Fiestas Patrias. Pintura icónica que muestra al general San Martín proclamando la Independencia del Perú, el 28 de julio de 1821.  Autor: Juan Lepiani (1904).
Fiestas Patrias. Pintura icónica que muestra al general San Martín proclamando la Independencia del Perú, el 28 de julio de 1821. Autor: Juan Lepiani (1904).

¿Qué es el Perú?

Percy Cayo: Es de lo más viejo que nos identifica. El Perú es una Patria vieja, decía Luis E. Valcárcel. El término ya era reconocido en 1821. Con él se inicia la arenga independentista de San Martín y todos sabían de qué se estaba hablando. Existen referencias del nombre Perú desde el primer tercio del siglo XVI. En 1523 parece que se le usó para identificar una realidad un tanto difusa que existía al sur de Panamá. Pizarro lo usa en la isla del Gallo en agosto de 1527. El nombre alude al mestizaje. Con el tiempo, a sus ingredientes primigenios —españoles y andinos— se han añadido otros que lo han enriquecido en esa variada realidad de lo peruano.

Del Busto: Es una realidad histórica que posee tres dimensiones distintas: el Perú como patria, el Perú como nación y el Perú como estado. Filosóficamente entendido, el Perú es un ente indivisible e induplicable. Es un ser metafísico en el espacio y en el tiempo. Responde al dónde y al cuándo, también al cómo, al por qué y al para qué. No se debe a la casualidad; se debe a la causalidad: es el resultado de un proceso. El Perú, aunque con vigencia universal, no es de todos los hombres: pertenece únicamente a los peruanos.

El Perú como patria

P.C: La palabra hace referencia a padres. Es el suelo de los padres y sus ancestros que se pierden en el tiempo. El término evoluciona en el tiempo. Viscardo en 1792 usa el vocativo “hermanos y compatriotas” en su notable “Carta a los Españoles Americanos”. Para él la Patria era América, aunque eso no niega la referencia a un espacio menor. Está la Patria Grande, esa América unida que soñó Bolívar, y está la Patria restringida, de quienes nos han antecedido en este espacio que llamamos Perú.

D.B: El Perú como patria nació hace unos 15 mil años o más, cuando los primeros cazadores entraron a nuestro territorio con ánimo de permanecer en él. Patria es la tierra de los padres, es patrimonio; la tierra que pisaron esos progenitores es la que nos legaron para que la conservemos y para que la hereden nuestros hijos. Es la suma de hombres y de territorio unidos por la historia, la tradición, la leyenda y aun el mito. Es el pasado, presente y futuro; es el conjunto de tumbas guardadas con gratitud, de hombres que viven con dignidad y de cunas ansiadas con esperanza. La patria peruana es una de las más antiguas del continente.

El Perú como nación

P.C: Este concepto surge y se desarrolla con posterioridad. La patria apunta más a los ancestros; en cambio la Nación incluye a los que fueron y a los que serán: es un vínculo que nos solidariza con quienes nos antecedieron y con quienes nos sucederán. Es el culto a las tumbas y el culto a las cunas, decía Víctor Andrés Belaunde. Es el compromiso con el pasado y la convicción de que el destino también nos será común.

D.B: Es un conjunto de pueblos con un pasado, un presente y un futuro comunes, pueblos que, por encima de todo vínculo, poseen el de la conciencia nacional. Nace con el Inca Garcilaso y los primeros mestizos, se consolida con José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru II) y se intenta cristalizar con Zela (1811), Crespo (1812), Paillardelli (1813) y Pumacahua (1814), pero el poderío español era tan grande a partir de 1780 que la Independencia solo se consigue con la ayuda de San Martín (1821) y de Bolívar (1824). De no haber existido conciencia nacional, San Martín y Bolívar habrían fracasado. Nos hicimos libres con la ayuda de ambos, pero en esencia nos hicimos libres porque queríamos ser libres. Y así surgimos escribiendo una historia, entonando un himno y enarbolando una bandera. La nuestra es una nación de probada antigüedad, de digna trayectoria, de costoso desarrollo, de resultado positivo y de gran nitidez histórica.

José Antonio del Busto uno de los personajes más influyentes y destacados de la intelectualidad peruana. 07 de julio de 2001 (Foto: GEC Archivo)
José Antonio del Busto uno de los personajes más influyentes y destacados de la intelectualidad peruana. 07 de julio de 2001 (Foto: GEC Archivo)

El Perú como Estado

P.C: Es un concepto más político. Si Nación es el grupo humano vinculado por lazos del ayer que se proyectan al mañana y que no necesariamente supone un territorio (la nación judía puede ser ejemplo de lo que decimos), el Estado supone una estructura jurídica que rige en un territorio para quienes están establecidos allí.

D.B: Es la Nación jurídicamente organizada. Es el Perú libre y soberano que aceptamos los peruanos. Nace el 15 de julio de 1821 con el Acta de la Independencia, se anuncia al mundo el 28 de julio del mismo año y se consolida el 9 de diciembre de 1824, con la victoria de Ayacucho. Es libre y soberano bajo la forma de república. Por eso tiene tres poderes, acuña moneda propia, defiende sus fronteras y firma tratados internacionales. Y esta determinación de autonomía es la que hace alcanzar al Perú un lugar de nueva realidad política en la geografía, al tiempo que ingresa como pueblo soberano en la historia universal. Gracias a todo este proceso el Perú es hoy independiente, uninacional, pluricultural, multilingüe y mestizo.

