Penderecki en Lima: Comentarios
Por Gonzalo Tello (Ópera Perú)
Ha sido una semana intensa en la que he tenido la grata oportunidad de encontrarme con el maestro Krzysztof Penderecki todos los días desde su llegada. Primero, el lunes para una entrevista en su hotel, la cual tuvo la deferencia de ofrecer, a pesar del enorme cansancio luego de 37 horas de viaje en varias peripecias. Estas incluían la pérdida de su conexión en Ámsterdam y tener que aterrizar de emergencia en las Islas Azores por un pasajero enfermo, además de haber llegado sin maletas.
Sigue a Ópera Perú en Facebook y Twitter.
Luego de descansar el primer día, el martes comenzó por la mañana los ensayos con la Orquesta Sinfónica Nacional. Ensayaron el “Treno”, la primera obra y la más difícil del programa la cual la OSN preparó días antes con el maestro José Sosaya para llegar en buenas condiciones de entrenamiento a los ensayos con el compositor. Ese mismo día en la tarde el maestro tuvo un encuentro con la prensa, para luego ensayar con el Coro Nacional su “Agnus Dei”, durante una hora en la noche.
El miércoles ofreció una mesa redonda en el Centro Cultural de la PUCP, organizado por esta, en la cual participaron los directores y compositores Fernando Valcárcel, José Sosaya, Gonzalo Garrido-Lecca y Bertrand Valenzuela, con la conducción de Lyscenia Durazo, directora de la Escuela de música de la PUCP. Cada uno de los compositores hizo preguntas especializadas sobre el método de trabajo del compositor, así como influencias u opiniones sobre diferentes temas. El compositor, hablando en inglés, respondió a todo agregando comentarios sobre su experiencia de vida, como lo difícil que fue al principio hacer música dentro del bloque soviético, o su experiencia con contemporáneos suyos como Shostakovich, Stravinsky, Nono, Messiaen, Ligeti y otros a los que conoció y con los que tuvo relación. Destacó como importante la fidelidad que todo músico debe tenerle a la tradición, ya que no se puede comenzar de cero, todo tiene una continuación. Habló de sus diferentes períodos de composición, y preparó algunas obras corales que pudimos escuchar durante esa mesa redonda. Cada pieza musical arrancaba el aplauso del auditorio, el cual estaba lleno y con gente incluso parada. En general había muchos estudiantes. El ambiente estaba cargado de juventud y entusiasmo, ya que no dudaban en reírse con las bromas o ciertos comentarios de un simpático Penderecki, el cual condujo en todo momento el evento de forma didáctica, ante unos compositores peruanos algo lentos al inicio, haciendo preguntas tímidas pero que al final resultaron interesantes y trascendentes.
El jueves la PUCP le entregó el Doctorado Honoris Causa en el auditorio de Derecho de la universidad. En el evento estuvieron presentes los representantes de la facultad de artes escénicas y de la Embajada de Polonia, así como algunos estudiantes que también lo vieron el día anterior. En este evento solemne, luego del discurso de Silvio De Ferrari, Jefe del Departamento de Artes Escénicas, en que resumió y destacó la trascendencia de Penderecki, el mismo compositor leyó un discurso de agradecimiento en español, en el cual se refirió a la relación estrecha entre Polonia y Perú, que a pesar de la larga distancia que nos separa, nos mantiene unidos. Agregó que no se puede destruir la tradición, “Chopin le decía a sus discípulos que siempre tocaran a Bach, de esa manera les indicaba un modelo claro infalible y punto de referencia en el mapa de valores…Siempre he mantenido que no se puede privar al ser humano de la posibilidad de experimentar la cultura en sus manifestaciones más apreciables y bonitas. No hay nada que sea capaz de sustituir la posibilidad de absorber el arte en vivo, en una experiencia directa…Es el arte lo que concede a la vida un sentido profundo y abre una nueva perspectiva, la de la belleza”.
