Mundial de basquet: España, de la mano de Ricky Rubio, consiguió el título y la clasificación a Tokio 2020

La selección de básquet de España consiguió imponerse a los pronósticos y a los análisis de los expertos en un Mundial atípico. Con Estados Unidos y su equipo C, los monstruos europeos con sus grandes estaturas y Argentina con su identidad ganadora; los dirigidos por Sergio Scariolo se abrieron paso en base a buen básquet y –sobre todo– a la correcta toma de decisiones en los momentos cruciales. 

Los ibéricos lograron el segundo Mundial de Básquet de su historia tras superar por 95-75 a una Argentina que estuvo lejos del nivel
de hace unos días ante Serbia y Francia. Con festejos en Japón en el 2006 y China este año, no hay dudas de que Asia es especial para el país ibérico.

—Las claves—

Con un promedio de 30 años y 3 meses en el equipo, el plantel más veterano desde 1978, España exhibió toda su experiencia. Con Ricky
Rubio, base de los Phoenix Suns elegido como MVP del Mundial, y Marc Gasol, campeón actual de la NBA con los Toronto Raptors, como referentes, España se presentó en China con perfil bajo.

Pero superaron a rivales como Serbia, Polonia y Australia, para en la final sacar de la cancha a Argentina. Lo venció con Rubio anotando 20 puntos y limitando a Luis Scola a solo 8 unidades y 8 rebotes, maniatado por la marca de Pierre Oriola.

El partido se resumen en la frase dejada por Sergio Hernández, estratega del cuadro argentino, en su primer tiempo muerto, con España dominando 11-2: "Somos otro equipo, muchachos, ¿qué nos pasó? Si no pueden, acá hay siete (suplentes) acá (que pueden entrar". No es que cambiaron mucho, los europeos los obligaron a eso, ejecutando un basquet de altísimo nivel.

“Este equipo es de leyenda”, dijo Ricky, quien junto con Rudy Fernández ya sabían lo que era ser campeón del mundo en el 2006.

Asimismo, España aseguró su boleto hacia los Juegos Olímpicos, materia pendiente de esta 'Generación Dorada' del basquet español. 

—El podio y demás posiciones—

Mientras, Francia consiguió su segundo bronce consecutivo al derrotar por 67-59 a Australia. Serbia fue quinto tras vencer por
90-81 a República Checa; y Estados Unidos cerró como
séptimo, su peor ubicación en la historia de los mundiales.