¿Qué hacer cuando te roban las ideas?
Pregunté por mi Instagram sobre temas de interés para hacer un artículo, y me llegaron muy buenas ideas. Un tema en particular captó mi atención y me movilizó, ya que me hizo recordar experiencias personales: ¿Qué hacer cuando te roban las ideas?, ¿qué pasa cuando el jefe usa mis ideas como las suyas o cuando el equipo se las apropia? Y claro, ¿a quién no le ha pasado?
Cuando hace 26 años empecé con el outplacement en el Perú, como toda emprendedora decidí consultar a personas de mi confianza sobre qué les parecía esta
innovadora idea para nuestro mercado. Muchos me desanimaron, e incluso uno de ellos me escribió una carta diciéndome que no lo hiciera, que estaría perdiendo
mi tiempo y mi energía en algo sin posibilidades de éxito. Pero fue esta misma persona quien luego compitió conmigo por la oportunidad de trabajar -en esa época- con DBM, intentando robarse lo que en confianza le había compartido.
Nos podrán robar las ideas, pero jamás el talento ni la creatividad.
También me ha pasado varias veces que en la empresa sacamos innovaciones o novedades y al poco tiempo otros las tratan de copiar o decir que ofrecen lo mismo cuando sus servicios o productos son tremendamente diferentes en contenido y calidad. En fin, en todos los negocios, en todas las actividades, en todas las
organizaciones, hay personas que tratan de robar nuestras ideas.
¿Qué hacer cuando esto sucede?
Siempre trato de ver las cosas desde un ángulo positivo, aunque a veces es muy difícil. El reto es evitar que nos moleste tanto, ya que ir al pleito casi nunca es una buena alternativa. Creo que lo mejor cuando tratan de expropiar nuestras ideas es tomarlo como un halago. Por eso me gusta mucho esta frase que dice: “Los
envidiosos son tus principales fans, ellos quieren ser como tú”
Pero igual debemos llevar el registro de nuestros logros y aportes de la manera más exacta posible, ojalá con números, y llevar un récord de ideas que hemos
aportado. Y dejarlo saber. Antes, nos guardábamos lo que sabíamos. Actualmente, establecemos nuestro valor para una audiencia en función de cuánto
contribuimos, cuánto aportamos, y eso es muy relevante. Lo que hoy vale es el conocimiento y la experiencia compartida, el conocimiento se comparte, se hace
público.
Por otro lado, es importante notar que cuando trabajamos en equipo, una idea sale de otra y de otra y de otra, y al final el resultado puede ser el conjunto del trabajo
de muchos. Pero eso no es lo mismo que alguien se robe sistemáticamente tus ideas, sea el jefe o algún compañero de trabajo. Allí, creo que vale la pena sentarse con esa persona y decirle en buena onda: te agradezco mucho que te gusten mis ideas, gracias por promocionarlas y compartirlas, me halaga que lo hagas, ¿cómo
quieres que las trabajemos?, ¿cómo quieres presentarlas?, ¿como tuyas?, ¿como mías?, ¿quieres que las trabajemos en forma conjunta? Pienso que una conversación franca y directa, con buena actitud, puede hacer la diferencia.
Lo importante es generar muchas ideas para hacer cambios, para innovar, para sacar nuestra creatividad, aun a riesgo de que algunas se las roben. Lo que cuenta es que la idea se desarrolle y crezca. Las ideas son como los hijos, cuando ya son grandes caminan por sí mismos, a veces lejos de su casa.
Los animo a seguir innovando, creando, a seguir produciendo más y más ideas. Recordemos que nos podrán robar las ideas, pero jamás el talento ni la creatividad. ¡Y eso se nota, eso lo saben todos!
*Publicado en la revista América Economía, el 22/03/2019