Escucha este emotivo discurso aquí
Discurso Krzysztof Penderecki al recibir Doctorado Honoris Causa de la PUCP en Lima by Gonzalo Tello on Mixcloud
Luego de esta emotiva ceremonia se realizó una recepción en la residencia de la Embajada de Polonia, organizada por su embajadora, Izabela Matusz. Durante la noche nos enteramos que las entradas para el concierto se habían agotado, lo cual fue satisfactorio. Cabe destacar que las entradas no se incrementaron, y costaban lo mismo que cualquier concierto de la OSN, desde 15 hasta 60 soles.
El viernes durante la mañana se realizó el ensayo general con el Coro y Orquesta en el escenario del GTN. Pude entrevistar además y su esposa, Elżbieta Penderecki, y acompañarlos en su camerino durante el intermedio.
El viernes, Penderecki dirigió a la OSN y al Coro Nacional en tres de sus obras en la primera parte. El “Treno para las víctimas de Hiroshima” es una pieza escrita en el período avant-garde del compositor, fue estrenada en 1960 y tuvo su estreno peruano en 1966, con la OSN en el Teatro Municipal. Esta obra es escrita para 52 instrumentos de cuerda que se agrupan por secciones e interpretan de manera peculiar, y con una escritura diferente. Fue muy interesante ver como Penderecki dirigió de una forma nada tradicional, ya que en vez de marcar compases, solo marca entradas. Cada instrumento sabe en qué momento entrar y era entretenido ver a cada uno haciendo lo suyo. La obra es breve pero muy poderosa si sabemos previamente que es lo que está graficando. Fue de hecho todo un lujo ver al propio compositor dirigir esta obra, ya que no hay videos públicos.
El Adagio de la Sinfonía no. 3 fue adaptado para orquesta de cuerdas. El mismo me comentó que este adagio fue dedicado a Valery Gergiev por sus 60 años. La sinfonía fue encargada por la Filarmónica de Múnich para su centenario. Es una pieza larga muy distante del Treno, con pasajes líricos muy refinados y un bello diálogo a cargo de la concertino Maria Foust y la Capo de los segundos violines, María Elena Pacheco.
La primera parte terminó con el “Agnus Dei”, coro a capela a cargo del Coro Nacional. Pieza breve que exige mucha precisión, y fue ejecutada con bello timbre y excelentes volúmenes. Esta pieza es parte del famosos “Réquiem polaco” del compositor.
El programa terminó con la sinfonía “italiana” de Mendelssohn. Pieza clásica, destacó sobretodo la energía con la cual Penderecki manejó a la orquesta. A sus 80 años, él tiene claro que todo director debe interpretar de forma dinámica y energética este tipo de piezas, para darles realce y sean atractivas. Impecables los matices sobretodo del primer movimiento y la precisión y firmeza del último.
Si bien el concierto no fue precisamente virtuoso, fue memorable por la dimensión del compositor, quien hizo una presentación de tres obras representativas de diferentes etapas. El teatro estaba lleno y el ambiente estaba cargado de otro público, muchos jóvenes que le dieron una onda más fresca y entusiasta. A muchos les puede haber causado duda qué recibimiento podría haber tenido un compositor de música “difícil” como Penderecki, y si el público realmente iba a verlo o no. Pues, se demostró que, sobre todo los jóvenes, están deseosos de escuchar música actual y son capaces de darle un ambiente mucho menos parsimonioso a este tipo de espectáculos. La música contemporánea gusta y vende. Habría que compararlo con un concierto de los clásicos como Mozart, Beethoven o Brahms, en el que el promedio de edades no baja de los 60. Esta es una lección para otras productoras que solo se refugian en los clásicos. Hay que arriesgar, el objetivo es bajar la media de edades a este tipo de eventos. La música clásica no es aburrida ni arcaica. Arriesguemos y hagamos balance. Si no nos condenamos solos a la extinción.
Sigue a Ópera Perú en Facebook y Twitter.