Chinos modifican genéticamente embriones humanos
Nuevamente, los chinos. Esta vez, realizaron un estudio que en otros países no está permitido por cuestiones éticas: modificaron genéticamente el genoma de un embrión humano, utilizando esa poderosa herramienta conocida como CRIPSR/Cas9, que tanto hemos hablado en el blog. Ha sido una de las noticias de la semana, así que trataremos de explicar en qué consistió el trabajo y la controversia que ronda en torno a él.
¿Y el peer-review?
Lo primero que salta a la vista es que el artículo fue publicado en una revista —no muy conocida— llamada Protein Cell. Su factor de impacto (una medida con la que se evalúa la “calidad” e “importancia” de las revistas científicas) es modesto: 2,85. Science y Nature —dos de las revistas científicas más importantes del mundo— tienen un factor de impacto mayor a 30. Además, el Editor Jefe de la revista es chino, al igual que el 90% del Consejo Editorial. ¿Esto es malo? No, necesariamente.
Los investigadores chinos liderados por el Dr. Junjiu Huang dijeron que el documento fue rechazado por Science y Nature, en parte, debido a objeciones éticas, según este reportaje publicado el pasado miércoles.
Sin embargo, lo más extraño es el tiempo que pasó entre la presentación del artículo y su aceptación en la revista. Tan solo, dos días.
¿Qué tiene de malo esto? Mucho. Cuando un investigador manda su trabajo a una revista científica para que lo publique, ésta le asigna al menos un par de árbitros (otros científicos expertos en el tema) para que le den una revisión exhaustiva al documento y ver si la metodología es la adecuada y las conclusiones se ajustan a los resultados obtenidos. Los árbitros pueden sugerir cambios o pruebas adicionales que sustenten el estudio para poder aceptarlo. A esto se le llama “revisión por pares” o peer-review; y este proceso puede tomar varias semanas —en el mejor de los casos—, hasta meses y años. Así que dos días es, por demás, sospechoso.
Edición de genes humanos
Existen muchas enfermedades que no tienen cura porque el problema está en nuestro propio ADN. Por ejemplo, una simple mutación en el gen ACVR1 desencadena una grave enfermedad hereditaria conocida como fibrodisplasia osificante progresiva en la cual los músculos y tendones se convierten en huesos.
Ahora contamos con una herramienta molecular que, en teoría, nos permite corregir o “editar” —de manera específica— esas mutaciones. Su nombre es CRISPR/Cas9 [pueden leer más sobre esta técnica aquí, aquí y aquí].
Existen varios estudios donde se aplicó la técnica, tanto en cultivos celulares humanos como en animales de laboratorio, todos ellos con resultados satisfactorios. Incluso, el mismo Junjiu Huang junto a otros investigadores chinos, lograron desarrollar monos bebés con su genoma editado.
Sin embargo, nuestro conocimiento sobre esta técnica y nuestro propio genoma aún es limitado. Por esta razón, un grupo de científicos entre los que se encuentran los descubridores del sistema CRISPR-Cas9, expertos en ingeniería genética y ganadores de premios Nobel, han pedido prudencia antes de usar esta tecnología para al modificación de genes humanos.
El estudio
En el presente trabajo, Junjiu Huang y su equipo utilizaron el sistema CRISPR-Cas9 para corregir una mutación genética en embriones huamanos. El gen de interés fue la beta-globina (HBB) que fabrica una de las partes de la hemoglobina (proteína que transporta el oxígeno en la sangre). Cuando HBB muta se produce una enfermedad conocida como beta-talasemia, que provoca serias anemias que no pueden ser tratadas con hierro.
Con el fin de “evitar” cualquier dilema ético, los investigadores chinos usaron embriones tripronucleares (3PN), es decir, aquellos que han sido fertilizados por dos espermatozoides a la vez, los cuales son desechados de los centros de reproducción asistida porque no llegan a desarrollarse correctamente.
Un total de 86 embriones 3PN fueron inyectados con el sistema CRISPR/Cas9 para corregir la mutación en el gen HBB, de los cuales el 80% lograron sobrevivir después de 48 horas. De los 71 que quedaban, 54 fueron analizados y en la mitad de ellos se observó que la nucleasa Cas9 logró cortar el ADN en el lugar deseado. Sin embargo, solo cuatro embriones finalmente lograron corregir la mutación genética según lo esperado. “Si quieren hacerlo con embriones normales, debes estar cerca del 100%”, comenta Huang.
Serios problemas
Algo que observaron los investigadores fue que el sistema CRISPR/Cas9, a veces, perdía su objetivo e insertaba la modificación genética en lugares equivocados. Además, los embriones se convertían en una especie de mosaico, donde algunas de sus células tenían el gen HBB editado y otras no.
Este efecto es uno de los principales problemas de seguridad que rodean a la aplicación de esta tecnología en humanos, ya que estas mutaciones no deseadas podrían ser perjudiciales para el desarrollo del embrión y generar nuevas enfermedades congénitas. Es así que los autores del estudio concluyen en la necesidad de mejorar la fidelidad y especificidad del sistema CRISPR-Cas9 como requisito previo a su aplicación clínica.
Y para terminar, este comentario hecho por el periodista científico Carl Zimmer en su blog:
“El hecho de que este experimento salió mal, no significa que los experimentos futuros también lo serán(…) Vale la pena recordar los primeros días de la clonación. Los embriones clonados a menudo no se desarrollaban y, los animales que nacieron con éxito, a menudo terminaban con graves problemas de salud. La clonación es mucho mejor ahora, incluso, es un negocio en el mundo de la ganadería y las mascotas. Todavía no clonamos personas. No porque no podemos, sino porque elegimos no hacerlo. Tal vez tengamos que hacer la misma elección acerca de la modificación embriones en poco tiempo”.