¡Ponle pasión a lo que haces!
Nada es más atractivo que el entusiasmo, las ganas y la pasión. En todos los aspectos de nuestra vida sentimental, familiar o profesional, queremos estar cerca de personas que le ponen pasión a lo que hacen.
Y en el mundo del trabajo, admiramos a quienes tienen la habilidad de inspirar a los demás con su energía, su fuerza y su pasión. Ese brillo en los ojos por el trabajo que hacen, los servicios que entregan o por los productos que venden termina siendo su ventaja competitiva. Y claro, ¡nunca he conocido a algún exitoso que no sea un apasionado por lo que hace!
Un rasgo característico de los emprendedores es su pasión por sus negocios. La mayoría vive francamente enamorado de ellos y les ponen alma, vida y corazón. ¿Quizá por eso también 7 de cada 10 peruanos soñamos con ser empresarios? ¿Será que queremos sentir y vivir el sueño de trabajar con pasión?
Por supuesto que no es fácil llegar a sentirse así, sobretodo si algunos trabajan sólo por dinero – o deben hacerlo. O si nunca se han dado el trabajo de evaluar a fondo ¿qué es realmente lo que yo quiero hacer? ¿qué es lo que me gusta? ¿para qué soy bueno?¿qué quiero lograr en mi vida? ¿hasta dónde quiero llegar? Sin haberse planteado esas preguntas, ¿cómo se puede aspirar a ser feliz en el trabajo? (¿o en la vida?)
Tengo la suerte de trabajar y haber trabajado con miles de personas de todos los niveles que tienen la decisión en sus manos de donde quieren trabajar o a qué nueva actividad se quieren dedicar (¡es mi pasión hacerlo!). Y he aprendido que la única manera de apoyarlos a tener éxito es ayudándolos a ser plenamente leales con ellos mismos. Eso empieza con esas preguntas y otras como: ¿qué tengo que seguir haciendo? ¿qué tengo que dejar de hacer?¿qué tengo que empezar a hacer? ¿qué tengo que evitar?
Una vez que quienes están en transición laboral pasan el duelo inicial por la pérdida de trabajo – muchos salen dolidos cuando la comunicación de salida se hace de manera poco respetuosa de su autoestima o dignidad – algo que pasa mucho más de lo que se imaginan -, lo siguiente es ayudarlos a comprender las realidades del mercado laboral y a definir con total claridad y lucidez ese “¿qué quiero yo hacer?”
Por eso, el éxito de la transición no pasa por una recolocación a la rápida: como ejemplo, todo profesional con auto puede dedicar su vida a hacer taxi, un trabajo digno que se puede conseguir en poco tiempo. El reto verdadero es ayudar a que las personas encuentren su pasión. Y es fascinante ver el cambio de actitud de quienes descubren que pueden encontrar trabajos o negocios enfocados en lo que verdaderamente les apasiona hacer (tanto es así, que el 75% cambia exitosamente de sector en todos los niveles y edades según nuestras estadísticas).
Cuando se atreven a tener éxito – definido en los términos personales de cada quien – y a apostar por ellos mismos, luchan por sus sueños con fuerza y pasión. Y son las personas apasionadas y entusiasmadas con su futuro quienes tienen muchas más posibilidades de alcanzarlo. ¿Eso será porque etimológicamente la palabra entusiasmo viene de “inspiración divina o de “estar con Dios”?