El cuidado primario de la salud
Imagínese estimado lector que el banco mas grande del país tenga solo unas pocas grandes oficinas en todo el territorio nacional, por decir ocho a diez en la capital y una o dos por cada región? ¿Se imagina lo que tendría usted que hacer para poder realizar una transacción en dicha institución bancaria? Para retirar cien nuevos soles de su banco por ejemplo, quizás tendría que madrugar, ir a una de esas grandes sucursales y hacer largas colas que le ocuparían toda la mañana. Es mas, a usted le llamaría la atención de que en la misma cola que usted esta haciendo para retirar sus cien nuevos soles, haya alguien que esta haciendo cola para hacer una complicada y millonaria transferencia bancaria al extranjero.
Obviamente una institución bancaria que opere bajo ese modelo estaría condenada al fracaso inmediato. Los clientes (si es que los tuviera) la abandonarían por un moderno banco que tenga centenares de oficinas pequeñas distribuidas en toda la ciudad y en el interior del país. Es mas, si este banco le permitiera hacer operaciones simples en cajeros automáticos distribuidos en miles de lugares del país, pues que mejor, tendría muchísimos clientes felices por el bienestar financiero que se les da.
Algo parecido sucede con la prestación de los servicios de salud estimado lector. ¿Se imagina un sistema de salud XYZ que solo tenga unos cuantos hospitales grandes en la ciudad de Lima y unos pocos en las capitales de las regiones? ¿Se imagina lo que tendrían que sufrir los usuarios de ese sistema de salud? ¿Se imaginan las colas que tendrían que hacer los usuarios desde la madrugada para que los atiendan en dichos grandes hospitales? ¿Se imagina la sorpresa de un paciente con una simple bronquitis de estar haciendo la misma cola con un grave enfermo de cáncer o uno que necesita una complicada operación al corazón?
¿Y que le parecería si ese sistema de salud XYZ tuviera centenares de pequeñas sucursales llamadas postas médicas que –a diferencia de las miles de sucursales bancarias que son rápidas y eficientes- están pesimamente equipadas y no pueden resolver de manera rápida y eficiente los problemas de salud mas comunes de los pacientes. Obviamente, los millones de usuarios del sistema de salud XYZ rechazarían esas postas medicas periféricas y al darse cuenta que no están bien equipadas, que no tienen medicinas comunes, que encuentran un personal médico aburrido, malhumorado e impotente por no poder servir bien a sus usuarios, preferirían hacer colas desde la madrugada en los grandes centros hospitalarios, con la falsa creencia de que allí los atenderían mejor.
La cosa se agravaría si los gobernantes de turno -alcaldes, gobernadores y presidentes- piensen que ese problema de acceso a la salud del paciente se resuelve construyendo mas grandes hospitales en vez de mejorar las postas médicas existentes o construir unas nuevas con el objetivo de que–al igual que las pequeñas sucursales de los bancos o los cajeros automáticos- permitan resolver problemas comunes de salud en los barrios donde viven los usuarios.
Por increíble que le parezca estimado lector el sistema de salud tan disfuncional y caótico que hemos descrito es el sistema de salud peruano, y porqué no decirlo, de la mayoría de países del mundo occidental. Y eso sucede porque esos sistemas están centrados en el enfermo y no en la prevención y la resolución de los casos tempranos de enfermedad, son sistemas reactivos basados en una errónea adoración al hospital.
Que útil sería tener un sistema de salud –que al igual que los modernos bancos- base su poder de atención en la presencia de miles de pequeños centros de salud distribuidos en todo el país e interconectadas electrónicamente en todas las ciudades, grandes y pequeñas del país. ¿Se imagina tener una posta médica perfectamente equipada en su vecindario de tal modo que su problema de salud sea rápida y eficientemente resuelto allí sin tener que viajar a alguno de los grandes hospitales de la ciudad?
Recordemos que el 85% de los problemas de salud que aquejan al ser humano pueden ser resueltos por un médico de medicina general de medicina interna o medicina familiar. Volviendo a la analogía del banco, es como si el 85% de las transacciones de bancarias fueran para depositar o retirar dinero, acciones que podrían ser hechas en simples cajeros automáticos estratégicamente distribuidos en la región.
Un sistema de salud que decida cambiar su paradigma de atención, llevándolo de una atención centralizada hospitalaria a una basada en el centro de salud periférico –es decir una atención centrada en la atención primaria- seria sin duda muy bienvenido por la población.
Obviamente estimado lector, así como a los bancos no les fue fácil instalar una red nacional de sucursales pequeñas y medianas y de cajeros automáticos interconectados, el establecer un robusto sistema de atención primaria de la salud no es fácil. El banco tuvo que construir sucursales, equiparlas para que brinden servicios, entrenar cajeros, gerentes y otro tipo de personal. El sistema de salud basado en atención primaria tendría que equipar postas medicas, brindarlas de interconectividad, entrenar al personal y racionalizar sus servicios para ser rápidos y eficientes de tal modo que al hospital –al igual que sucede en Inglaterra- solo se pueda llegar si se es enviado por el centro periférico para alguna intervención medica compleja, no para la atención de una bronquitis.
La banca privada tomó la decisión corporativa de descentralizarse hace mucho tiempo, ¿cuándo tomará el estado la decisión política de desarrollar un sistema de salud centrado en la atención primaria que incluya al cien por ciento de la población?