El Perú que llegó a 1821

P.C: Es una realidad que se ha ido estructurando a través de los siglos. Sus primeros balbuceos están en las páginas del Inca Garcilaso, hijo de capitán español y ñusta andina. La vida en los siglos virreinales fue creando lazos que distinguieron esta realidad llamada Perú, y que los hombres de la Sociedad Amantes del País —qué bello nombre—, difundieron en las páginas del “Mercurio Peruano”. La primera página del primer “Mercurio Peruano”, titulada “Idea General del Perú”, 30 años antes de la proclama sanmartiniana, nos dibuja al Perú que se constituyó en realidad estatal en 1821.

José Antonio del Busto: “La nación es un conjunto de pueblos con un pasado, un presente y un futuro comunes, pueblos que, por encima de todo vínculo, poseen el de la conciencia nacional”

D.B: Fue un país complejo integrado por hombres cobrizos, blancos y negros, también por mestizos. El grupo criollo, entonces el más preparado, acaudilló primero el reformismo y después el separatismo. En ese tiempo aún no existía el pensamiento uniforme: unos querían seguir con España y otros independizarse. Ganaron estos últimos, como era de esperar, porque no éramos españoles, nunca lo fuimos, y pertenecíamos a otra realidad. Nos sentíamos diferentes: en la paz éramos aespañoles y en la guerra antiespañoles. La Independencia es fruto de este sentir. Tuvimos “conciencia nacional”, no deseábamos seguir perteneciendo a España, queríamos regir nuestro futuro. Tuvimos la determinación de ser libres. Esto es el principio de la Libre Determinación, el más poderoso y valioso de todos los principios independentistas.

La identidad nacional

P.C: La identidad peruana existe, pero como todo lo que ocurre en una comunidad diversa y distribuida en un gran espacio, se da en diferentes dosis. Para entenderlo, mencionaré tres momentos muy críticos de nuestra historia donde dicha identidad se puso de manifiesto: El período siguiente a la batalla de Ingavi (noviembre de 1841), cuando muere el presidente Gamarra y el Perú es invadido por tropas bolivianas: espontáneamente la población sureña se alza y rechaza la presencia extranjera. Durante la Guerra con Chile y ante el colapso del Estado, en distintos espacios la gente se levanta, no por mandato sino por convicción. Y la resistencia de tacneños y ariqueños, aún en zonas rurales como Tarata o Challaviento, es signo de una identidad.

Percy Cayo: “La patria apunta más a los ancestros; en cambio la nación incluye a los que se fueron y a los que serán: es un vínculo que nos solidariza con quienes nos antecedieron y con quienes nos sucederán”.

D.B.: Solo es un problema para los que creen tenerlo. Yo no lo tengo. Porque si todos somos peruanos, nos sabemos peruanos, nos sentimos peruanos y queremos seguir siendo peruanos, el problema no existe. Por eso somos peruanos en el Perú y fuera de él. El que algunos crean que no tenemos identidad es solo falta de formación peruanista. Incluso puede haber peruanos que no saben que son peruanos... y, sin embargo, lo son. ¿Acaso porque un niño de corta edad ignora que es hombre, deja de ser humano? Lo que le falta es crecer y percatarse de su realidad. Pero si no lo ayudan en su casa, tampoco en el colegio o en la vida cotidiana, su ignorancia corre el riesgo de transmitirse a otras generaciones. Somos sanos y no nos damos cuenta. El problema de la identidad nacional es un problema fantasma, mal de hipocondríacos y dolencia de la que nadie ha muerto. El que siga existiendo esta ‘enfermedad’ no es asunto del Ministerio de Salud; es asunto del Ministerio de Educación. Entiéndase de una vez por todas: con la historia que tenemos, riquísima al lado de todas las vecinas, tenemos suficiente y aún nos sobra identidad nacional.

La promesa independiente

P.C.: La expresión tiene reminiscencia del texto de Basadre: La promesa de la vida peruana. Ella está constituida por una serie de anhelos y esperanzas que han sido los resortes que han movilizado a nuestros pueblos desde antiguo. La independencia fue una promesa: hoy algo menguada para muchos peruanos porque es difícil sentirse libre cuando la pobreza limita el ejercicio de la “voluntad popular” y “la justicia que Dios defiende”. En esa promesa todavía estamos. Es tarea de todos procurar su realización.

D.B.: Eso es responsabilidad nuestra, no de los precursores ni de los libertadores. Lo que el Perú necesita es autoridad, orden, disciplina. No defraudar a los que vienen detrás, inspirar fe. El lema de los incas era premio, castigo y control, pero también se exigía ser honesto: no mentir, no robar, no ser ocioso. Unos mandaban y otros obedecían, pero todos avanzaban. El pueblo peruano es unido, y este milagro de la unidad peruana yo lo achaco a la peruanidad y, de manera singular, al mestizaje. Los peruanos somos muy diferentes entre nosotros, pero el mestizaje es nuestro común denominador. Mestizaje es fraternidad. El indigenismo y el hispanismo, en exceso, separan; el peruanismo, y de hecho el mestizaje, unifica. Somos mestizos racial y culturalmente. Es nuestro camino, no existe otra solución, lo demás son divagaciones. La cultura occidental es nuestro género próximo y la cultura andina nuestra diferencia específica. Si una nos hace universales, la otra nos hace únicos. Aunque los peruanos seamos distintos entre sí, las convergencias son grandes y muchas, las diferencias pocas y nimias. Mestizaje, repito, es fraternidad. Y lo que nos hace peruanos, vale decir hermanos, también es nuestra íntima esencia, nuestra identidad nacional.


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