Primera Guerra Mundial: así recibió nuestro país la noticia del fin de este conflicto bélico en 1918
El 11 de noviembre de 1918, El Comercio anunció el fin de la Primera Guerra Mundial. Esto desató la alegría en varios lugares del país. Por eso, el Gobierno declaró dos días como feriados no laborables.
Eran las once de la mañana del 11 de noviembre de 1918, cuando El Comercio anunció que se había firmado el armisticio para dar fin a la Primera Guerra Mundial. “Se firma el armisticio con Alemania. Las hostilidades terminaron hoy a las 11 del día”, informó el diario decano en su portada de la tarde. La victoria de los aliados, encabezados por Francia y Gran Bretaña, hizo que la noticia comenzara a circular rápidamente por las calles de Lima y Callao. Minutos después, miles de personas, peruanos y extranjeros, abarrotaron el centro de la ciudad para festejar semejante acontecimiento.
Es así como la mayoría de comercios, fábricas y bancos, cerraron para que sus empleados pudieran unirse a las celebraciones. Las calles de Lima se llenaron de banderas peruanas y de los países aliados. Caravanas de automóviles recorrieron las principales avenidas de la ciudad. Varios miembros del Club Phoenix regalaron dinero y en el Club Italiano se inauguró un busto en honor a Víctor Manuel III, en ese entonces rey de Italia.
Esta fiesta nacional duró varios días. Por eso, hubo desfiles de carruajes. Además, varias empresas extranjeras organizaron almuerzos para sus trabajadores y se dieron gratificaciones para celebrar el triunfo de “la libertad y el derecho de los pueblos”. También se organizó una carrera de caballos en el hipódromo del Jockey Club y se declaró dos días como feriados no laborables.
Festejos tras la noticia
Tras conocer el anuncio del fin de la guerra, los dueños extranjeros de los establecimientos comerciales limeños acordaron cerrar sus negocios. En media hora, la mayoría de las tiendas del centro de la ciudad habían cerrado. La capital tomó una imagen de fiesta nacional. Varios bancos pusieron bandera peruanas en sus fachadas. Cientos de personas recorrieron las avenidas principales en automóviles. La mayoría entonó el Himno Nacional del Perú. La aduana también suspendió sus labores.
Después, una caravana de autos se dirigió hasta los balcones del club inglés Phoenix, ubicado en el portal de Botoneros, en el Centro de Lima. Allí los manifestantes aplaudieron a los miembros de esa institución. Esto hizo que los extranjeros que estaban en los palcos arrojaran dinero de emoción. La celebración en ese lugar duró dos horas. Luego, los manifestantes fueron hasta el jirón de la Unión. En ese lugar, se congregaron más de 300 vehículos adornados con las banderas de Italia, Francia y Gran Bretaña.
Los bares, dulcerías y restaurantes, estaban repletos de gente. La mayoría de personas bebía y bailaba en las calles debido al triunfo de los aliados. Cerca de las 5 de la tarde, un grupo de obreros chalacos llegó hasta el centro de la ciudad para poner más entusiasmo a las celebraciones. Una hora después, el Club Italiano congregó a diversas personalidades peruanas entre los que estaban el jefe de la Cancillería, Francisco Tudela y Valera, el alcalde de Lima, Luis Miró Quesada y el diplomático norteamericano Benton Mac Millin.
En la ceremonia, el presidente de la peña europea inauguró un busto del rey de su país, Víctor Manuel III. Hasta el lugar, también se arremolinaron cientos de personas vitoreando los nombres de los héroes italianos. Tal era la felicidad de los manifestantes, que persiguieron al funcionario estadounidense hasta la Plaza de Armas cuando este se retiraba del evento.
Esa noche, un grupo de la Federación de Estudiantes del Perú (FEP) desfiló con banderas enormes de todos los países por las principales calles limeñas. El Gobierno también pidió que se declarara feriado dos días para conmemorar el fin de la guerra. Ese día de festejos terminó con la explosión de cientos de cohetecillos desde varios buques mercantes en el puerto del Callao.
Fiesta sin parar
Al día siguiente, el 12 de noviembre de 1918, los festejos comenzaron desde las primeras horas de la mañana. Miles de personas volvieron a abarrotar las principales avenidas de la ciudad. Los manifestantes regresaron a las inmediaciones de las asociaciones europeas para agradecerles por el triunfo en la guerra. Cientos de autos desfilaron por la calles. Las tiendas francesas e inglesas no abrieron en señal de celebración.
Un nutrido grupo también llegó hasta las instalaciones de El Comercio. Ahí entraron hasta la sala de redacción. En el lugar, flamearon un retrato fotográfico del presidente de EE.UU, Woodrow Wilson. Además, agradecieron al diario decano por la campaña en favor de los aliados y aplaudieron al director y a los redactores. Horas después, la tienda Graham Rowe agasajó con un almuerzo a sus empleados en el restaurante del Parque Zoológico, ubicado en el Cercado de Lima.
Sin embargo, eso no fue todo. Los buques mercantes, anclados en la bahía del Callao, fueron adornados con banderas peruanas. En el puerto chalaco, una factoría de Chucuito homenajeó a sus empleados con una comida y una “fiesta animada”. Otra empresa, como la factoría del “Águila”, entregó a sus trabajadores una gratificación de 30 libras y el salario completo del día. Esa tarde, ningún operario de esa compañía trabajó.
A las 6 de la tarde, una multitud se agrupó frente a los balcones de Palacio de Gobierno. Allí aplaudieron y pidieron que salga el presidente José Pardo y Barreda. El mandatario hizo caso al pedido de los manifestantes y salió al palco acompañado de su secretario, ministros y miembros de la casa militar. Luego, agradeció el afecto de la gente y dio un discurso de cinco minutos. Después, se entonó el Himno Nacional y se escuchó la Marsellesa (himno de Francia). Es así como las celebraciones se trasladaron nuevamente a las principales arterias de la ciudad.
Ceremonias finales
Esa noche, los festejos siguieron por todo Lima y Callao. En el club Phoenix, se volvió a regalar dinero. Además, el Gobierno peruano recibió un telegrama desde Arica. En el mensaje, se saludó a los funcionarios de los países aliados que radicaban en nuestro país. También se acordó realizar una carrera de caballos en el hipódromo del Jockey Club del Perú. Esta competencia se realizó el 17 de ese mes.
Al día siguiente, el 13 de noviembre de 1918, El Comercio anunció que la Cámara de Diputados había aceptado declarar feriados los días 15 y 16 de noviembre debido al triunfo de los aliados en la Primera Guerra Mundial. Así se cerraron los festejos en nuestro país por este hecho. Un conflicto bélico que cobró la vida de 12 millones de personas y redujo la población activa masculina de Francia, Alemania, Austria, Hungría, Italia y Rusia.