ¡A él le encanta hacer ejercicio! Y los fines de semana hacemos 4 horas de trekking”, añade.

Derecha: Solange junto a su pareja y Olivito. Los tres comparten la pasión por el trekking y las actividades al aire libre.
Derecha: Solange junto a su pareja y Olivito. Los tres comparten la pasión por el trekking y las actividades al aire libre.

La experiencia que Solange ha tenido con su engreído de ‘cuatro patas’ es la que hoy la motiva a compartir los beneficios de adoptar una mascota.

“A veces uno se demora en tomar la decisión de adoptar, pero la verdad es que, al final, sí es posible adaptar tu vida a la rutina con una mascota. Todo se puede lograr con organización”, enfatiza.

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