Azúcar, alcohol y cáncer
Dos recientes estudios nos demuestran que el riesgo de cáncer estaría relacionado al consumo exagerado de dos sustancias que usamos regularmente: el azúcar y el alcohol. Recordemos que el riesgo de sufrir de cáncer lo traemos los seres humanos en nuestra composición genética, y que ese riesgo inherente se combina con el riesgo que nos brinda el medio ambiente en el que nos desenvolvemos.
En otras palabras, si una persona nace con cierta mutación genética que lo vuelve susceptible a desarrollar cáncer de las vías respiratorias, el fumar cigarrillos le aumentará ese riesgo, comparado con una persona que nació con la misma susceptibilidad genética, pero que nunca fumó.
Es importante aclarar que susceptibilidad genética no es lo mismo que herencia. Se piensa que la susceptibilidad genética la tenemos todos y es consecuencia de las mutaciones que se pueden producir durante la combinación del material genético del padre y la madre durante la fecundación. Por su lado, herencia implica la trasmisión, de padres a hijos, de ciertos genes que predisponen el cáncer. En otras palabras, es el hecho de que un cáncer se presente regularmente en miembros de una familia de generación en generación. En otras palabras, todo cáncer es una enfermedad de raíz genética, pero no todo cáncer es hereditario. De hecho, solo 10 a 15% de los cánceres son hereditarios.
El primer estudio, publicado por la Sociedad Norteamericana de Oncología Clínica (ASCO por sus siglas en inglés) –y que representa el primer análisis de la relación entre alcohol y cáncer de los últimos 30 años- revela que casi el 4% de muertes por cáncer (casi 20,000 por año en EE.UU.) son consecuencia de tomar alcohol, y que ese riesgo es independiente de la cantidad que se consume. ASCO define como consumo leve de alcohol al que se hace eventualmente y conocido como consumo social, es decir de vez en cuando. Por su parte consumo moderado significa un trago al día para la mujer y dos para el hombre, mientras que consumo fuerte significa tres tragos o mas por día para la mujer y cuatro o mas para el varón.
El estudio de ASCO revela algunas inquietantes estadísticas. Por ejemplo, dice que el consumo leve y moderado de alcohol explica el 35% de muertes por cáncer. En las mujeres, el cáncer más frecuentemente asociado al uso del alcohol es el de la mama, explicando el 15% de todos los casos o 6,000 al año en EE.UU. Otros cánceres asociados al uso del alcohol son el del colon o intestino grueso (el consumo moderado aumenta el riesgo en 17% y el severo en 44%) y el de la mama (el consumo leve o social aumenta el riesgo en 4% y el severo en 61%). Por su parte el cáncer de la boca y la garganta aumenta en un 500% en los bebedores severos.
Obviamente, la recomendación que hace ASCO es que las personas reflexionen en la cantidad de alcohol que están consumiendo y si es posible, que dejen de consumirlo.
El segundo estudio es muy interesante y ha sido publicado en la revista Nature en octubre pasado. En el se describe, y confirma, que las células cancerosas respiran y obtienen energía de una manera diferente a como lo hacen las células normales. En vez de usar oxígeno para respirar y obtener energía desdoblándolo en agua y CO2 –como lo hacen las células normales- las células cancerosas usan la fermentación del azúcar como el principal modo de obtener energía. Este fenómeno, descrito en 1929 por el científico alemán Otto Warburg –y que le valió el premio Nobel en 1931- se conoce como el “efecto Warburg”.
La investigación –hecha en células de levadura de hongos – descubrió que al fermentar el azúcar para obtener energía, las células de levadura activan un gen llamado RAS que favorece la reproducción y proliferación celular (proto-oncogén o gen causante de cáncer).
Lo curioso es que a pesar de que la fermentación de azúcar produce quince veces menos energía en las células de levadura, estas crecen y se multiplican mucho mas rápidamente que las células normales que respiran el azúcar. De ahí que resulte difícil saber si el efecto Warburg es causa o efecto del cáncer y por lo tanto hace difícil recomendar –como simplistamente se recomienda en el Internet- que el azúcar causa cáncer o que lo reaviva. Los autores especulan que el efecto nocivo del azúcar no estaría dado por la sustancia misma, sino por la obesidad que puede causar el exceso en su consumo.
Corolario
Estos dos estudios nos demuestran lo importante que es el medio ambiente en el desarrollo de los riesgos para desarrollar el cáncer. Si reflexionamos, el consumo del alcohol no es una actividad natural, sino mas bien una actividad que ocurre como resultado de la presión social. Por su lado, el consumo de azúcar tampoco es natural. Al respecto, es recién en los últimos doscientos o trescientos años que el ser humano ha empezado a consumir enormes cantidades de azúcares en golosinas, postres y bebidas azucaradas. Antes del desarrollo de las grandes plantaciones de caña de azúcar –y el comienzo del esclavismo- el azúcar era un producto de lujo, muy escaso para el pueblo.
Sabiendo que la OMS recomienda que el consumo de azúcar no debe exceder de 6 cucharitas al día (25 gramos), es bueno saber que Perú consume cuatro veces mas (105 gramos por día), como comparación, Brasil consume 161 gramos y Chile 118 gramos por día.
En resumen, ser muy moderado en el consumo del alcohol y azúcar pueden ayudarlo a disminuir su riesgo de desarrollar cáncer.